En Colombia, las plazas—o “parques”, como también se les llama—forman parte del paisaje urbano y rural. Están en el centro de casi todas las ciudades, pueblos e incluso aldeas diminutas. Muchas de ellas existen desde hace siglos y, con el paso del tiempo, se han convertido en algunos de los lugares más reconocibles del país.
Dato curioso Durante la época colonial, los españoles trazaban sus asentamientos siguiendo un plano en cuadrícula con una plaza central: la Plaza Mayor. Allí se concentraban el poder político, religioso y social—con la iglesia, el ayuntamiento y las casas más influyentes a su alrededor. Tras la independencia, muchas de estas plazas históricas de Colombia pasaron a llamarse Plaza Bolívar.

Otras plazas colombianas son espacios modernos llenos de vida: con músicos callejeros, puestos de café, ferias artesanales y mercadillos los fines de semana. Algunas son pequeñas, pero destacan por su ubicación o por las vistas que ofrecen. Ya sean de época colonial o más recientes, estas son 21 de las plazas más bonitas de Colombia.
1. Plaza de la Aduana y Plaza del Reloj


Aunque técnicamente son plazas distintas, la de la Aduana y la del Reloj se funden en un único espacio público continuo justo al cruzar la muralla del casco histórico de Cartagena, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. La más amplia, la Plaza de la Aduana, fue durante siglos el principal centro administrativo y comercial de la ciudad. Está rodeada de elegantes edificios coloniales, entre ellos la antigua Casa de la Real Aduana y la que se cree que fue la residencia de Pedro de Heredia, fundador de la ciudad. En época colonial, aquí se anunciaban leyes y se celebraban subastas de esclavos. Hoy en día, pequeñas placas conmemorativas recuerdan ese oscuro pasado.

Unos pasos más al suroeste se abre la Plaza del Reloj (también llamada Plaza del Portal), presidida por la emblemática Torre del Reloj, puerta de entrada a la ciudad amurallada y uno de los iconos más fotografiados de Cartagena. Esta plaza hace de nexo entre el Centro Histórico y Getsemaní, y está siempre llena de vida: vendedores ambulantes, artistas callejeros y puestos de comida llenan el espacio a todas horas. Aunque más pequeña y menos solemne que la Aduana, la Plaza del Reloj actúa como antesala social y comercial del centro histórico.

Dato curioso: A pesar de su nombre, la Torre del Reloj no tuvo reloj hasta bien entrado el siglo XX. El mecanismo actual fue fabricado en Suiza y no se instaló hasta décadas después de su restauración en la década de 1880. En sus orígenes, la torre servía simplemente como puerta fortificada de acceso a la ciudad.
2. Plaza de Bolívar
Bogotá

Situada en pleno centro de Bogotá, la Plaza de Bolívar no solo es la más importante de la capital, sino también una de las más emblemáticas del país. Trazada en el siglo XVI, ha sido siempre el epicentro político y simbólico de Colombia. En ella han tenido lugar desde procesiones coloniales hasta tomas de posesión presidenciales y manifestaciones históricas.

Rodeada de imponentes edificios institucionales, la plaza está flanqueada por la Catedral Primada de Colombia, el Capitolio Nacional (sede del Congreso), el Palacio Liévano (ayuntamiento de Bogotá) y el Palacio de Justicia. En el centro se alza una estatua de Simón Bolívar, erigida en 1846: fue el primer monumento público dedicado al Libertador en toda América Latina. Hoy sigue siendo un punto de encuentro clave en la vida cívica y política de la ciudad… además de hogar permanente de una ruidosa comunidad de palomas.
Dato curioso: En una esquina de la plaza se encuentra la Casa del Florero, hoy Museo de la Independencia. Allí tuvo lugar en 1810 la célebre “Disputa del Jarrón”, un altercado entre criollos y un comerciante español que, según la tradición, encendió la chispa del levantamiento del 20 de julio y marcó el inicio del proceso de independencia de Colombia.
3. Plaza Mayor
Villa de Leyva, Boyacá

Con su enorme explanada empedrada, la Plaza Mayor de Villa de Leyva es una de las plazas más grandes de Colombia y, sin duda, una de las más evocadoras. Con unos 14.000 metros cuadrados, fue diseñada en el siglo XVI a gran escala para acoger ejercicios militares, fiestas y procesiones religiosas.

Rodeada de edificios coloniales encalados y enmarcada por suaves colinas, la plaza está presidida por la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, construida en 1604. El resto del espacio lo ocupan tiendas de artesanía, hoteles y cafés que conservan el estilo colonial del municipio. Su tamaño, junto con la ausencia de árboles o bancos, le da un aire solemne y despejado, especialmente impactante al atardecer o durante eventos como el Festival de Luces en diciembre. Todo el casco histórico, incluida la plaza, ha sido declarado Bien de Interés Cultural de la Nación, la mayor distinción patrimonial de Colombia.
4. Plaza de Botero

Ubicada en pleno centro de Medellín, la Plaza de Botero es una reinterpretación moderna del concepto de plaza pública. Su gran reclamo es la colección al aire libre de esculturas del artista colombiano Fernando Botero, entre ellas figuras humanas y animales de formas redondeadas y proporciones exageradas.
Dato curioso: También conocida como Parque de Botero, esta plaza reúne 23 esculturas de bronce de gran tamaño donadas por el propio artista a principios de los 2000. Famoso por su estilo inconfundible —conocido como “boterismo”— Botero es uno de los creadores más influyentes de América Latina.

La plaza se encuentra junto al Museo de Antioquia y al Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, un edificio llamativo con influencias góticas y art déco. Es un lugar muy popular tanto para turistas como para locales, no solo por las esculturas, sino también por su ambiente, actuaciones callejeras y su entorno fotogénico.
5. Parque de los Novios


Aunque el Parque Bolívar es la plaza oficial y más solemne de Santa Marta, en esta guía nos quedamos con el encantador y animado Parque de los Novios, también conocido como Parque Santander. Más allá de su nombre romántico, es uno de los espacios públicos más vivos y queridos de la ciudad. Y siendo sinceros, con tantas plazas dedicadas a Bolívar, ya tocaba un respiro.

Situado en el centro histórico y rodeado de casas coloniales restauradas que hoy acogen restaurantes, bares y cafeterías, este parque se popularizó como lugar de encuentro entre parejas a principios del siglo XX. Su estructura más llamativa es el Templete, un pequeño pabellón de estilo neoclásico que aporta un aire europeo y lo convierte en uno de los rincones más románticos de Santa Marta, especialmente al caer la tarde.

Dato curioso: El templete del parque fue originalmente un quiosco musical donde solían tocar pequeñas orquestas los fines de semana y festivos.
6. Parque Caldas
Popayán, Cauca

Ubicado en el corazón de Popayán, una de las ciudades con más historia y coherencia arquitectónica de Colombia, el Parque Caldas es su plaza principal y un emblema de la llamada “Ciudad Blanca”. Rodeado de edificios coloniales encalados, recibe su nombre oficial en honor al prócer independentista Camilo Torres Tenorio.

La plaza está flanqueada por edificios emblemáticos como la Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, el Palacio Arzobispal y la Alcaldía. Sus jardines, árboles maduros y bancos a la sombra la convierten en lugar habitual de encuentro entre locales, estudiantes y turistas. En Semana Santa, el parque es protagonista de una de las procesiones más importantes de América Latina. Todo el centro histórico, incluida la plaza, está declarado Bien de Interés Cultural.
7. Plaza de San Pedro Claver
Cartagena de Indias
En pleno centro amurallado de Cartagena, la Plaza de San Pedro Claver es uno de los espacios más serenos y fotogénicos de la ciudad. Preside la plaza la Iglesia de San Pedro Claver, construida en el siglo XVII y dedicada al sacerdote jesuita que dedicó su vida a la defensa de los esclavos africanos que llegaban al puerto.


Más tranquila que otras plazas cartageneras, está rodeada de terrazas elegantes y museos como el Museo de Arte Moderno. Su ubicación estratégica entre la catedral y el puerto la convierte en parada obligatoria para quienes hacen visitas guiadas por el centro histórico.

Dato curioso: San Pedro Claver está enterrado bajo el altar de la iglesia. Sus restos momificados pueden verse aún hoy en una urna de cristal dentro del templo.
8. Plazoleta Chorro de Quevedo
Bogotá

Según la tradición, aquí fue donde Gonzalo Jiménez de Quesada fundó Bogotá en 1538. Hoy es una pequeña plaza bohemia en el corazón de La Candelaria, el barrio histórico de Bogotá. Rodeada de edificios coloniales y coloridos murales, es uno de los lugares favoritos de estudiantes, artistas callejeros y visitantes que hacen recorridos a pie.

La plaza cuenta con una pequeña capilla, la Hermosa de San Miguel, y está repleta de cafés y bares de cerveza artesanal. Puede que sea más pequeña e informal que otras plazas de esta lista, pero está llena de carácter e historia.
9. Parque Principal
Zipaquirá, Cundinamarca

El Parque Principal de Zipaquirá es el corazón de una de las ciudades coloniales más antiguas de Colombia, conocida hoy en día por la Catedral de Sal, situada en las inmediaciones. La plaza está enmarcada por edificios bien conservados de los siglos XVIII y XIX y dominada por la impresionante Catedral Diocesana de Zipaquirá, terminada en 1916.
A diferencia de otras plazas, ésta mantiene un marcado carácter local. Por las tardes, las familias se reúnen y los vendedores de helados rodean los bancos. En la plaza también hay una estatua del héroe de la independencia Antonio Nariño, que fue alcalde de la ciudad.
10. Parque Gran Colombiano
Villa del Rosario, Norte de Santander
Esta plaza, situada a las afueras de Cúcuta, en la pequeña localidad de Villa del Rosario, es uno de los lugares más importantes de la historia de la independencia de Colombia. Fue aquí, en 1821, donde el Congreso de Cúcuta redactó la constitución de la Gran Colombia, la efímera unión de Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Panamá.

La plaza forma parte de un parque histórico mayor que incluye las ruinas del Templo Histórico, la Casa de Santander (lugar de nacimiento del general Francisco de Paula Santander) y varios monumentos conmemorativos de la asamblea constituyente. Aunque modesta en tamaño, su peso histórico es inigualable.
11. Parque de Bolívar
Tunja, Boyacá

Situada en el centro histórico de Tunja, esta plaza es una de las de mayor altitud entre las capitales de departamento colombianas. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XVI y está rodeada de una de las arquitecturas coloniales mejor conservadas de los Andes.
Edificios como la Casa del Fundador Gonzalo Suárez Rendón, la Catedral Basílica Metropolitana Santiago de Tunja, y varias fachadas de la época republicana dan a la plaza un aire formal e histórico. La estatua de Bolívar en su centro refleja el papel de la ciudad en la independencia y su continua importancia cultural en Boyacá.
12. Parque Principal
Salento, Quindío

La plaza central de Salento es compacta, colorida y llena de movimiento. Es el principal punto de partida de los tradicionales jeeps que llevan a los visitantes al Valle del Cocora, por lo que es una parada ineludible para cualquiera que se dirija a la reserva natural. También es un centro neurálgico del turismo regional. La plaza está rodeada de edificios pintados de vivos colores, tiendas de recuerdos y cafés al aire libre, y cobra vida sobre todo a última hora de la tarde.
La plaza también alberga la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, reconstruida tras el terremoto de 1999. Desde una de sus esquinas, la escalinata del Mirador Alto de la Cruz ofrece vistas panorámicas de la campiña del Quindío.
13. Plaza de Caicedo
Cali, Valle del Cauca

La plaza principal de Cali lleva el nombre de Joaquín de Caicedo y Cuero, figura clave del movimiento independentista de Colombia. Situada en el centro histórico de la ciudad, es el punto de separación entre la parte antigua y la moderna. La plaza está flanqueada por imponentes palmeras reales que le confieren un aspecto distinto al de las plazas coloniales más tradicionales.

La plaza está rodeada de importantes monumentos como la Catedral de San Pedro, el edificio Otero, de inspiración francesa, y varias instituciones financieras. Es uno de los principales puntos de encuentro de Cali y suele estar llena de peatones, vendedores y las características palomas de la ciudad. Aunque no es tan pintoresca como otras plazas de la lista, su ubicación y valor histórico la convierten en una de las más emblemáticas del suroeste de Colombia.
14. Parque de Bolívar
Santa Marta

Aunque el Parque de los Novios es la plaza más pintoresca de Santa Marta, no podíamos escribir sobre las plazas más bonitas de Colombia sin incluir la Plaza Bolívar de Santa Marta. Situada a pocas manzanas del mar Caribe, esta plaza arbolada tiene profundas raíces históricas. En su día fue la plaza principal de la ciudad, pero ahora es un parque más tranquilo rodeado de museos y edificios gubernamentales. En su centro se alza una estatua ecuestre de Simón Bolívar.


La plaza está delimitada por la Casa de la Aduana, hoy sede del Museo del Oro Tayrona, y la Biblioteca Arquidiocesana, además de otros edificios tradicionales restaurados como el Palacio de la Gobernación.

Dato curioso: aunque la estatua de Bolívar es impresionante, no es exacta desde el punto de vista iconográfico: aunque Bolívar murió en cama, el caballo de su estatua aparece encabritado sobre las patas traseras, una postura tradicionalmente reservada a los héroes caídos en combate.
15. Plaza de San Nicolás
Barranquilla

Situada en el corazón del casco antiguo de Barranquilla, la Plaza de San Nicolás fue en su día la plaza principal de la ciudad. Tras años de abandono, fue objeto de una importante restauración y ha resurgido como un vibrante espacio público. La plaza está presidida por la Iglesia de San Nicolás de Tolentino, una de las más antiguas de Barranquilla y un impresionante ejemplo de arquitectura neogótica.
Hoy, la plaza está rodeada de edificios de colores pastel y pequeños comercios, con abundantes bancos y árboles que ofrecen sombra. Su resurgimiento ha contribuido a atraer de nuevo la atención hacia el centro histórico de Barranquilla y apoya los esfuerzos por preservar lo que queda de su patrimonio colonial y republicano.
16. Altar de la Patria
Santa Marta

Situado en los terrenos de la Quinta de San Pedro Alejandrino, el Altar de la Patria es una solemne plaza rodeada de monumentos dedicada a Simón Bolívar, que murió aquí en 1830. Aunque no es una plaza tradicional, tiene importancia nacional como espacio conmemorativo. El altar y la plaza forman parte de un extenso parque histórico que incluye la hacienda colonial donde Bolívar pasó sus últimos días.
La plaza está flanqueada por palmeras y una columnata neoclásica, con una llama eterna y un busto de Bolívar en el centro. Es a la vez una atracción turística y un lugar ceremonial, sobre todo en las fiestas nacionales.
17. Plaza de la Libertad
Rionegro, Antioquia

Esta plaza de Rionegro, a las afueras de Medellín, desempeñó un papel central en la historia republicana de Colombia. Aquí se firmó en 1863 la Constitución de Rionegro, que sentó las bases de una nueva república federalista. La plaza está rodeada de edificios de estilo colonial y está presidida por la Catedral de San Nicolás el Magno.
Aunque más tranquila que muchos lugares turísticos, la Plaza de la Libertad es profundamente simbólica y está bien conservada. Cerca de su centro se alza una estatua de José María Córdova, en honor al héroe independentista nacido en la región.
18. Parque de los Pies Descalzos
Medellín
Aunque esta lista de las plazas más bonitas de Colombia incluye sobre todo plazas conocidas por su importancia histórica o artística, el Parque de los Pies Descalzos de Medellín ofrece un tipo de belleza diferente. Construido a finales de la década de 1990 como parte de los proyectos de renovación urbana de la ciudad, esta plaza es más un espacio público interactivo que una plaza tradicional.

Su nombre, “Parque de los pies descalzos”, refleja su propósito: invitar a la gente a descalzarse, bajar el ritmo y volver a conectar con la naturaleza. Popular entre las familias, el espacio incluye secciones temáticas con arena, agua y bambú.

La plaza se encuentra junto al Museo del Agua EPM, un museo científico que explora el papel del agua en la naturaleza, las ciudades y la vida cotidiana a través de exposiciones interactivas.
Dato curioso: el bosquecillo de bambú que bordea el parque se diseñó a partir de la filosofía zen, con la intención de evocar la calma y fomentar la atención plena en un entorno urbano ajetreado.
19. Parque Principal
Barichara, Santander

A menudo nombrada la ciudad más bonita de Colombia, la plaza principal de Barichara hace honor a su reputación. Rodeada de calles empedradas y edificios de adobe con tejados de teja, la plaza es un ejemplo de arquitectura colonial bien conservada. Está enmarcada por la Catedral de la Inmaculada Concepción, construida con piedra de color ocre que resplandece al atardecer.
Los árboles y los bancos a la sombra de la plaza ofrecen una pausa de paz tras caminar por las empinadas calles. A menudo se instalan artesanos y puestos de comida en los bordes, y la plaza también sirve de escenario para actos culturales y festividades religiosas a lo largo del año.
20. Parque Principal Águeda Gallardo
Pamplona, Norte de Santander

Esta plaza, que lleva el nombre de una destacada educadora y activista política del siglo XIX, se encuentra en el centro de Pamplona, en los Andes Orientales. Conocida por su vida académica y su arquitectura colonial, la plaza principal de la ciudad es un frondoso punto de encuentro rodeado de iglesias, la Casa Águeda Gallardo y la Catedral de Santa Clara.
La plaza está especialmente animada durante los actos universitarios y la Semana Santa, cuando Pamplona acoge una de las celebraciones de Semana Santa más importantes de la región. Su mezcla de edificios históricos y energía cívica la convierten en un punto de referencia clave en el Norte de Santander.
21. Plaza de Lourdes
Bogotá

Situada en el barrio de Chapinero, la Plaza de Lourdes gira en torno a la Basílica Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, uno de los ejemplos más impresionantes de arquitectura neogótica de Bogotá. Las agujas de la iglesia y el detallado trabajo en piedra dominan el espacio, ofreciendo un dramático contraste con la energía cotidiana del barrio circundante.
La plaza en sí es compacta pero animada, enmarcada por árboles, edificios de mediana altura y un flujo constante de peatones. Es un punto de encuentro habitual para los vecinos y a menudo acoge actos al aire libre, mítines políticos y espectáculos callejeros. A pesar de su bullicio urbano, la plaza sigue arraigada a las rutinas de la comunidad: la gente se reúne para charlar por la tarde, tomar un tentempié en los puestos cercanos o pasar un rato tranquilo en uno de los bancos.
Dato curioso: La iglesia neogótica actual se terminó de construir en 1935, sustituyendo a versiones anteriores de finales del siglo XIX. Sigue siendo una de las pocas iglesias de Bogotá construidas íntegramente en ese estilo arquitectónico.
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