El término “joya escondida” se utiliza muy a menudo, pero en mi humilde opinión, aplica al 100% a Zamora. Esta ciudad de la Comunidad Autónoma de Castilla y León combina a la perfección historia, hermosos paisajes y tranquilidad.
Aunque es una ciudad pequeña, Zamora tiene mucho que ofrecer, lo que la convierte en un destino ideal para una escapada de fin de semana. ¿Te gusta pasear por encantadoras ciudades medievales? ¿Eres un foodie o comidista? ¿Te gusta la arquitectura románica y el avistamiento de aves? Si has respondido “sí” a alguna o a todas estas preguntas, te sentirás como en casa en esta ciudad.
En este artículo, hablaré de las atracciones imprescindibles y las mejores cosas que hacer en Zamora en dos días. Esta lista también incluirá actividades sorprendentes de mi visita a Zamora, un destino precioso e infravalorado al que puedes llegar rápidamente desde Madrid o Valladolid.
Qué hacer y qué ver en Zamora en 2 días
1. Castillo de Zamora
El Castillo de Zamora es una fortaleza medieval vital para el pasado de la ciudad. Situado sobre un cerro, el castillo tiene vistas estratégicas del río Duero y sus alrededores. Por lo tanto, fue esencial para defender la ciudad a lo largo de varios conflictos. Y, todavía hoy, se pueden obtener espectaculares vistas de la puesta de sol desde este lugar privilegiado.
La estructura del Castillo de Zamora presenta elementos románicos. En el interior de esta fortaleza destaca la torre del homenaje, que servía tanto para vigilar como para defender Zamora. Otro puntos de interés es su patio de armas.
El castillo, que se puede visitar gratuitamente, está abierto de martes a domingo de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 en verano. Por su parte, en invierno, puedes visitarlo de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.30 horas. También merece la pena recorrer el precioso jardín que lo rodea, con esculturas del artista zamorano Baltasar Lobo.
2. Catedral de Zamora
La Catedral de Zamora es un templo románico situado en el casco antiguo, cerca de las orillas del río Duero. En específico, solo tendrás que caminar unos tres minutos hacia el sureste para llegar a la catedral desde el castillo. Su construcción comenzó en 1140 y finalizó en 1174, aunque esta historia tiene varias versiones. Uno de los aspectos más notables de esta iglesia es su cúpula, a menudo llamada “cimborrio”. La cúpula presenta dieciséis pequeñas ventanas que permiten que la luz natural se filtre en el espacio.
La entrada principal de la catedral presenta escenas bíblicas, santos y demás iconografía religiosa tallada con sumo detalle. En el interior, encontrarás una colección de arte y reliquias. Por ejemplo, la sillería del coro es impresionante.
La catedral está abierta al público de lunes a sábado entre las 10.00 y las 20.00 horas, con un horario más reducido los domingos y festivos. Las entradas para adultos cuestan 6€ e incluyen una visita al museo de la catedral y a la iglesia de Santo Tomé.
3. Murallas del casco antiguo
Las murallas de la Ciudad Vieja de Zamora datan de la Alta Edad Media, en los siglos XI y XII. Construidas inicialmente durante el reinado de Alfonso III, la reina Urraca ordenaría posteriormente su ampliación. Se encuentran en la parte norte del casco antiguo de Zamora.
Las murallas defendían la ciudad de las invasiones. Son un ejemplo de arquitectura militar medieva y tienen varias secciones, incluidas torres de vigilancia y puertas.
Entre las puertas, se puede ver la Puerta del Obispo, que era una de las principales entradas a la ciudad.
4. El Duero
El Duero es un río que pasa por Zamora y es esencial para la ciudad, tanto a nivel histórico como geográfico. Este río, que marca una frontera entre España y Portugal, también le da a Zamora bellos e idílicos paisajes, perfectos para paseos a pie o en bicicleta.
El río Duero recorre la parte norte del casco histórico de Zamora. Uno de los puentes que cruzan el Duero es el Puente de Piedra. Este puente medieval data del siglo XII. Tiene una longitud aproximada de 250 metros y dieciséis arcos, lo que lo convierte en una maravilla arquitectónica de su época. Este puente es el monumento más reconocible de Zamora, y te aseguro que es tan hermoso que cuesta dejar de hacerle fotos.
Otro puente significativo es el Puente de Hierro, construido a finales del siglo XIX. Este puente se inauguró en 1905 y se utilizó inicialmente para el tráfico ferroviario, pero ahora está abierto a peatones y coches. Su estructura refleja el desarrollo industrial de la época y ofrece un excelente contraste con el antiguo Puente de Piedra.
Zamora alberga también varios hallazgos arqueológicos a orillas del Duero. Por ejemplo, las Aceñas, molinos de agua medieval que aprovechaban la fuerza y la potencia del río para moler grano e hilar lana. Existen dos grupos de estos molinos en la ciudad. Los más populares son las Aceñas de Olivares, cerca de la Catedral, que se pueden visitar gratuitamente.
Por otro lado, las Aceñas de Pinilla están cerca del Puente de Hierro, y también puedes visitarlas gratuitamente, pero no podrás ver los molinos por dentro.
Puedes usar los autobuses para moverte por las distintas zonas de Zamora, incluyendo ambas aceñas. Sin embargo, la ciudad es lo suficientemente pequeña como para recorrerla a pie. Y, créeme, con unas vistas tan impresionantes, querrás caminar.
5. Centro de Zamora
Ninguna visita a Zamora estaría completa sin pasear por las callejuelas de su Casco Antiguo. En esta parte de la ciudad, una de las mejores zonas donde dormir en Zamora, encontrarás los mejores hoteles, restaurantes y bares. Asimismo, podrás hacer compras en los centros comerciales, boutiques y tiendas de recuerdos del centro histórico.
Además, si quieres actualizar tu feed de Instagram, el Centro de Zamora tiene muchos lugares perfectos para sesiones de fotos improvisadas.
6. Observación de aves
Durante mi reciente visita a Zamora, me sorprendió la cantidad de especies de aves que se podían ver anidando o volando por la ciudad. En concreto, he perdido la cuenta de cuántas cigüeñas blancas con bebés (suyos, no de humanos) vi en nidos en lo alto de iglesias e incluso en la Plaza Mayor de la ciudad. Así que, si eres aficionado a la ornitología, te encantará visitar Zamora.
El río Duero es un lugar privilegiado para la observación de aves en la ciudad. En los alrededores del río, podrás avistar muchas especies. Eso sí, recuerda que podrás ver una mayor variedad de aves en determinadas épocas del año. En particular, la primavera y el otoño son periodos migratorios críticos en los que puede verse una mayor diversidad de aves de paso o que viven temporalmente en Zamora. Yo estuve allí en primavera y puedo asegurar que es una época preciosa para visitar la ciudad y observar aves.
7. Semana Santa de Zamora
La Semana Santa de Zamora es un importante acontecimiento cultural con profundas raíces históricas. Esta celebración se remonta al siglo XIII y acoge multitudinarias procesiones religiosas y suele tener lugar entre mediados de marzo y principios de abril. Así que, si planeas viajar a Zamora por estas fechas, no puedes perderte la oportunidad de presenciar esta singular celebración.
La Semana Santa es el acontecimiento social y religioso más importante de la ciudad, que alcanza varios momentos muy intensos a lo largo de los diez días en los que la ciudad se sumerge en sus procesiones.
El Casco Antiguo de la ciudad, especialmente en torno a la Plaza Mayor, es el principal escenario de las procesiones. Estas calles están llenas de cofradías que organizan y participan en los actos. Cada cofradía tiene su atuendo distintivo y sus pasos, que representan escenas de la Pasión de Cristo. Las esculturas de estos pasos suelen tener siglos de antigüedad. La mayoría de las actividades tienen lugar entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección.
Incluso si no te consideras una persona religiosa, ver las procesiones de Semana Santa te dará una idea real de la historia de Zamora.
8. Degustación de comida y vinos zamoranos
Por supuesto, la comida tradicional es una de las mejores partes de un viaje, y Zamora no defrauda en ese aspecto. Uno de sus platos tradicionales, el “bacalao a la tranca”, es bacalao en salazón preparado con pimentón y ajo. Este delicioso plato se suele servir con pimientos rojos asados. Otra deliciosa receta local es el “arroz a la zamorana”, un plato de arroz que incluye carne de cerdo, chorizo y, a veces, morcilla.
Asimismo, la ciudad también es famosa por su queso. Entre ellos destaca el queso de leche cruda de oveja llamado “Queso Zamorano”. Este queso cuenta con denominación de origen protegida desde 1993. Puedes comer Queso Zamorano en muchos restaurantes y bares de Zamora y está tan bueno que el reto será limitarte a unas pocas rebanadas.
En cuanto al vino, la región destaca por sus vinos con Denominación de Origen Toro. Estos vinos suelen utilizar uvas Tinta de Toro, lo que da lugar a vinos tintos de gran riqueza. Estos vinos son perfectos para maridar con el ya mencionado Queso Zamorano, y varias bodegas de la ciudad ofrecen catas para grupos.
Para comer, el Restaurante Los Caprichos de Meneses, situado cerca de la Plaza Mayor, tiene buenas críticas en TripAdvisor por su “bacalao a la tranca”. En la calle de los Herreros, Casa Mariano también ha recibido elogios por su sabrosa comida, que incluye guisos potentes y quesos locales.
9. Tour de modernismo en Zamora
Zamora cuenta con notables ejemplos de arquitectura modernista. Este movimiento arquitectónico, surgido a finales del siglo XIX y principios del XX, se inspira en la naturaleza, con formas y elementos que recuerdan a plantas y flores.
Uno de los edificios modernistas más significativos de Zamora es el Mercado de Abastos. Construido a principios del siglo XX, este mercado ejemplifica los principios del modernismo con hierro y cristal, creando un espacio abierto y funcional. Otro ejemplo es el Teatro Ramos Carrión, diseñado por Francisco Ferriol en 1916.
Estas estructuras contribuyen al paisaje arquitectónico de Zamora destacando un cambio hacia el diseño contemporáneo. También crean una sorprendente yuxtaposición entre lo antiguo y lo nuevo, la tradición y la modernidad, el románico y la arquitectura Art Nouveau o modernista.
Puede contratar una ruta del modernismo en Zamora. Sin embargo, también puedes explorar fácilmente estos edificios por tu cuenta. Al fin y al cabo, puedes encontrar la mayoría de los alrededor de la plaza de Sagasta, excepto el mercado, que se encuentra a 4 minutos a pie al noreste de la plaza.
10. Arte callejero en Zamora
El arte callejero de Zamora fue una sorpresa fantástica. Como persona a la que le gusta mirar los murales de una ciudad y hacer fotos, me encantó ver obras de arte de tan alta calidad en Zamora. Los grafitis están repartidos por diferentes zonas y fueron, cuanto menos, inesperados, teniendo en cuenta que se trata de una ciudad medieval.
Los murales surgieron como parte de un esfuerzo por rejuvenecer los espacios públicos y fomentar la participación de la comunidad. La idea era transformar zonas descuidadas en coloridas galerías públicas.
Una de las principales ubicaciones de estas obras de arte es, naturalmente, el centro histórico, concretamente las calles de Balborraz y Riego. Estas pinturas a gran escala cubren las fachadas de los edificios, contrastando con la arquitectura románica tradicional.
Famosos artistas callejeros, incluidos talentos locales como Carlos Adeva, han contribuido a los murales de Zamora. La obra de Adeva refleja a menudo temas sociales e incorpora elementos del folclore de Castilla y León. Su mural “El Espantapájaros”, en la Plaza San Martín, es especialmente famoso por su intrincado diseño. También creó un mural dedicado a la reina Urraca, que puedes ver a continuación:
Al igual que con la arquitectura modernista, también puedes reservar una visita guiada por el street art de Zamora o hacerla por tu cuenta. Muchos murales muestran la vida tradicional, por lo que se encuentran entre las mejores cosas que ver en Zamora en una escapada de fin de semana.
Dato curioso: hay un grafiti de la conocida actriz Marlene Dietrich en Zamora junto a un poema dedicado a ella… por alguna razón.
11. Miradores
Por último, puedes visitar muchos miradores para entender mejor lo que es Zamora. Estos lugares te permitirán obtener unas vistas impresionantes de la ciudad, hacer hermosas fotografías y vídeos, y disfrutar, de verdad, del impresionante paisaje que te rodea.
Y, si no te sientes en condiciones para subir cuesta arriba, siempre puedes coger un autobús o el tren turístico de Zamora. Me encantan los miradores y los de Zamora no decepcionan. Los mejores son el Mirador del Troncoso y el Mirador de San Cipriano.
