El Cerro de Monserrate es uno de los símbolos de Bogotá. Su santuario es un lugar de peregrinación y su entorno verde es un espacio de recogimiento en el que también se pueden descubrir las mejores panorámicas de la sabana bogotana. Por eso, es uno de esos lugares que no puedes dejar de ver durante un primer viaje a Bogotá.
El santuario es motivo de peregrinaje desde los tiempos de la colonia española. En el templo se venera una imagen del Cristo Caído, el Señor de Monserrate, que cuenta con una gran devoción popular. La figura del Cristo es una talla del siglo XVI atribuida a Pedro de Lugo y Albarracín a la que la superstición local le atribuye poderes curativos y milagrosos.
En el santuario de Montserrate también se encuentra una talla de la “Moreneta” o virgen negra de Montserrat, montaña catalana de la que deriva el nombre de Monserrate.
El santuario del Cerro de Monserrate, tal y como se puede ver hoy, data de 1925 y es de estilo neocolonial, obra del arquitecto Arturo Jaramillo. La edificación sustituyó al santuario y a la ermita anteriores, construidos en el siglo XVII, y al convento de Santa María de la Cruz.
Las vistas desde las alturas del Cerro de Monserrate, a 3.152 metros sobre el nivel del mar, abarcan toda la ciudad de Bogotá, el recorrido del río que atraviesa a la capital y su sabana y hasta la localidad de Candelaria.
Se puede ascender cómodamente a la cima del cerro en funicular, en teleférico o a pie siguiendo un sendero tradicional. La ruta a pie es preferida por aquellos que quieren llegar en peregrinación ante la talla del Cristo Caído con el acompañamiento de un esfuerzo personal.
El teleférico y funicular salen desde la Estación de Monserrate cada media hora, cerca de la Quinta de Bolívar. El viaje dura unos quince minutos en ambos casos.
El camino de subida al cerro siempre estuvo -y aún está- salpicado de pequeñas capillas que marcan un largo viacrucis, que reproduce el que según la tradición bíblica, acompañó a Cristo hasta la Cruz, cuya escenificación se muestra en la reproducción de la talla del santuario bogotano.
Es frecuente ver cada domingo a cientos de peregrinos subiendo al cerro descalzos, con los ojos tapados por vendas o de rodillas, como gestos de sacrificio personal.
En la cima del cerro hay dos restaurantes de gastronomía colombiana y varias tiendas de souvenirs.
En 1992, se creó el Parque Corredor Ecológico con el que se protegieron las zonas naturales del perímetro de la ciudad de Bogotá y que incluye el Cerro de Monserrate. En su área se reproducen los hábitats típicos del bosque andino y puedes contar algunos mamíferos que viven allí de forma permanente y hasta 58 variedades de aves.
Subir a pie o, simplemente, visitar el Santuario de Monserrate es una experiencia única y una de las mejores cosas que hacer en una visita a Bogota.
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