El Museo Frida Kahlo, conocido como «La Casa Azul» se encuentra en el centro de Coyoacán, en uno de los barrios más antiguos y pintorescos y una de las mejores zonas en donde alojarse en Ciudad de México.
La morada perteneció a la familia Kahlo desde 1904, luego fue hogar de Frida y Diego Rivera, hasta convertirse en museo en el año 1958, cuatro años después de la muerte de Frida.
Hoy, la Casa Azul, es uno de los sitios más concurridos en la capital, influenciado por el arte popular mexicano y su cultura, visitado por más de doscientos mil personas al año.
Dentro del museo se exhiben una variedad de obras de la mexicana, en especial autorretratos y cuadros de estilo surrealista, basados en los los sucesos de su vida, sentimientos de dolor y su libertad de expresión.
Entre los más destacados se encuentran desde “Frida y la cesárea” (1931), “Naturaleza muerta” (1942), pasando por “Mi familia” (1949), hasta “El retrato de mi padre Guillermo Kahlo” (1952), y “Viva la vida” (1954).
Para descubrir la historia de Frida, el museo dispone de vídeo-guías en donde se explica cada sección de la vivienda y la importancia que tiene en la vida de la pintora.
Cada pieza de la “ Casa Azul” dice algo de la artista: las muletas, los corsés y las medicinas son testimonios de las múltiples operaciones a las que fue sometida.
Otros objetos también se encuentran en la exhibición, como numerosos documentos, juguetes, libros, joyas y vestidos de Tehuana, hoy considerados símbolo del matriarcado, el poder y el orgullo nacional mexicano.
Parte de los objetos son las camas que utilizó Frida para pintar, mientras se encontraba inmovilizada de la columna debido al terrible accidente que sufrió en septiembre del año 1925 y que requirió 32 dolorosas operaciones.
En el museo la «Casa Azul» la pintura describe la trágica vida de la artista, por ser el arte el medio que encontró para plasmar su dolor que más tarde se convirtió en un gran legado para la historia mexicana.
Pero además, Frida, se preocupó por incluir en su estudio de arte, la mayoría de sus obras más reconocidas a nivel internacional.
La «Casa Azul» preserva la cocina de la vieja casona, en el mismo estado que cuando la utilizaba la pintora ya que los objetos claramente reflejan el impacto que tuvo la cultura mexicana en el estilo de vida gastronómico de la pareja.
Igual sucede con los muros del comedor, cubiertos con pinturas populares del siglo XIX, hechos por personalidades de la cultura y destacados artistas de la época como André Breton, Tina Modotti, Edward Weston o León Trotsky (con el cuál se sospechaba que Frida sostenía un romance).
A petición de Diego Rivera de convertir el hogar de la pareja en museo, ahí se resguardan miles de publicaciones, revistas, fotos y objetos personales, algunos han sido digitalizados y los restos de Frida reposan sobre su recámara en una vasija en forma de rana.
La «Casa Azul» se destaca por ser uno de los mejores museos de Ciudad de México, en el cual se venera la memoria de la famosa pintora, sus vivencias apasionantes y una colección de más de 800 objetos que ella misma atesoró.
El museo la «Casa Azul» de Frida Kalho, comprueba no solo el desvelo del arte, sino el universo intimo de la artista latinoamericana más reconocida a nivel mundial.
¿Qué te pareció este artículo? No dejes de visitar la página oficial del Museo de Frida Kahlo para más información.
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