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Tailandia no es un mal lugar para empezar una aventura
Tailandia no es un mal lugar para empezar una aventura

Un anuncio épico desde XIXERONE.COM

Si llevas ya tiempo leyendo el XIXERONE, sabrás que salvo contadas ocasiones, no soy muy de contar mis planes de futuro por aquí y que normalmente espero a volver de los viajes que hago para publicar en el blog.

Pues bien, hoy he venido aquí a romper la tradición, con noticias frescas y un poco de desnudo emocional de ese que tanta falta hace de vez en cuando.

Empecemos desde el principio

Desde que tengo uso de razón he soñado con viajar por el mundo. Mientras otros niños eran felices con coches de juguete o muñecos, mi juguete favorito era un globo terráqueo hinchable y llevaba arriba y abajo mi copia del “Gran Atlas de los Chicos” memorizando países, capitales y banderas y fantaseando con estar ahí frente a la Estatua de la Libertad, Machu Picchu o la Muralla China. Apenas pude hacerlo, me lancé a recorrer el globo.

Sueños cumplidos
Sueños cumplidos

Desde que me mudé a Barcelona, viajar también representaba un escape de la rutina, de la oficina y de la ciudad. Por un tiempo sólo tenía que dedicarme a ser viajero.

Esta bitácora nació hace unos siete años. Con ella pretendía contar mis viajes y tener un pequeño espacio online en el cual almacenar fotos, reflexiones y recuerdos en una era en la que Facebook aún no era tan popular como es ahora.

Para financiar los viajes que calmaran ansias de trotar mundo, siempre dependí de un trabajo estable que me generara suficientes ingresos y una cierta libertad para viajar. Afortunadamente no tuve problemas para moverme por la escena de online travel de Barcelona. Trabajé en empresas relacionadas con el turismo como Lastminute, Booking.com o eDreams, siempre en el ámbito del marketing online.

No pasó mucho tiempo hasta que empecé a aplicar a XIXERONE los conocimientos que a diario tenía que usar en mi trabajo. Técnicas de marketing de afiliación, SEO, estrategia de contenidos empezaron a permear en ese blog que nació como un hobby para transformarlo en algo más profesional.

Una característica de mis viajes es que no hay muchos rasgos que los asemejen. Larga y corta distancia, aventuras mochileras o escapadas de cinco estrellas, trekkings por la selva o urbes cosmopolitas, la única constante hasta este momento es que han sido de ida y vuelta.

Hace casi dos años dejé Barcelona para mudarme a Berlín. En la capital alemana he tenido una vida laboral un poco más inestable, pero conseguí mantenerme en el sector del online marketing y marketing de afiliación en distintos puestos en la volátil escena startup berlinesa.

Desde que vivo en Berlín he disminuido el trote en cuanto a viajes se refiere. En parte por la mencionada volatilidad de mi vida laboral y personal (tuve una operación de corazón el año pasado) y en parte porque, a diferencia de lo que fue mi experiencia en Barcelona, Berlín es una ciudad que me tiene enamorado desde el primer momento (aunque siempre habrá cosas que no me gusten). Así que salvo algunas escapadas por Alemania y Polonia y dos grandes viajes a Colombia y San Francisco, no me he movido mucho en estos dos años.

Pues bien, hace algunos meses me quedé en el paro aquí en Alemania. Al haber estado trabajando durante más de un año, decidí cobrar la prestación por desempleo mientras me dedicaba, con calma, a encontrar un trabajo que fuese perfecto, que pagara bien y que me permitiese seguir viajando con relativa flexibilidad.

Pero ese trabajo nunca se presentó.

Después de pasar mucho tiempo enviando mi currículum a posiciones en marketing sin éxito amplié la búsqueda a ventas, posteriormente a ofertas que requiriesen conocimientos de español y por último, cuando el fin de mis beneficios por desempleo estaba a la vuelta de la esquina, a trabajos en call centers y atención al cliente.

Nada.

No sé qué pudo pasar esta vez. A lo mejor mi experiencia no encajaba con lo que las empresas buscaban, a lo mejor el mercado está saturado a causa de las oleadas de expats que se han mudado a Berlín o a lo mejor simplemente los dioses no decidieron darme una oportunidad.

O quizás… sólo quizás, los dioses decidieron darme la mayor oportunidad que podían darme: una patada en el culo para por fin ir y perseguir mis sueños.

(Que empiece la música épica)

El conocimiento ya lo tengo adquirido, el blog está bastante profesionalizado y recibe muchas visitas cada mes que generan una cierta cantidad de dinero en publicidad y ventas de afiliados.

Es el momento.

El anuncio

Este diciembre me convierto oficialmente en un nómada digital. ¿Se puede decir eso? ¿Es como auto-llamarse fotógrafo o artista por tener cuenta de Instagram? ¿O es como lo de los hipsters, que es algo que se es pero no se dice?

En fin, como diría Shakira, “Ay me voy otra vez, ahí te dejo Berlín”. El día 7, Eurowings mediante, me subo en un avión, bueno, en dos porque tengo una escala en Colonia, a Phuket, Tailandia, primera parada de este periplo indefinido en el que me embarco.

El plan

Parte del plan es no tenerlo, así que en este momento sé poco más que tú de la aventura que me espera.

Lo que sí tengo claro es que todo se basará en el concepto de “slow travel“. Es decir, me quedaré mucho tiempo en una base, y desde allí exploraré sin prisas lo que me apetezca, teniendo una experiencia más local y huyendo del turisteo de baja-haz-foto-sube.

Tailandia no es un mal lugar para empezar una aventura
no es un mal lugar para empezar una aventura

¿La típica foto de stock con una persona usando un ordenador en la playa? ¡Pues allá vamos!

En un primer momento me basaré en el , pero no descarto, entrado el año que viene, solicitar una Working Holiday Visa en Australia o Nueva Zelanda. Al haber cumplido ya los treinta debo darme prisa porque en agosto se me acabaría el plazo. Ya veremos qué sucede.

Qué pasará con el blog

El blog seguirá teniendo un papel fundamental en todo. De hecho, será mucho más importante ahora que representará mi principal fuente de ingresos (y de desahogo, todo sea dicho).

Este cambio en mi vida no tendrá un impacto directo en el blog, salvo, claro está, que el contenido nuevo será más -céntrico y que, dependiendo de las bondades de la conexión a internet, puede ser que no esté tan súper conectado como estoy actualmente. Nota mental: comprar tarjeta SIM nada más bajarme del avión.

¿Y no te da miedo?

¡Me alegra que lo preguntes! Estoy más cagado que palo de gallinero, para que te hagas una idea.

Yo, definición gráfica
Yo, definición gráfica

Para empezar tendré que controlar mis gatos y llevar un presupuesto férreo pero que me permita ver cosas. Después de todo, al menos al principio, voy a vivir con unos ingresos que en se considerarían indignos, pero que espero en el Sudeste Asiático cundan un poco más. Seguiré trabajando en el blog y si sale alguna oportunidad de freelancer, pues bienvenida será. A lo mejor acabo montando un chiringuito en la playa.

Además de los económicos, están los miedos de siempre, los relacionados con la salud y la seguridad. Ahora mismo no quiero entrar en ellos.

Pero, como no podía ser de otra manera, el miedo que más me inquieta está más relacionado con la satisfacción personal. Desde siempre he sido hiperactivo y nunca he llevado bien el estar sentado y quieto en un sitio. Viajar solo me encanta y el concepto slow travel me atrae y mucho, pero a la vez me genera ansiedad.

Viajar indefinidamente va a ser un ejercicio en el que descubriré cosas de mí mismo y del mundo que me rodea.

Deséame suerte.

Ah, y si quieres colaborar de una forma más directa con esta aventura, puedes invitarme a una cerveza, reservar hoteles aquí o vuelos aquí.

mi-futuro

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Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.