Una de las mejores formas de conocer un destino es probando su gastronomía. Y, cuando se trata de lugares como Lisboa, la mezcla de sabores tradicionales con propuestas gastronómicas innovadoras es, sin duda, gran parte de su atractivo.
Te consideres foodie o no, seguro que, mínimo, ya has escuchado a hablar de algunas de las especialidades de la capital de Portugal. Por ejemplo, el bacalao en todas sus formas, pero sobre todo en pasteles.
Pero si algo tienen las ciudades grandes y tan turísticas como Lisboa es que, con tantos restaurantes, puede que te tome más tiempo del que piensas decidir a dónde ir. Además, si eres una persona con tendencia a la indecisión como yo, es posible que te preguntes si has escogido la mejor opción.
Por suerte, existen tours con personas que conocen muy bien esta “ciudad de las siete colinas” y que te pueden llevar por un paseo a través de sus platos más auténticos. De esta manera, podrás evitar las trampas de turistas lo más posible.
Durante mi única visita a la capital de Portugal hasta los momentos, tuve la oportunidad de ser parte de un tour gastronómico por Lisboa. Y, aunque al inicio del recorrido pensé que la lluvia arruinaría la experiencia, lo cierto es que ahora lo que más recuerdo son los platos que probé por primera vez esa tarde. Además, a lo largo de la ruta también estuvimos escuchando historias que me ayudaron a familiarizarme con la ciudad de inmediato.
En este artículo, te invito a acompañarme en un paseo gastronómico por Lisboa, con itinerario, curiosidades y, por supuesto, una breve reseña de mis sitios y platos favoritos.
Tour gastronómico por Lisboa
El punto de encuentro del tour fue la Praça Dom Pedro I, mejor conocida como Plaza de Rossio. Esta plaza se halla entre la Avenida da Liberdade y el comienzo de la Baixa, una de las mejores zonas donde dormir en Lisboa.
En Rossio hay eventos durante todo el año y, en este caso, coincidimos con un mercadillo navideño. En el mercadillo, que estaba decorado para la ocasión, se podía comprar comida y juguetes mientras sonaban villancicos.
Una vez reunidos con el guía, bajo el techo de la casa de Santa Claus, emprendimos la caminata bajo la lluvia.
La primera parada del tour fue A Ginjinha, un bar abierto en 1840 que se encuentra junto a la plaza y se especializa en servir ginjinha, un tipo de licor artesanal. Esta bebida es hecha a base de unas guindas similares a la cereza, tanto en apariencia como en sabor, así que tiene un toque ácido.
Aquí nos tomamos un chupito de ginjinha cada uno para entrar en calor. Eso sí, sin entrar al bar porque, aunque en días soleados tiene terraza, su interior es muy pequeño y no cabíamos todos.
Luego, seguimos con nuestros paraguas unos pasos hacia el este, por el Largo São Domingos hasta llegar a la iglesia del mismo nombre. Aunque no era una parada “oficial” del tour gastronómico, nuestro guía nos recomendó ver el interior de esta iglesia construida en 1241.
Este templo fue destruido por el terremoto de Lisboa de 1531 y, aunque se reconstruyó en estilo barroco en 1807, se vería muy afectada por un incendio en 1959. La Igreja de São Domingos volvería a abrir en 1994, pero su interior sigue conservando huellas del incendio, como sus paredes teñidas de carbón. Por lo tanto, visitar esta iglesia resulta impresionante, aunque solo le des un vistazo rápido.
En frente de la iglesia también se halla un monumento en memoria de los judíos que fueron víctimas de la Masacre de Lisboa de 1506, iniciada en esta zona.
Y tras esta pequeña lección de historia, nos movemos hacia el sur por la Rua Dom Antão de Almada hasta Manteigaria Silva. Se trata de una tienda de embutidos y quesos donde también se puede comprar bacalao y que es una de las favoritas de quienes viven en Lisboa. En esta pequeña parada, nuestro guía nos habló de las mejores variedades de queso de esta tienda con años de tradición.
Siguiendo hacia el sur hasta Praça da Figueria, donde cruzamos a la izquierda y llegamos a mi parte favorita de este tour gastronómico por Lisboa: Casa das Bifanas. En este pequeño local se venden bifanas, una de las opciones de comida rápida más populares de la ciudad.
Las bifanas son bocadillos rellenos de filetes de cerdo que se acompañan con mostaza o una salsa picante que, te advierto, pica de verdad. Si tuviera que comparar el sabor de una bifana con otro tipo de comida rápida sería un kebab, pero da la sensación de ser más casera. Además, al tratarse de un local sencillo en Portugal, donde se puede comer muy bien y barato, cenar aquí es bastante asequible.
Ningún paseo gastronómico por Lisboa estaría completo sin los típicos pastéis de bacalao. Por lo tanto, nuestra siguiente parada fue un bar donde comimos pasteles acompañados de vino verde o “verdejo” proveniente de Oporto.
Los pastéis son una especie de croqueta que, además de bacalao, lleva patata y, en algunos casos, queso. Pero, con o sin queso, están deliciosos y es difícil limitarse a comer solo uno.
Cabe destacar que si bien la cerveza que había probado antes no me pareció nada especial, el vino, al ser un producto de exportación portuguesa por excelencia, me encantó.
Dos pastelitos y dos copas de vino después, nos dirigimos al último punto del tour, el restaurante Casa Chineza. Para llegar a este restaurante, volvimos a la plaza de Rossio y continuamos bajando casi hasta la entrada de la Baixa o centro histórico.
Una vez dentro, nos sirvieron varios tipos de embutidos portugueses y más vino, esta vez tinto. El vino, al ser más dulce del que se produce en España, también sirvió como postre. Y, con la barriga llena y ya sin lluvia, dimos por terminada una muy buena primera noche en Lisboa.
Un tour gastronómico gastronómico es de esas cosas que hay que hacer en Lisboa si tienes la oportunidad, así como visitar los mejores miradores.
Nota: Al ser un tour gastronómico por el centro de Lisboa, solo eché de menos los pasteles de nata típicos de Belém. Si estás planeando tu primer viaje a Lisboa, te vendrá bien reservar un food tour.
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