Este es un post que me toca bastante cerca desde que hace unas semanas me operaran por segunda vez del corazón.
La vida de muchas personas cambia radicalmente desde el momento en el que se les notifica que sufren de un padecimiento crónico. En muchos de los casos, estos padecimientos conllevan cambios en el ritmo de vida, en la dieta y en los hábitos generales de la gente que los padece.
Y aunque muchos de los cambios son radicales y traumáticos, tener una enfermedad crónica no significa tener que dejar de viajar. En muchos casos, con tomar simples precauciones antes, durante y después del viaje, basta para que cualquier persona, independientemente de su estado de salud, pueda tener una experiencia fascinante y enriquecedora. Viajar con una enfermedad crónica es un poco más engorroso pero posible y en ocasiones incluso recomendable.
Como comento más arriba, mi vida ha cambiado desde que hace unas semanas me intervinieran para reemplazarme la válvula aórtica. Si bien la experiencia de pasar por una operación a corazón abierto nunca es agradable, no era la primera vez que me sometía a una cirugía cardíaca, ya que a los tres años tuve mi primera intervención.
La diferencia entre la operación de mi infancia y esta radica básicamente en que la primera fue “correctiva” (los médicos trabajaron sobre mi válvula atrofiada) y esta vez sí que se me implantó una prótesis de titanio dentro del corazón. Como consecuencia, a partir de ahora tendré que estar en tratamiento con anticoagulantes por el resto de mi vida.
Obviamente esto va a traer consecuencias en mi vida viajera, especialmente en cuanto a los destinos elegidos para viajar. La disponibilidad del tratamiento en los sitios a los que viajo y la disponibilidad de atención primaria en caso de emergencia suben varios peldaños en mis prioridades viajeras (si bien wifi en el alojamiento sigue coronando la lista).
Por este motivo he recopilado muchos consejos generales para viajeros con enfermedades crónicas que no quieren que su condición les impida ver el mundo.
Nota: De más está decir que este post entero se basa en recomendaciones generales y que cada persona debe consultar a su médico de cabecera o especialista para que analice su caso particular.
Consejos para viajar con una enfermedad crónica
Antes de salir de viaje
Consulta con tu médico
Algunas de las consultas para hacerle a tu médico o especialista son:
– ¿Puedo viajar con mi condición? ¿y puedo viajar al destino elegido?
– Medicamentos: ¿Necesito alguno extra? ¿Cómo los adquiero?
– ¿Necesito alguna vacuna extra?
– Cuidados especiales que debo tener en el destino.
A ser posible, solicita a tu médico que imprima un informe detallando tu condición y medicamentos necesarios para tratarla. Esto puede ser útil en el aeropuerto a la hora de embarcar con el tratamiento en el equipaje de mano o si, como en mi caso, necesitas solicitar una revisión manual ante la imposibilidad de pasar por el arco detector de metales. Si viajas al extranjero, lo mejor es que la carta esté en inglés o que lleves una traducción.
Consulta los detalles del destino elegido y su adaptación a tu condición/patología
Son muchos los factores a tener en cuenta una vez tengas claro que quieres/puedes viajar a un destino en concreto:
– Nivel de desarrollo: No es lo mismo viajar a la India que a Suecia.
– Disponibilidad de atención primaria: ¿Visitas villas remotas o te quedas en ciudades principales ¿Cuánto tiempo te quedas?
– Distancia de los hospitales principales: En caso de estar lejos de alguna ciudad principal, tener claras las alternativas.
– ¿Es posible adquirir la medicación?: ¿Existe un equivalente local? ¿Hace falta receta médica?
Otra cosa a tener en cuenta es si los viajeros con tu patología pueden entrar al país. Algunos países tienen leyes estrictas de acceso para visitantes con condiciones transmisibles como la hepatitis C o el VIH. Otros países pueden tener fuertes regulaciones contra el acceso de determinados medicamentos como analgésicos.
Apunta los teléfonos de emergencia del lugar al que viajas
Y guárdalos en tu cartera y tu mochila de viajes. Incluye el número de urgencias médicas, ambulancias privadas (si vas a un país en el que abos números son diferentes), hospitales, etc.
Contrata un buen seguro de viajes
Léete la letra pequeña y asegúrate de que cubre los derivados de tu condición o patología. Puedes encontrar un completo seguro de viajes completo y económico aquí.
Básicamente existen tres tipos de seguro de viaje:
Seguro de cancelación cubre el coste de tu viaje si por ejemplo tienes que cambiar de fecha o cancelar por encontrarte demasiado enfermo para viajar.
Seguro de salud de viajes cubre los costes de atención sanitaria recibida en otros países.
Seguro de evacuación médica cubre el transporte a hospitales de alta calidad si hay una emergencia. Este tipo de seguros es conveniente si viajas a zonas rurales o remotas.
Adquiere los medicamentos que vas a necesitar
Asegúrate de hacerlo con antelación y prepara un buen botiquín de viajes con la medicación y cualquier tipo de accesorio que puedas necesitar para el tratamiento de tu patología o para encontrarte más cómodo durante el viaje.
Como norma general, nunca factures tus medicamentos. Las maletas se pierden con más frecuencia de lo que crees. Consulta con la aerolínea si es posible acceder al avión con el tratamiento completo en el equipaje de mano. Normalmente no suele haber problemas, pero puede ser que exijan las recetas médicas. En el caso de viajar con diabetes o cualquier enfermedad cuyo tratamiento requiera jeringuillas, lancetas u otros accesorios punzantes, la carta del médico explicada más arriba es de vital importancia para no tener problemas en el control de seguridad.
Informa a tus compañeros de viaje de tu condición
Aunque puede que no siempre sea un tema agradable de conversación, en la medida de lo posible, es mejor que si viajas en grupo o pareja las personas de tu alrededor sepan sobre tu condición para poder ayudarte si lo necesitas. Hazles saber lo que necesitas para mantenerte saludable durante tu viaje y a ser posible, que tengan copias de tus documentos médicos.
En caso de viajar solo, informa a un familiar o amigo de tus planes de viaje y crea un documento de viaje con tus detalles médicos y datos de contacto de familiares y/o médico (ver el siguiente consejo).
Crea un documento con tus datos de salud
Tal y como menciono en mi artículo sobre las cosas raras que no faltan en mi mochila, es súper útil llevar una pequeña tarjeta plastificada con los datos de tu condición y otros detalles médicos importantes como la medicación que estás tomando, tu grupo sanguíneo y tu número de seguro de viajes. Es importante llevar esta tarjeta en la cartera en todo momento para ser encontrada por cualquier persona que te pueda asistir en caso de emergencia. No olvides apuntar el número de teléfono de una persona de contacto y/o el de tu médico de cabecera o especialista.
Por ejemplo, en mi caso particular, el mayor problema que tengo al viajar es que, al estar bajo tratamiento con anticoagulantes que diluyen la sangre, el riesgo de hemorragia es más alto de lo normal, por lo que en mi documento de viaje resalto la información relativa a mi medicación y al hecho que no me puedo cortar.
Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, al viajar con una enfermedad crónica severa, se puede optar por un brazalete con la información necesaria.
Aprende el idioma
No es necesario que hables de forma fluida, ni siquiera que sepas mantener una conversación en la lengua local del lugar que visitas, pero sí que ayuda saber algunas frases básicas relacionadas con tu salud, por ejemplo “Tengo diábetes (o enfermedad X)“, “¿Dónde está el hospital?” o “Estoy en tratamiento con warfarina (o medicamento x)“, etc.
En caso de no ser posible aprender las frases exactas, puedes llevarlas apuntadas en un papel para mostrar a los locales en caso de necesitarlo.
Durante el viaje
Planifica alarmas con tu reloj o teléfono móvil para no olvidar las medicinas
Cuando viajamos somos muy proclives a olvidar cosas debido al cambio en nuestro ritmo de vida y rutina, por lo que es mejor si dejamos a la tecnología la tarea de recordarnos que es la hora de nuestra medicación.
Si tu tratamiento está sujeto a un horario estricto, recuerda ajustarlo en base a las horas que han pasado desde tu última dosis y no a la hora local (suponiendo que haya cambio de horario).
Evita actividades que no sean compatibles con tu condición
Parece una tontería pero hace falta decirlo, si vas a viajar con una enfermedad cardíaca, no saltes en paracaídas ni practiques puenting. Esto se aplica a todas las enfermedades crónicas.
Ten en cuenta lo que comes
Si tu condición requiere una dieta especial o te restringe la ingestión de algunos alimentos específicos (diabetes, hipertensión, alergias alimentarias, úlceras estomacales…), asegúrate de que no los consumes. Especialmente cuando se trata de un viaje a un país con cuya cocina no estás familiarizado.
Pregunta al vendedor o al camarero si lo que vas a comer contiene ingredientes no compatibles con tu condición y si no estás seguro no lo consumas.
Mantén tus medicamentos en condiciones óptimas
Asegúrate de que mantienes tus medicamentos fuera de la luz directa del sol y en un lugar fresco y seco. Si algunas de tus medicinas nacesitan mantenerse refrigeradas, pide al personal del alojamiento que las guarde por ti o utiliza el minibar si dispones de uno.
Para si lo necesitas
Tanto al viajar con asma como con cualquier otra enfermedad o condición que afecte tus niveles de energía o capacidad de estar en movimiento, si te sientes agotado o cansado, simplemente detente y descansa. No te esfuerces por encima de tus posibilidades o va a ser peor.
Después del viaje
Vuelve al médico para una revisión general
Ahora que has disfrutado de tu viaje, es hora de comprobar que todo haya ido bien. Pide una cita con tu médico para realizar un examen rutinario, analíticas, pruebas, etc.
Al final verás que viajar con una enfermedad crónica no es tan complicado, sólo requiere algo de organización.
Que buen post! Muy interesante! Mi madre es asmática y tiene un EPOC. como se considera enfermedad crónica y preexistente no la aseguran ningún seguro. Nos vamos a nueva york y nos da miedo que tenga una crisis. Conoces algún seguro q Cubra enfermedad preexistente? Esq he visto el que recomiendas de axa y es una exclusión. Bueno muchas gracias de antemano!
No se de que pais eres, yo soy de Uruguay y asmatica, viaje a España y a Mexico el seguro que me cubrio con enfermedad preexistente fue assist card. Tuve que pagar un extra pero me aseguraron sin ningun problema
Amigo que buen post has hecho, este es el tipo de guías que vale la pena compartir. Lo compartiré en redes, sigue con el buen contenido! Que no haya excusa para dejar de viajar.
Muchas gracias, Miguel.
Saludos
En hora buena por el post! Muy bien explicado! Yo soy asmatica entiendo perfectamente lo que significa viajar en estas condiciones… la verdad es que un par de veces he tenido problemas, una de ellas fue en Roma, entre corriendo a una farmacia por que NECESITABA un ventolin…. pero no se si en todos los paises del mundo es facil conseguir la medicacion que necesitas…
un saludo!
Gracias Laura por pasarte y por el comentario. Saludos