Con más de 6 millones de habitantes en su área metropolitana, la capital española es, tras París, la segunda ciudad más poblada de la Unión Europea. Por su gran tamaño, ya de entrada te decimos que visitar Madrid en un día solo va a ser imposible. Después de todo, esta ciudad es famosa por contar con varias de las mejores y más amplias colecciones de arte europeo en el mundo. Dicho esto, un día es más que suficiente para una primera toma de contacto con la ciudad.
La buena noticia es que a pesar de su gran tamaño, la mayoría de los atractivos imperdibles de Madrid se encuentran concentrados en los barrios más turísticos. Además, la ciudad cuenta con un excelente sistema de transporte y su centro es lo suficientemente plano para recorrerlo fácilmente a pie.
Madrid en un día
Si solo tienes 24 horas en la capital española, empieza tu recorrido en el barrio que marcó la transición de Madrid de oscuro asentamiento de época musulmana a epicentro del imperio más poderoso de Europa: El Madrid de los Austrias. Esta zona, en el corazón de la ciudad, cuenta con atractivos históricos que abarcan los siglos XVI a XVIII, incluyendo la famosa plaza Mayor y la Puerta del Sol.
Empieza tu día con un buen desayuno, lo vas a necesitar para seguirle el paso a este recorrido por los principales atractivos de Madrid en 24 horas.
La mayoría de los madrileños empiezan su día con un pequeño desayuno que incluye un bollo y un café, suficiente para coger energía en la mañana, y posteriormente tomar algo más sustancioso, como un bocadillo, a las 10:00 u 11:00. Recuerda que en España la hora de la comida no empieza hasta las 14:00.
El centro histórico está repleto de locales, bares y cafeterías, para seguir la formula del mini-desayuno madrileño. Probablemente el mejor, y más mítico, es la Pastelería La Mallorquina (Puerta del Sol, 8). Con una ubicación inmejorable en la Puerta del Sol, esta institución madrileña sirve todo tipo de desayunos dulces con bollería artesanal y clásicos salados como tostas y bocadillos. Para un desayuno más contundente, puedes dirigirte al cercano Hotel Pestana Plaza Mayor (Calle Imperial, 8). Si estás en Madrid en fin de semana, no te puedes perder su brunch.
Comparada con otras ciudades españolas, Madrid es una ciudad relativamente nueva. Si bien los orígenes de la ciudad se remontan al siglo IX, fue en el siglo XVI que Madrid se convirtió en sede de las cortes y capital del reino.
La nueva capital experimentó un rápido crecimiento y un ambicioso plan de renovación y reordenación. Nacía el Madrid de los Austrias. Probablemente la atracción más importante del centro histórico de Madrid es la famosa Plaza Mayor, una majestuosa plaza aporticada presidida por la estatua de Felipe III y con terrazas, tiendas y hoteles de lujo.
Cerca, la Casa de la Villa, ubicada en la plaza del mismo nombre, ofrece una vista del Madrid del siglo XVII. La Casa de la Villa funcionó como sede del ayuntamiento desde 1631 hasta bien entrado el siglo XXI, cuando el consistorio se trasladó al Palacio de Cibeles, en el Paseo del Prado.
La calle Mayor conecta las inmediaciones de la plaza con la Puerta del Sol, epicentro político, comercial y de transportes de Madrid. En esta vibrante plaza se encuentran algunos de los iconos más reconocibles de la ciudad, como la escultura de “El oso y el madroño“, el letrero de neón de la marca de vino Tío Pepe, la placa del “Kilómetro cero” de las carreteras radiales españolas, el monumento a Carlos III y las estaciones de metro y cercanías.
El histórico Mercado de San Miguel, de finales del siglo XIX y estilo Art-Nouveau, ha sido renovado recientemente para convertirse en un centro gastronómico con tiendas y restaurantes de comida local y delicatessen varias.
Ya que dispones de poco tiempo para disfrutar la ciudad, te recomendamos que contrates un tour guiado por el centro de Madrid o uses el Bus Turístico.
Seguro que después de recorrer el centro histórico de Madrid tienes mucha hambre. Pues, lamentamos decirte que si todavía no son las 14:30 te vas a encontrar con que muchos restaurantes aún no sirven comida. Si es el caso, lo mejor que puedes hacer, antes de acabar en un sitio de “guiris”, es comerte un bocadillo, y no hay un bocadillo más madrileño que un bocata de calamares. Uno de los mejores lugares para probar esta curiosa especialidad local es el Bar La Campana (Calle de las Botoneras 6). Si los frutos del mar no son lo tuyo, entonces un bocadillo de jamón ibérico en el Museo del Jamón (C. Mayor, 7) también es ua experiencia muy madrileña.
Si has logrado esperar hasta la hora de la comida, entonces tus opciones se incrementan considerablemente.
Madrid cuenta con el restaurante en continua operación más antiguo del mundo. Abierto en 1725, el Restavrante Botín (Calle de los Cuchilleros, 17) es famoso por su cochinillo asado, que incluso fue mencionado por Ernest Hemingway en su novela Muerte en la tarde. Si un cochinillo asado suena demasiado pesado para una tarde de caminata, tenemos una palabra para ti: tapas. Si bien el centro de Madrid está repleto de restaurantes de tapas, el Mercado de San Miguel ofrece la experiencia madrileña en un mercado modernista.
Con la barriga llena se hace más fácil (o más difícil dependiendo de la cantidad de comida) afrontar la segunda parte del día que, como es de esperar, viene cargada de más paseos a pie para ver la mayor cantidad de atracciones posibles en un día en Madrid.
Empezamos la segunda parte del recorrido en la Gran Vía. Esta céntrica calle, inaugurada en 1911, marcó la transformación de Madrid en una metrópolis moderna. Con un carácter cosmopolita, la Gran Vía está a grandes rasgos inspirada en las amplias avenidas norteamericanas. No es coincidencia la traducción al inglés de su nombre sea literalmente Broadway. Este experimento urbanístico, que conllevó a la demolición de buena parte del centro histórico, otorgó a Madrid algunos de los mejores ejemplos de arquitectura modernista, decó y racionalista de España.
Con casi dos kilómetros de longitud, la Gran Vía es la principal calle de compras de Madrid. Es fácil discernir la evolución de los distintos estilos arquitectónicos en su trazado de este a oeste. En su extremo occidental, la recientemente renovada Plaza de España está rodeada de algunos de los mejores hoteles con vistas de Madrid. Es aquí donde se encuentra el RIU Plaza España, cuya terraza panorámica está abierta al público.
Después de subir al mirador del hotel RIU, puedes explorar las callejuelas del cercano barrio de Conde Duque, con incluyendo el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque, que, ubicado en un antiguo cuartel, siempre tiene exposiciones temporales de arte moderno, fotografía y temas sociales. La plaza de las Comendadoras, y en particular el Café Moderno es un excelente lugar para tomar un café en uno de los rincones alternativos de Madrid desde su terraza.
Unos metros más al sur de Plaza España se encuentra el Palacio Real de Madrid. Este elegante edificio fue construido en el siglo XVIII en el sitio del antiguo Alcázar de Madrid, una fortaleza medieval convertida en palacio que Felipe II transformó en la residencia oficial de los reyes de España en 1561. En la actualidad, el palacio es usado exclusivamente para ceremonias de Estado y actos oficiales, ya que actualmente la familia real vive en el Palacio de la Zarzuela. El Palacio está rodeado por el Parque del Campo del Moro y los jardines de Sabatini.
Hay dos curiosidades de Madrid que hasta ahora no habíamos mencionado, la primera es que sus atardeceres son espectaculares y la segunda es que la ciudad acoge un templo del Antiguo Egipto. El Templo de Debod data del siglo II a.C. y fue donado a España por el gobierno egipcio a finales de la década de 1960 y trasladado piedra por piedra desde su ubicación original, cerca de Asuán, hasta su emplazamiento en el borde del Parque del Oeste, muy cerca de Plaza España y el Palacio Real.
Su ubicación en la cima de una colina y las impresionantes vistas del centro de la ciudad lo han convertido en uno de los miradores más populares de Madrid, especialmente al atardecer.
Para cerrar este itinerario de un día en Madrid con broche de oro, nada mejor que disfrutar de dar un pequeño vistazo a la legendaria vida nocturna madrileña desde las alturas y cenar con vistas espectaculares de la Gran Vía y el centro de la ciudad. Uno de los mejores rincones para cenar con estilo en la capital es la terraza del Hotel Indigo Madrid, que ofrece panorámicas inmejorables de la ciudad, especialmente de noche.
Pues bien, este ha sido nuestro pequeño gran resumen de las cosas que ver en Madrid en un día. Te habrás dado cuenta que pese a mencionar la impresionante colección de arte del Triángulo del Arte en la introducción no te hemos recomendado visitar ninguno de los grandes museos de la ciudad. La razón es clara: Una visita de un día a Madrid no deja suficiente tiempo para ver las maravillas del Prado o el Reina Sofía. Visitar cualquiera de estos dos museos te llevaría dos, tres, cinco horas y, si es tu primer viaje a Madrid, simplemente no hay horas en el día para verlos como se merece.
Dicho esto, si una visita cultural es algo obligatorio en tu viaje de un día a Madrid, nuestra sugerencia es que visites el magnífico Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Esta icónica institución madrileña, mucho más pequeña que El Prado y el Reina Sofía, ofrece una colección de cuadros y esculturas que abarca desde el siglo XIII hasta el XXI e incluye obras de maestros como Van Eyck, Dürer, Caravaggio, Rembrandt, Canaletto, Monet, Degas, Morisot, Van Gogh o Gauguin. Puedes adquirir entradas sin cola aquí.