Si bien está claro que, en general, América del Norte no es conocida por sus castillos, Canadá acoge una curiosa colección de imponentes edificios que asemejan fortalezas medievales. Edificadas a lo largo y ancho de su geografía a finales del siglo XIX y principios del XX, estas palaciegas construcciones de inspiración europea, los grandes hoteles ferroviarios de Canadá, siguen dominando el perfil urbano de muchas de sus ciudades y se han convertido en verdaderos iconos urbanos y turísticos.
Estos Grand Railway Hotels pueden considerarse la primera gran campaña de promoción turística del país.
Con la finalización del Gran Ferrocarril del Pacífico en 1885, los viajes costa a costa en Canadá finalmente eran una realidad para las masas.
Sin embargo, el reto al que se enfrentaban las compañías ferroviarias era el de incentivar al viaje, generar ingresos y atraer turistas a bordo. La solución al desafío era tan ambiciosa como el propio ferrocarril: construir hoteles opulentos y lujosos como castillos para aumentar el interés del público.
Nacían así los grandes hoteles ferroviarios de Canadá, una serie de hoteles construidos por las compañías ferroviarias canadienses junto a las estaciones de tren de las ciudades importantes y diseñados para atender a los pasajeros de la entonces creciente red de vías férreas.
Estos hoteles centenarios no solo sirvieron como catalizadores para el turismo en Canadá, sino que también representan algunos de los mejores ejemplos de arquitectura de estilo château, beaux-arts y modernista en el país.
Los hoteles ferroviarios de Canadá: Una breve historia
Muchos de los hoteles ferroviarios se construyeron en estilo Château (también denominado estilo Neo-château o Châteauesque), que pasó a conocerse como una forma de arquitectura eminentemente canadiense. El uso de torres, almenas y otros elementos arquitectónicos típicos de los castillos escoceses y franceses se convirtió en característico de los majestuosos hoteles de Canadá.
El estilo se popularizó tanto que también fue empleado en importantes edificios públicos, como los edificios de la Confederación y Justicia en Ottawa.
El primer gran hotel ferroviario de Canadá, el Hotel Windsor de Montreal, se inauguró en 1878. Aunque no era propiedad de una compañía ferroviaria, se construyó para atender a los visitantes de la cercana estación de Windsor.
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La íntima relación entre las empresas de ferrocarriles y los grandes hoteles en Canadá se inauguró con la apertura del Hotel Vancouver por parte de Canadian Pacific Railway el 16 de mayo de 1888. Dos semanas después, Canadian Pacific Railway inauguró oficialmente el hotel Banff Springs. El presidente de Canadian Pacific Railway, William Cornelius Van Horne, había elegido personalmente el sitio en las Montañas Rocosas para su nuevo hotel. Imaginó una serie de grandes hoteles en todo Canadá que atraerían visitantes extranjeros a su ferrocarril.
Con la ampliación del servicio, Canadian Pacific construyó el Château Frontenac en la ciudad de Quebec. Su ubicación elevada con vistas a la ciudad lo convirtió en un punto de referencia fácilmente identificable desde los trenes que pasaban y desde los barcos en ruta desde o hacia Montreal.
Al Frontenac le sucedieron el Place Viger de Montreal, The Empress en Victoria, y el Château Lake Louise en Alberta. A principios del siglo XX, las compañías ferroviarias se apartaron del estilo château, en particular con la construcción del Royal Alexandra Hotel de Winnipeg en 1906, el Hotel Palliser en Calgary, construido en 1914 y el Hotel Vancouver II, diseñado en estilo italiano.
El más grande de los hoteles ferroviarios, el Royal York en Toronto, abrió sus puertas en 1929.
El principal competidor de Canadian Pacific, la Grand Trunk Railway, también construyó una cadena de hoteles de lujo en todo el país, en su mayoría en estilo château. La GTR construyó el Château Laurier en Ottawa en 1912, seguido por el Hotel Fort Garry en Winnipeg y el Hotel Macdonald en Edmonton en 1913 y 1915 respectivamente.
La GTR se fusionó con Canadian National Railway en 1920. Durante las décadas siguientes, Canadian National Hotels y Canadian Pacific Hotels continuaron expandiéndose por todo el país. El Hotel Queen Elizabeth en Montreal, construido en 1958 encima de la Estación Central, es el último gran hotel ferroviario construido en Canadá.
En 1988, Canadian Pacific adquirió Canadian National Hotels y, por primera vez, muchos de los hoteles ferroviarios de Canadá estaban operados por la misma empresa. En 2001, Canadian Pacific Hotels pasó a llamarse Fairmont Hotels and Resorts. Fairmont continúa operando la mayoría de los hoteles emblemáticos de Canadá.
Grandes hoteles ferroviarios de Canadá: Alojarse en un icono
Aunque los viajes en tren ya no son el principal método de transporte en Canadá, los hoteles ferroviarios perduran como algunos de los alojamientos más lujosos del país.
Si estás interesado en experimentar cómo eran los viajes por Canadá a finales del siglo XIX, estos son algunos de los establecimientos más famosos que aún están abiertos al público y en los que es posible alojarse:
1. Fairmont Banff Springs, Banff, Alberta
El primero de los grandes hoteles ferroviarios construidos por CPR, el Fairmont Banff Springs, abrió sus puertas en 1888 y fue designado Sitio Histórico Nacional de Canadá exactamente 100 años después.
Junto con los elementos de la arquitectura señorial escocesa, también extrae elementos del movimiento modernista, visible en los frontones redondeados y la mampostería de piedra en bruto.
2. Fairmont Château Frontenac, Ciudad de Quebec, Quebec
El horizonte de la ciudad de Quebec está dominado por el gran Fairmont Château Frontenac.
Inaugurado en 1893 y ubicado en la cima de un acantilado sobre el río St. Laurence en Vieux Québec, el Frontenac ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Sus históricas habitaciones han albergado a líderes políticos como Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt hasta celebridades.
Su espectacular arquitectura de techos inclinados, torreones y frontones elaborados se inspiró en gran medida en los castillos del Valle del Loira en Francia.
Aunque no te alojes en el hotel, es posible hacer visitas guiadas de sus instalaciones gracias a Cicerone Tours.
3. Fairmont Château Laurier, Ottawa, Ontario
Las compañías ferroviarias no podían pasar por alto la capital canadiense de Ottawa. La GTR abrió el Fairmont Château Laurier en 1912.
Construido al estilo de un château francés, con torres y frontones elaborados tallados con flores, volutas y crestas, el interior de este hotel Fairmont cuenta con vidrieras originales de Tiffany y decoraciones de yeso moldeado a mano.
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4. The Fairmont Empress, Victoria, Columbia Británica
Con vistas al puerto interior de Victoria, el Fairmont Empress puede considerarse la gran dama de los hoteles ferroviarios de Canadá.
El Empress, inaugurado en 1908 y construido en estilo château, es el más occidental de los grandes hoteles ferroviarios de Canadá.
5. Fairmont Royal York, Toronto, Ontario
El Fairmont Royal York, en Toronto, es el más grande de los hoteles ferroviarios canadienses y, para el momento de su inauguración en 1929, era, con 28 plantas, el hotel más alto de la Commonwealth británica.
Cada una de las más de 1000 habitaciones tenía su propio baño, ducha y teléfono privados, lo cual era inusual en los hoteles de la época. Para el 90º aniversario del Royal York, en 2019, se inauguró un nuevo vestíbulo de estilo art déco.
6. Fairmont Hotel Macdonald, Edmonton, Alberta
Inaugurado por la compañía Grand Trunk Pacific Railway en el verano de 1915, el Fairmont Hotel Macdonald (comúnmente conocido como Mac) fue construido como una extensión natural de sus contemporáneos en las Montañas Rocosas.
La construcción de estilo châteauesque, conceptualizada por Ross & Macdonald, presenta detalles arquitectónicos exagerados que incluyen alas, torretas, techos de buhardilla y remates que lo distinguen del horizonte más contemporáneo de Edmonton.
7. The Westin Nova Scotian, Halifax, Nueva Escocia
Si bien los hoteles ferroviarios más prestigiosos se concentraron en la costa oeste de Canadá, la Canadian National Railway encargó un puñado de propiedades en Halifax, con el Westin Nova Scotian (originalmente conocido simplemente como Nova Scotian) como principal ejemplo.
Escondido en el extremo sur de Barrington Street, el Nova Scotian está convenientemente ubicado junto a la estación de tren de Halifax y la antigua terminal del transatlántico Pier 21 y, como tal, ha acogido muchos invitados notables. De hecho, la reina Isabel II se alojó en el hotel dos veces.
8. Fairmont Château Lake Louise, Lago Louise, Alberta
De todos los hoteles ferroviarios canadienses, el Fairmont Château Lake Louise es probablemente el que se encuentra en un entorno más pintoresco, junto a un lago de agua turquesa y el majestuoso glaciar Victoria, en el Parque Nacional Banff de Alberta.
Inaugurado en 1890, ahora es reconocido por su enfoque medioambiental.
9. Fort Garry Hotel, Winnipeg, Manitoba
El Fort Garry Hotel abrió sus puertas en 1913 y es uno de los mejores ejemplos de construcción clásica de estilo château.
Inspirándose en sus contemporáneos, se cree que Ross & Macdonald utilizó una combinación de sus planes para los hoteles ferroviarios existentes y ciertos aspectos del Plaza Hotel en Nueva York para crear un edificio majestuoso adecuada para el skyline de Winnipeg.
La propiedad centenaria sigue siendo el único hotel ubicado en el centro de Broadway y, como tal, ha visto a muchos invitados famosos, incluidos Louis Armstrong, Harry Belafonte, el rey Jorge VI y la reina Isabel.
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