Mis ciudades favoritas por lo general tienen un elemento en común: el contraste, y de contraste Frankfurt sabe un rato.
Por lo general, Frankfurt es descartada como un destino turístico, si bien es famosísima como ciudad de negocios, congresos y conferencias.
Con uno de los aeropuertos más grandes y transitados del mundo, hub de Lufthansa e infinidad de líneas ferroviarias nacionales y europeas, Frankfurt es un muy importante punto de conexiones que no ha sabido establecerse como una ciudad a visitar por sí misma.
Para los turistas, Frankfurt suele ser simplemente una ciudad intermedia entre punto A y punto B.
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Sin embargo, el contraste de la ciudad, su vida cosmopolita y los pocos atisbos de la ciudad medieval que sobreviven, hacen que Frankfurt sea un destino por descubrir en la ya sobresaturada Europa Occidental.
De por qué Frankfurt es como es
A principios del siglo XX, Frankfurt no era muy diferente de otras ciudades alemanas; casas bajas, edificios góticos, construcciones de madera cruzada, jardines, parques y un centro histórico lleno de callejuelas pequeñas y casas antiguas.
Con la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue reducida a poco más que escombros, sólo sobrevivieron un puñado de edificios históricos, de los cuales prácticamente ninguno resultó intacto.
A diferencia de otras ciudades alemanas como Hamburgo, Colonia o Dresde, que después de la Segunda Guerra Mundial fueron levantadas y reconstruidas siguiendo patrones urbanísticos y estilos arquitectónicos originales, los gobernantes de Frankfurt optaron por hacer una ciudad nueva. Reconstruyeron parte de las edificaciones originales y llenaron los espacios que abrieron las bombas con brillantes rascacielos para hacer de Frankfurt la capital económica de la República Federal Alemana.
Los motivos para esta decisión fueron varios, entre ellos destacan la necesidad a partir de los años 50 de atraer inversiones extranjeras que ayudaran a reconstruir el tejido económico del país y la creación de la República Democrática Alemana, que “se quedaría” con la ciudad más poblada, Berlín, y con la antigua capital de congresos y convenciones, Leipzig.
Estas causas desembocaron en el Frankfurt que vemos hoy, vibrante, cosmopolita y vertiginoso, si bien falto del encanto tradicional europeo.
Tours guiados, actividades y visitas en Frankfurt
Ruta a pie de pocas horas por las principales atracciones que ver en Frankfurt
Esta ruta fue diseñada para los viajeros que hacen una escala larga en Frankfurt o que se quedan un día en la ciudad.
He comprobado personalmente que es factible ya que la hice durante una escala de 6 horas a la vuelta de mi viaje a China.
El aeropuerto de Frankfurt se encuentra a escasos 12 minutos de la estación central (Hauptbahnhof) en trenes de cercanías o S-Bahn muy frecuentes.
Una vez en el aeropuerto sólo hay que seguir los letreros de Train Station, si estáis en la terminal 2, tendréis que utilizar el skyrail, o tren aereo de interconexión entre las terminales para llegar a la estación.
La estación es subterránea. Una vez en el vestíbulo se ha de buscar el andén dirección “Frankfurt Hauptbanhof” o abreviado F-Hbf de las líneas S8 y S9.
Una particularidad de los trenes de cercanías alemanes es que no hay barreras en las estaciones, por lo que se puede abordar el tren directamente sin pagar, según me han dicho las multas pueden ser elevadas pero los revisores no aparecen mucho.
El tren atraviesa un tupido bosque que forma una corona verde alrededor de la ciudad, antes de entrar en Frankfurt.
Una vez en la estación principal, es recomendable buscar la salida que lleva al vestíbulo para apreciar la magnitud de la terminal ferroviaria más transitada de Alemania.
Finalizada en 1888, la estación fue la más grande del mundo hasta 1915 cuando fue superada por la de Leipzig. Su techo en forma de arco de fue una de las primeras obras de ingeniería de hierro en la ciudad.
Una vez fuera de la estación, el paseo nos lleva por la Kaiserstrasse, el corazón del barrio rojo de Frankfurt. Durante el día, la calle no impresiona mucho, pero al caer la noche, los neones de las sex-shops se encienden abriendo al público una de las zonas más sórdidas de Alemania, con perdón a Hamburgo.
El cruce entre la Kaiserstr. y Gallusanlage tiene una sorpresa preparada. Una de las imágenes que estamos hartos de ver en los noticieros cada vez que mencionan el Euribor, la inflación y los tipos de cambio y que a lo mejor nunca nos habíamos parado a pensar dónde estaba.
El Banco Central Europeo y la estatua menos agraciada de Alemania, si bien una de las más famosas, se encuentran en frente a nosotros en la Willy-Brandt Platz.
Después de la foto reglamentaria frente al símbolo del Euro, seguimos por la calle Kaiser para encontrarnos con dos iconos muy diferentes de la ciudad. El edificio del Commerzbank, que con sus 259 metros de altura ostentó el título del edificio más alto de la Unión Europea hasta la finalización, en 2021, del edificio Varso en Varsovia, y el Hotel Frankfurter Hof, históricamente el hotel más lujoso y emblemático de Frankfurt.
Actualmente es parte del grupo Steigenberger y es el lugar donde se queda la crême de la crême cuando visita la ciudad, yo tuve la suerte de quedarme aquí y tengo que admitir que es un hotel fantástico.
Nos dirigimos ahora hacia la Goethe Platz, y continuamos por el Rossmarkt hacia la Plaza del Reloj o Hauptwache, caracterizada por su reloj y la pequeña casa barroca que es actualmente un café pero en su día fue una comisaría de policía, una carcel y posteriormente el vestíbulo de la estación de metro.
Desde aquí es posible apreciar la Eschenheimer Turm o torre medieval de Frankfurt, uno de los últimos ejemplos de este tipo de torres en Europa. Antiguamente era la puerta por la que se entraba a la ciudad amurallada, actualmente el tráfico la rodea en lugar de atravesarla. En su planta baja hay una popular cafetería y justo enfrente está la estación de metro Eschenheimer Tor (Puerta de Eschenheim), llamada así por la función que solía tener la torre.
Volviendo a la plaza del reloj encontramos el lugar donde se obtienen las mejores vistas de Frankfurt, la cafetería de la tienda por departamentos Kaufhof. Ubicada en la planta siete, puede que tenga uno de los cafés más caros de la ciudad, pero tiene además la terraza más escénica para apreciar las vistas del centro antiguo y una panorámica impresionante de los rascacielos del centro financiero. No es necesario consumir nada para observar las vistas, pero es el mejor lugar para relajarse con un café después de una larga caminata.
La calle peatonal que se extiende hacia el este es conocida como Zeil y es la zona de compras por excelencia de la ciudad con tiendas de marcas tan exóticas como Zara y H&M y tan baratas como Gucci.
Si las compras no son lo que buscáis, podéis girar al Sur en la Liebfrauenstrasse para llegar a la zona antigua de la ciudad.
El primer edificio que llama la atención es la Paulskirche, una iglesia roja y con forma casi circular justo en la entrada de la plaza del Römerberg, una de las plazas más bonitas de Alemania.
El edificio rojo de estilo mixto frente a la iglesia es la sede del Ayuntamiento.
Literalmente llamado “Monte de los Romanos”, el Römerberg obtiene su nombre de su edificio principal, el Römer o Ayuntamiento de Frankfurt, que ocupa el edificio más imponente de la plaza y es uno de los atractivos que ver en Frankfurt.
En el centro de plaza podemos apreciar una fuente coronada por una delicada estatua de bronce que representa la Justicia, obra de Phillip Uffenbach, un poco más arriba encontramos la columna de Minerva esgrimiendo el escudo de la Gorgona y su característica lanza.
La parte norte de la Plaza está presidida por una serie de edificios de madera del estilo típico del valle del Rin. En estas casas encontramos cafés, reposterías y tiendas de souvenirs.
Destaca además la pequeña iglesia gótica conocida como Nikolaikirche o Iglesia de San Nicolás.
El encanto de esta plaza radica en el hecho de que es una copia exacta de su antecesora medieval, aunque la mayoría de los edificios data de los años 60.
Justo detrás del Römer encontramos uno de los pocos edificios que sobrevivió los bombardeos aliados, la Catedral de Frankfurt o Dom. Si bien el coloso gótico de 90 metros de altura sobrevivió los embites de las bombas aliadas, su interior fue arrasado por las llamas y la estructura externa sufrió severos daños. La restauración de la iglesia se finalizó en los años 50.
En este punto de la ruta a pie por Frankfurt, lo más escénico sería dirigirse a la ribera del río Meno para apreciar las vistas desde el paseo que lo bordea, aunque dependiendo del cansancio, se puede tambien tomar el metro (U-Bahn) hasta la estación para volver al aeropuerto.
Un consejo: Recuerda que tienes que hacer el check-in de nuevo así que lo mejor es adaptar la ruta al tiempo del que dispongas.
