Lisboa es una gran ciudad en la que cada barrio tiene su propio encanto. En las calles empinadas de la capital de Portugal siempre hay algo que hacer y por descubrir, así que decidir qué ver en Lisboa en un fin de semana puede ser todo un reto. Y, si estás planeando tu primer viaje a Lisboa, puede que te sea complicado escoger qué ver o qué hacer en poco tiempo.
Después de todo, la distancia entre las atracciones más las colinas que caracterizan a esta ciudad hacen que tengas que escoger bien qué vas a visitar con anticipación, sobre todo si tu estancia es corta.
En este artículo, te mostraremos qué hacer en Lisboa durante un fin de semana con un itinerario para que aproveches al máximo tu tiempo en la capital portuguesa. También incluiremos información de transporte que te permitirá moverte con tranquilidad entre atracciones.
Antes de empezar
Como mencionábamos antes, una visita a Lisboa en 2 días se queda algo corta para ver todo lo que la capital portuguesa tiene para ofrecer. Para organizar bien tu tiempo surante una visita de fin de semana a Lisboa, te recomendamos contratar un tour de la ciudad, especialmente si es la primera vez que visitas.
¿La buena noticia? España es el principal mercado emisor de turistas a Portugal, por lo que la mayoría de las actividades y visitas guiadas en Lisboa están disponibles en castellano. Estos son algunos de los tours en español mejor valorados en Lisboa:
- Lisboa: tour a pie de historia y estilo de vida
- Lisboa: tour en autobús turístico
- Lisboa: Paseo al atardecer con música y una copa
- Lisboa: Visita a Alfama y Fado en Vivo con Cena Tradicional
- Lisboa: tour gastronómico y vinícola a pie
- Lisboa: Recorrido en Tuk-Tuk por lo más destacado de la ciudad con recogida
- Lisboa: Palacio da Pena, Sintra, Cabo da Roca y Cascais
Itinerario Lisboa en dos días: Día 1
Aunque dos días no son suficientes para conocer Lisboa a profundidad, lo cierto es que con un fin de semana podrás, por lo menos, ver sus atracciones más representativas. Según nuestra experiencia, así te sugerimos pasar las primeras 24 horas en Lisboa.
Por la mañana: Desayuno y recorrido por el barrio de la Alfama
Alfama es uno de los barrios más emblemáticos de Lisboa y alberga muchas de las atracciones de la ciudad. Por lo tanto, pasear por esta zona no solo es una de esas atracciones imperdibles, sino una excelente manera de comenzar el día.
Para llegar a este barrio se puede coger el tranvía nº28, uno de los medios de transporte más icónicos de Lisboa, con varias paradas en la zona.
Muchos de los alojamientos en Lisboa incluyen desayuno, pero si tu hotel no lo ofrece, en Alfama hay muchos lugares donde desayunar y coger fuerzas para enfrentarnos a las colinas y escaleras de la ciudad.
Una buena opción es el Augusto Lisboa, un restaurante que sirve desayuno y brunch de martes a domingo en la Rua Santa Marinha, 26. Te recomendamos la tosta de bacalao, pero intenta llegar temprano porque el sitio se llena y no aceptan reservas.
Una vez desayunados y con cafeína en el cuerpo, podemos dirigirnos a uno de los miradores de Lisboa. A fin de cuentas, no hay mejor manera de ver las colinas y callejuelas de la capital portuguesa que desde lo alto. Además, al llegar temprano, tendrás más espacio para hacer tantas fotos como quieras para tus redes sociales.
Uno de los miradouros más conocidos de Alfama y de la ciudad es el de Portas do Sol, desde el que podrás ver el Castillo de San Jorge, una de las atracciones principales Lisboa. Asimismo, gracias a la popularidad de Portas do Sol, es probable que tus vistas estén acompañadas del sonido del fado, interpretado por los músicos callejeros que suelen visitar el mirador.
Junto al Miradouro das Portas do Sol se encuentra un bar/café por si quieres tomarte algo con vistas. En este bar también se presentan DJs algunos fines de semana.
Muy cerca de Portas do Sol, a poco más de 100 metros, se halla otro mirador popular pero con un ambiente diferente, el de Santa Luzia.
Desde el Miradouro de Santa Luzia se obtienen excelentes vistas de los botes y cruceros que llegan al río Tajo. Además, las buganvillas y azulejos portugueses que decoran este mirador le dan una vibra más romántica, perfecta para quienes buscan qué hacer en Lisboa durante un fin de semana en pareja.
Una vez vistos los dos miradores, puedes subir unos 290 metros hacia el Castillo de San Jorge, o Castelo de São Jorge en portugués, uno de los referentes de Lisboa por excelencia. Desde casi todos los miradores de la ciudad se alcanza ver al castillo en lo alto, como vigilando el río y los barrios de techos rojos. Así que es muy probable que antes de tu viaje ya hayas visto fotos de esta atracción.
Esta fortificación está en la colina de San Jorge, la más alta del centro histórico de Lisboa. Aunque se cree que la construcción del castillo se inició en el siglo I a.C., hay evidencia de ocupación humana en la colina desde el siglo VIII a.C. Gracias, en gran parte, a su ubicación privilegiada, en esta colina se han asentado fenicios, romanos, cartaginenses y musulmanes.
Al visitar el Castelo de São Jorge tendrás acceso a sus jardines, miradores con muy buenas vistas de la ciudad y a la cámara oscura que se encuentra en una de las 10 torres del castillo, la de Ulisses. El castillo también tiene varias salas de exposiciones temporales y una exhibición de yacimientos arqueológicos. El coste de la entrada es de 15€.
Aunque recorrer este castillo, que ha sido clasificado como Monumento Nacional en Portugal, puede tomar hasta tres horas, lo cierto es que es una atracción imperdible de Lisboa, sobre todo si nunca has estado en la ciudad.
A unos 500 metros en bajada del castillo, usando las escaleras de São Crispim, se halla la Catedral de Lisboa, la iglesia más antigua de la ciudad.
Conocida también como Catedral de Sé, la construcción de esta iglesia con fachada románica comenzó en el XII, sobre los cimientos de una vieja mezquita. Antes de ser catedral, esta edificación era la Iglesia de Santa María la Mayor y, a lo largo de sus años de actividad, se han agregado detalles en distintos estilos, incluyendo el interior gótico que aún conserva. Estos cambios en su arquitectura también han sido influenciados por los terremotos e incendios que han tenido lugar en Lisboa.
La Catedral de Sé también destaca porque se dice que resguarda los restos de San Vicente, el patrón de la capital portuguesa. La entrada a este templo es gratuita, pero si quieres ver el tesoro y el claustro, tendrás que pagar 5€.
Pocos metros al oeste de la catedral se encuentra otra iglesia menos visitada pero muy bonita, la Igreja de Santo António de Lisboa, de estilo barroco. Se dice que en esta iglesia, también declarada Monumento Nacional, nació San Antonio de Padua en 1195 y se puede visitar de forma gratuita.
Mediodía: Comida y paseo por la Baixa
Tras ver lo más destacado de Alfama, nos dirigimos al corazón de Lisboa: el barrio de Baixa.
La Baixa es el centro histórico y comercial de Lisboa, ubicado al oeste de Alfama. Se trata de una zona pintoresca llena de edificios neoclásicos cubiertos de azulejo portugués y en la que se encuentran muchos de los atractivos más reconocibles de la ciudad.
Para moverte a esta zona, puedes coger el tranvía 12E o el 28E en la parada de Sé y estarás en cinco minutos en la parada de Rua de Conceição, junto a la Praça do Comércio, una de las atracciones más importantes de Lisboa.
Si quieres ahorrar, también podrías coger el elevador del Castelo, ubicado al oeste del castillo de San Jorge y con su propio mirador. Este elevador es gratuito y te dejará en el Mercado do Chão do Loureiro, donde podrás caminar unos cinco minutos y coger otro elevador en Rua da Madalena que te dejará cerca de la Plaza del Comercio.
La Praça do Comércio es el centro neurálgico de Lisboa. Esta plaza, que fue sede del palacio real por más de 200 años, tiene una estatua del rey José I de Portugal en su centro, pero su monumento más impresionante es el Arco da Rua Augusta, considerado la puerta de entrada a la Baixa. Este arco triunfal tiene un mirador con buenas vistas de la ciudad y fue construido en el siglo XVIII.
Desde la Plaza del Comercio, atravesamos el arco y continuamos por la Rua da Augusta, una de las calles comerciales más concurridas de la ciudad. En esta calle peatonal, con suelos cubiertos por calçada portuguesa, encontrarás muchas tiendas por departamento, boutiques, cafeterías y restaurantes. Sin embargo, al ser una zona tan turística, los restaurantes no se caracterizan por ser los mejores de Lisboa.
En cambio, seguimos por la Rua da Augusta hasta llegar a la de Santa Justa, luego iremos a la derecha por unas cuatro manzanas hasta llegar al número 3, donde está un restaurante que recomendamos: Floresta das Escadinhas. Aunque el local es pequeño y puede que tengas que esperar por una mesa, tiene una excelente selección de carnes y pescados, además de terraza. El pulpo y el bacalao son una delicia.
Después de comer, volvemos por la izquierda en la calle de Santa Justa hasta la de Augusta, donde seguiremos hacia el norte y llegaremos a la Praça Dom Pedro IV, mejor conocida como Praça do Rossio. Esta plaza es una de las más bonitas de Lisboa y es la sede de eventos a lo largo del año, incluyendo el mercado de navidad de la ciudad. En los alrededores encontrarás muchas cafeterías, hoteles, bares y tiendas.
Muy cerca de la Plaza de Rossio también se encuentra la Iglesia de Santo Domingo, un templo emblemático de Lisboa. Esta iglesia, al igual que gran parte de la ciudad, se vio muy afectada por los terremotos e incendios a lo largo de la historia.
La gran diferencia es que, a pesar de haber sido reconstruida, la Igreja de São Domingos sigue manteniendo hoy en días sus muros tal cual quedaron después del incendio de 1959. En consecuencia, puede que esta iglesia sea una de las atracciones más impresionantes que ver en Lisboa durante un fin de semana y se puede visitar sin pagar nada.
Para probar algo típico de Lisboa, puedes visitar A Ginjinha, un bar histórico junto a la Iglesia de Santo Domingo. Este bar sirve ginjinha o ginja, un licor tradicional que se hace a base de una fruta similar a la cereza que también es popular en otras zonas de Portugal.
Para cerrar el reccorido por la Baixa con broche de oro, volvemos a la calle de Santa Justa y buscamos el Elevador de Santa Justa, el único de la ciudad que, de hecho, es un ascensor 100% vertical y no un funicular. Este elevador, que fue construido en 1902 en estilo neogótico, conecta la Baixa con el barrio de Chiado.
El Elevador de Santa Justa, de 45 metros de altura, es todo un símbolo por sí solo, pero las vistas del río Tajo y la Baixa desde el mirador que se encuentra al subir son aún mejores. Para usar este elevador tendrás que pagar 5,30€, lo que incluye la vuelta y acceso al mirador, donde también hay una cafetería. Eso sí, dependiendo del día, puede que tengas que hacer bastante cola.
Tarde y noche: Caminata y cena por Chiado
Desde lo alto del Elevador de Santa Justa, cruzamos una pasarela que nos lleva a Chiado, un barrio bohemio, pintoresco y muy representativo de Lisboa. Esta zona era donde los poetas y escritores del siglo XIX y XX se reunían para tener tertulias y gran parte de ese carácter artístico se sigue apreciando hoy en día.
Justo al cruzar la pasarela, veremos una de las atracciones principales del barrio, las ruinas del antiguo Convento do Carmo. Este convento medieval, que se terminó de construir en el siglo XV, fue destruido por el terremoto de 1755 y no ha sido reconstruido.
Al visitar el convento, verás sus arcos y columnas góticas que parecen alzarse a la nada o sostener el cielo, sirviendo como recordatorio de la devastación del terremoto en Lisboa. El coste de la entrada al convento es de 5€ e incluye la visa al Museo Arqueológico do Carmo.
Una manzana más abajo del convento se encuentra la Rua Garrett, otra calle comercial de Lisboa que se diferencia de la Rua da Augusta por ser más exclusiva, con tiendas y boutiques de diseñador. Pero esta calle es mucho más que moda, por ejemplo, la Livraria Bertrand, fundada en 1732 y considerada la más antigua del munso, también se encuentra en la Rua Garrett, además de cafeterías populares como A Brasileira, junto a la estatua de Fernando Pessoa, un famoso escritor.
A la hora de cenar, en este barrio no faltan opciones, incluyendo el acogedor restaurante O Chiado, especializado en mariscos, carne y guisos.
Fin de semana en Lisboa: Día 2
Después de un primer día intenso en el que vimos algunos de los barrios más encantadores de Lisboa, nos toca alejarnos un poco del centro para conocer otras zonas y atracciones imperdibles que hay que ver en Lisboa en un fin de semana.
Por la mañana: Desayuno y paseo por Belém
Belém es, sin duda, uno de los barrios más bonitos de Lisboa.
Ubicado en el estuario del Tajo, a unos 7 kilómetros del centro de Lisboa, Belém concentra muchas atracciones imperdibles, así que no puede faltar en este itinerario.
Para llegar a Belém, puedes coger el tranvía E15 en la Plaza del Comercio. El coste del billete, que se puede comprar en las máquinas expendedoras dentro del tranvía, es de 3€ y te puedes bajar en la parada de Mosteiro Jerónimos. Te recomendamos cogerlo lo más temprano posible para poder ir cómodo, ya que se suele llenar en horas pico.
Una vez en Belém, la mejor manera de comenzar el día es comiendo los deliciosos y célebres pastéis de Belem.
Estos pasteles de nata con masa de hojaldre son tan deliciosos como adictivos y los puedes probar en la pastelería que los vende desde 1837: Pastéis de Belem. Esta pastelería se encuentra justo en frente de la parada del Mosteiro Jerónimos del tranvía, así que la verás de inmediato.
Una vez desayunados, nos movemos a la atracción más importante de Belém, el Monasterio de los Jerónimos, declarado Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este monasterio del siglo XVI fue construido por mandato del rey Manuel I de Portugal. De hecho, el estilo arquitectónico del monasterio es conocido como Manuelino, que mezcla el gótico y el renacimiento, creado durante el reinado de Manuel I.
Este monasterio, cuyo nombre oficial es Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém, fue residencia de los monjes de la Orden de San Jerónimo. Durante la visita al monasterio se puede ver su hermoso patio interior, la iglesia del monasterio con sus imponentes columnas y las tumbas de Manuel I y su esposa María de Aragón. El coste de la entrada es de 10€.
A pocos minutos andando del monasterio se halla la Torre de Belém, una de las postales de Lisboa por excelencia. Esta torre se encuentra junto al Tajo y se construyó para proteger a la ciudad en el siglo XVI, 1515 y 1519, también en estilo Manuelino. La torre fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y se puede visitar por 6€.
Siguiendo nuestra caminata por el río, también veremos el Monumento aos Descobrimentos, construido en 1960 y de 52 metros de altura.
Este monumento presenta una serie de esculturas de figuras de Portugal relacionadas con los Descubrimientos y se creó para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante.
Por la tarde: Comida y tardeo en LxFactory
Después de una mañana por una de las zonas más típicas de turisteo en Lisboa, nos movemos a uno de los rincones más cool de la ciudad: LxFactory. Para llegar a esta zona, podemos coger el tranvía 15E en el Centro Cultural Belém.
LxFactory es la zona hipster de Lisboa por excelencia y esta ubicada en un antiguo complejo industrial.
En LxFactory podrás escoger entre comida típica portuguesa, mexicana y americana, por nombrar tan solo algunas opciones. Este complejo también alberga muchas tiendas de ropa vintage y souvenirs, boutiques de diseñadores emergentes, algunas galerías de arte y bares con terraza, por lo que es el lugar perfecto para pasar la tarde.
Más ideas para un itinerario por Lisboa
Este ha sido nuestro gran resumen de las cosas que ver en Lisboa en dos días. Tenemos que decir que esta visita fue creada en base a la experiencia real de un fin de semana y que, seguramente, habrá partes que te gustará cambiar para hacer la visita más tuya. Estas son otras atracciones de Lisboa e ideas para añadir a tu itinerario perfecto si cuentas con algo más de tiempo o quieres sustituir algo de lo mencionado anteriormente:
Museo Nacional del Azulejo Portugués
A pesar de su ubicación un tanto apartada, vale la pena visitar este encantador museo, que presenta cinco siglos de cerámica decorativa y que traza la historia y la producción de esta forma de arte. Su colección es la única de su tipo en el mundo y contiene una espléndida variedad de azulejos desde el siglo XV hasta la actualidad.
Parque de las Naciones y Estación de Oriente
Si lo que buscas es una perspectiva más moderna de la capital portuguesa, entonces la zona de Parque das Naçoes (Parque de las Naciones) es para ti. Urbanizada en su mayor parte para la Expo de Lisboa de 1998, esta zona del este de Lisboa destaca por su arquitectura contemporánea, ejemplificada en edificios como la Estación de Oriente, obra del español Santiago Calatrava.
Sintra & Cascais
Sintra es uno de esos lugares mágicos donde el hombre y la naturaleza se unen. Hogar del Palacio Nacional de Pena y el Parque Natural de Sintra, la ciudad ofrece una excursión de un día perfecta y romántica desde Lisboa.
Por otro lado, Cascais es un encantador pueblo portugués con hermosas playas, ubicado a menos de una hora del centro de la capital portuguesa.
Dónde alojarse en Lisboa para una visita de 2 días
Durante nuestra última visita a Lisboa tuvimos la suerte de alojarnos en el Browns Avenue Hotel, un excelente hotel de lujo con decoración moderna y servcio excepcional, ubicado en el centro de la ciudad, cerca de la Avenida de la Libertad.
Disfrutamos de nuestra estancia en este hotel, que además es uno de los mejor valorados de Lisboa. La decoración es magnífica. El hotel está muy limpio y huele muy bien. La comida en el restaurante era deliciosa. El personal fue perfecto. También nos gustó el altavoz Marshall en cada habitación.
Ver tarifas y disponibilidad en Booking.com >>
Mejores alojamientos para una estancia de fin de semana en Lisboa
Estas son otras opciones de alojamiento en Lisboa con excelente valoración en Booking.com:
Comparte este artículo en Pinterest
Deja una respuesta
Ver comentarios