El ecoturismo surge como una alternativa sostenible y responsable al turismo de masas. Cuando practicamos este tipo de viajes por España, no solo podemos evitar multitudes agobiantes, sino que también descubriremos áreas naturales y protegidas. Hace poco me apunté a una ruta de ecoturismo en la provincia de Ciudad Real, en Castilla-La Mancha. En este artículo, te contaré qué ver en esta zona. También incluiré información sobre comida, hoteles y actividades en esta provincia que los visitantes internacionales suelen pasar por alto. Al fin y al cabo, salvo Toledo, Castilla-La Mancha sigue siendo infravalorada, incluso por los españoles.
¿Qué es el ecoturismo?
Antes de comenzar este recorrido por la provincia de Ciudad Real, es imprescindible definir el ecoturismo.
Según ONU Turismo, el ecoturismo se refiere a “turismo centrado en la naturaleza, la observación y la apreciación del entorno natural“. Asimismo, el ecoturismo prioriza los grupos reducidos, y sus guías suelen ser empresas locales especializadas. Por lo tanto, haciendo este tipo de turismo, apoyas la economía de la zona y aprendes sobre la naturaleza y la cultura de la región.
La iniciativa Soy Ecoturista promueve experiencias de ecoturismo en áreas de conservación de la biodiversidad. Para ello, Soy Ecoturista forma a empresas en las diferentes Comunidades Autónomas españolas para que ofrezcan actividades sostenibles y responsables. Las empresas asociadas al proyecto incluyen desde alojamientos hasta guías turísticos.
Y ahora, sin más preámbulo, me gustaría que me acompañaras en este itinerario de ecoturismo por la provincia de Ciudad Real junto a Soy Ecoturista Castilla-La Mancha.
Ruta de ecoturismo de 3 días en la Provincia de Ciudad Real
Día 1
Por la mañana
Tras coger un tren de alta velocidad de Madrid a Ciudad Real, que tardó apenas una hora, me reuní con otros dos blogueros de viajes y Jesús, de Soy Ecoturista Castilla-La Mancha, en la estación de destino sobre las 11 de la mañana. Jesús fue el encargado de organizar todo el viaje.
Subimos a la furgoneta y nos dirigimos al sur de la provincia, al Hotel Sierra Madrona, donde pasaríamos la noche. Recorrimos el impresionante Valle de Alcudia y el Parque Natural de Sierra Madrona. Estar rodeados de paisajes preciosos fue una excelente manera de empezar la ruta. Y el hecho de que hubiera muy pocos coches en la carretera y que estuviéramos presenciando lo que Jesús llamó una “primavera adelantada” nos pareció aún más especial. Vivir en Madrid te hace apreciar más el silencio, la ausencia de tráfico y la belleza natural.
Una vez en el hotel, nos unimos a la primera excursión del día, organizada por la empresa local Madronactiva. Cambiamos de furgoneta, dejando las maletas en la anterior, aparcada en el hotel, y nos dirigimos a la primera parada de esta excursión de ecoturismo.
Tras un corto trayecto de 10 minutos en coche hacia el este, visitamos la cueva prehistórica de Peña Escrita. Esta cueva se encuentra en Sierra Morena, una montaña de 920 metros de altura. Pero no te asustes, la caminata no podría haber sido más fácil, ya que la furgoneta nos dejó muy cerca de la cueva, que pertenece al municipio de Fuencaliente.
Pero lo que hace interesante a la cueva de Peña Escrita es su colección de pinturas rupestres prehistóricas del siglo XVIII. Estas pinturas datan de hace más de 5.000 años, alrededor del 3.000 a.C., y muestran la vida cotidiana. En particular, las escenas parecen representar la caza, el nacimiento y la procreación, incluyendo formas masculinas y femeninas. Los “artistas” utilizaban una mezcla de arcilla y proteínas o grasas animales como materiales.
Estas pinturas rupestres esquemáticas bien conservadas fueron descubiertas en 1783 y declaradas Monumento Histórico-Artístico en 1924. Esta atracción es una visita obligada para cualquier persona interesada en la historia y los yacimientos arqueológicos. Sin embargo, aunque estos no sean tus temas favoritos, te seguirán pareciendo interesantes. Su entorno natural y vistas hacen que la visita merezca aún más la pena.
También probamos a usar un extensor o propulsor para entender mejor cómo vivían los habitantes de la Península Ibérica en la Prehistoria. Esta herramienta, que parece una jabalina, se utilizaba para cazar animales desde lejos, pero es más difícil de dominar de lo que parece. Al terminar, entendí que no voy a lanzar jabalinas en los Juegos Olímpicos en un futuro próximo.
Tras otro corto trayecto en coche, nos detuvimos en los alrededores de La Batanera, una pequeña pero pintoresca cascada. Caminando junto al río Cercedeña, llegamos hasta la cascada, que tiene varias pasarelas de madera, y respiramos la paz que se siente en esta parte de España. El lugar es tan bello que inspiró una escena de la novela clásica Don Quijote de La Mancha del escritor español Miguel De Cervantes. La Batanera también acoge un conjunto de pinturas prehistóricas, pero no las vimos debido a nuestro escaso tiempo para completar esta ruta de ecoturismo en la provincia de Ciudad Real.
Después, llegó la hora de comer, así que volvimos al hotel, que tiene un restaurante con ingredientes, sabores y recetas de la región. Pedimos unos entrantes para compartir, entre ellos paté de perdiz y cazuela montañesa con jamón, setas y verduras. Como plato principal, elegí lágrimas de ibérico con una deliciosa salsa de frutos rojos. Por último, mi postre fue Flor de Calatrava, un plato típico de Castilla-La Mancha con una base dulce y crujiente que parece una flor, mezclada con helado de sabor a turrón. Este dulce es un básico de la Semana Santa en la zona, y os aseguro que estuve a punto de vivir una experiencia religiosa cuando lo probé.
Por la tarde
Tras un pequeño descanso para ver las habitaciones y dejar allí las maletas, nos subimos de nuevo a la furgoneta para llegar a nuestro siguiente destino: Minas del Horcajo.
Condujimos unos 30 minutos hacia el norte hasta llegar a un pequeño túnel casi abandonado. El túnel formaba parte de una línea de tren que unía Peñarroya (en Córdoba, Andalucía) con Puertollano (Ciudad Real). Sin embargo, tras el cierre de la mina del pueblo, que en algún momento fue una ciudad con más de 4000 habitantes, la línea de tren quedó en desuso. Hoy en día, puedes atravesar el túnel a pie o en coche, pero por favor, pulsa el botón de su “semáforo” para avisar a los coches del lado contrario de que vas a pasar.
La actual Minas del Horcajo solo cuenta con una decena de habitantes, por lo que la visita es impresionante. Se pueden ver los restos de lo que fueron casas, iglesias y puentes muy transitados. El pueblo es un lugar excelente para hacer fotos y pasear.
Después, llegó el momento de conducir con la esperanza de ver (y, con suerte, fotografiar) ciervos en libertad. Y, aunque mis expectativas eran bajas, sí pudimos ver varias manadas de ciervos. Por supuesto, nos quedamos en el coche e intentamos estar lo más quietos y callados posible. Algunas manadas eran más huidizas que otras y escapában al vernos, pero pudimos ver otras e incluso hicimos fotos decentes para Instagram.
Por último, para terminar el primer día de nuestro itinerario de ecoturismo en la provincia de Ciudad Real, nos dirigimos a La Bienvenida. Este diminuto y tranquilo pueblo alberga un yacimiento arqueológico. Aunque ya se puede visitar, todavía se están llevando a cabo excavaciones e investigaciones en esta atracción. Así que, en comparación con otros yacimientos arqueológicos, en este lugar parece que la historia se está desarrollando delante de tus ojos. Fue el hogar de una antigua civilización romana.
Después de ver el Yacimiento Arqueológico de Sisapo y antes de que empezara a llover, volvimos al hotel. Para cenar, nos juntamos en una zona de reunión del hotel e hicimos un picnic que no pudimos disfrutar fuera por la lluvia. Después de cenar, subimos a dormir y tuvimos una estancia restauradora en el Hotel Sierra Madrona.
Día 2
Por la mañana
En el segundo día de esta ruta de ecoturismo por la provincia de Ciudad Real, nos levantamos temprano, desayunamos algo ligero en el hotel, y nos subimos en una furgoneta.
Tras una hora y 15 minutos de carretera en dirección norte y este, llegamos a Solana del Pino. Allí recogimos a nuestra guía del día de Ágata Verde, otra pequeña empresa que promueve el ecoturismo en Ciudad Real.
Condujimos un poco con la esperanza de ver al lince ibérico, un hermoso felino típico de la península. Esta especie estuvo al borde de la extinción, pero ahora parece que se está recuperando. Después de ver ciervos, tenía más esperanzas de encontrarme al menos con un lince, sobre todo porque me encantan los felinos. Pero, lamentablemente, no pudimos ver ninguno, así que pasamos a la siguiente actividad del día.
Recogimos pequeñas flores, piedras, ramas y cualquier otra cosa que pudiera ayudarnos a crear un collage natural. Nuestra guía se refirió a esto como “arteterapia”, donde, te dieras cuenta o no, te ponías en contacto con tu niño interior. Se trataba más del proceso de hacer arte en la naturaleza y con la naturaleza que del resultado.
Nos unimos a una meditación guiada con los ojos vendados para continuar en estado zen. Puede que esta parte en concreto del itinerario solo sea para algunos, ya que puede resultar intimidante no ver nada estando en medio de la nada. No obstante, a mí me ha resultado relajante escuchar el río, la música y las instrucciones. Incluso nos aventuramos a caminar un poco con los ojos vendados.
Después, volvimos al centro de Solana del Pino y visitamos la carnicería del pueblo, Carnicería El Lucero. En esta tienda, aprendimos a atar chorizos y probamos diferentes tipos de embutidos españoles, todos ellos deliciosos y elaborados con ingredientes de alta calidad.
Solana del Pino es un pueblecito encantador con pocos locales, así que nos fuimos a un bar de toda la vida y tomamos más comida típica de Castilla-La Mancha.
Por la tarde
Con el estómago lleno, subimos a la furgoneta y nos dirigimos hacia el lugar que más ilusión me hacía ver: El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Llegamos al parque después de una hora y media (y una siesta, en mi caso) conduciendo hacia el norte. Allí nos reunimos con nuestro guía de la empresa Destinos Manchegos. Inmediatamente pensé que una ruta de ecoturismo por la provincia de Ciudad Real solo estaría completa con una visita a este parque.
Aunque es el más pequeño de los parques nacionales españoles, con 3.000 hectáreas, este parque no te dejará indiferente. Este espacio natural, en proceso de ampliación, acoge un impresionante número de especies de aves, entre las que destacan:
- Porrón pardo
- Porrón común (especie vulnerable en términos de conservación)
- Zampullín cornudo (otra especie vulnerable)
- Alcotán europeo (Falco subbuteo)
- Flamenco o Flamingo
Ver este parque al atardecer mientras los pájaros volaban y hacían ruidos fue una experiencia mágica. No quería irme nunca. Así que, si te gusta la observación de aves, eres aficionado a la fotografía o amante de los animales, esta es una parada obligatoria mientras haces ecoturismo en la provincia de Ciudad Real.
Pero todo lo bueno se acaba, así que volvimos a la furgoneta y nos dirigimos al Hotel Doña Manuela en Daimiel. Este hotel de 3 estrellas está en pleno centro; cenamos en su restaurante, y todo estaba delicioso.
Día 3
Por la mañana
Para nuestro último día en esta ruta de ecoturismo en la provincia de Ciudad Real, empezamos desayunando en el buffet del hotel. Después, de nuevo, subimos a la furgoneta con el mismo guía que tuvimos el día anterior, de Destinos Manchegos. Nos dirigimos hasta el Museo Comarcal de Daimiel.
Este pequeño museo muestra la historia y transformación de la ciudad desde la prehistoria hasta el siglo XX. Dentro del museo, se pueden ver piezas arqueológicas y una explicación de nuestra próxima parada: La Motilla del Azuer.
Para llegar a la Motilla del Azuer, subimos a la furgoneta y condujimos 20 minutos hacia el sureste. Nos encontramos con un guía que nos llevó por esta laberíntica fortaleza prehistórica de la Edad de Bronce. Esta inusual fortaleza destaca porque no era una vivienda sino un almacén. La civilización de la zona utilizaría la motilla para mantener a salvo los granos que cosechaban.
Asimismo, el pozo más antiguo conocido en la Península Ibérica se encuentra en el interior de la Motilla del Azuer. De ahí que este edificio sea Bien de Interés Cultural.
Ahora, tengo una pregunta. ¿De verdad has visitado Castilla-La Mancha si no has probado el queso manchego? Yo creo que no, por eso me alegré tanto con la siguiente parada del itinerario.
Tras 30 minutos en coche hacia el norte y el oeste, llegamos a Quesería Zacatena. Esta granja y quesería destaca por producir delicioso queso de oveja de alta calidad con denominación de origen Manchego.
Además de degustar tres de sus quesos, que poco a poco fueron subiendo de intensidad, también vimos sus instalaciones. ¿Mi parte favorita? Las adorables ovejitas bebé.
Finalmente, regresamos al centro de Daimiel para una última comida en la ciudad en La Neotaberna de Rufy.
Este restaurante fue la manera perfecta de terminar nuestra ruta de ecoturismo por la provincia de Ciudad Real. La carta mezcla sabores tradicionales de Castilla-La Mancha con un toque moderno. Empezamos compartiendo una ensalada con helado de queso manchego que muy refrescante y deliciosa. Después, pedí un solomillo de ternera cubierto con salsa de frutos rojos y otra Flor de Calatrava de postre. Toda la comida estuvo espectacular.
