Dubái es un lugar que ya había visto en una visita relámpago durante una larga escala con Emirates. Sinceramente, la ciudad nunca me llamó la atención y no figuraba en mi lista de lugares a los que volver. Pero la vida está llena de sorpresas, y volví en Dubái. En esta visita, las cosas mejoraron. Puede que fuera porque tenía más tiempo, pero descubrí un lado más humano de la ciudad del lujo.
Durante mi breve estancia anterior, Dubai me pareció lejana. Sin embargo, esta vez no fue como la primera. Al disponer de más tiempo, me desvié de las rutas turísticas habituales. Esto me llevó por zonas menos transitadas, donde transcurre la vida cotidiana. Sentí el pulso de los barrios de Dubái. Fue esta ciudad, más personal y real, la que cambió mi opinión.
Dubai me resultaba indiferente, pero ahora me gusta de verdad. Estos son los diez mejores momentos de mi viaje a Dubai.
Las 10 mejores experiencias en Dubai
En mi segundo viaje a Dubai, la ciudad me pareció fresca (a pesar de que hacía más de 40 grados centígrados!) y emocionante, como si viniera por primera vez. Esta visita me dio más días para explorar, y mi perspectiva era mucho más brillante. Aunque conocía la ciudad, me sentía preparado para profundizar en lo que tenía que ofrecer.
1. Subir al edificio más alto del mundo
En Dubai, el Burj Khalifa se eleva hacia el cielo como la torre de un gigante salido de un cuento de hadas. No tiene nada que envidiar a cualquier torre de frijoles.
Con sus 828 metros de altura, el Burj Khalifa es oficialmente el edificio más alto del mundo. Este monstruo de acero, hormigón y cristal domina el horizonte de Dubai y es visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Alberga oficinas, residencias y el ostentoso hotel Armani.
Anteriormente había estado en impresionantes miradores de rascacielos como el Top of Rock y el Edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio. Sin embargo, no se trataba de un simple rascacielos, sino de la plataforma de observación más alta de la Tierra. Aunque el skyline desde el mirador no es tan impresionante como los de Nueva York o Tokio, la experiencia de subir al Burj Khalifa mereció la pena.
2. Ver la Fuente de Dubái
A los pies del majestuoso Burj Khalifa se encuentra lo que muchos consideran la mayor atracción de Dubai.
Es la fuente musical más grande del mundo y también una de las más altas. Por las noches, esta enorme fuente ilumina el cielo de Dubai cada media hora con un espectáculo musical y el agua baila al son de los mocos; el abanico musical puede ir desde canciones clásicas árabes hasta Celine Dion y Andrea Bocelli.
3. Explorar el zoco y el casco antiguo de Dubai
En Dubai, un paseo por el zoco de la Ciudad Vieja (Bastakiya) ofrece la oportunidad de contemplar una escena menos brillante y más cotidiana. Aquí, el aire bulle con voces que regatean oro, especias y tejidos junto a pequeñas tiendas que invitan al visitante a echar un vistazo.
Esta parte de la ciudad no destella como los rascacielos, y eso es perfecto.
4. Comprar en The Dubai Mall
En Dubai, las compras ocupan un lugar central, sobre todo en el Dubai Mall. Aquí, los compradores se pierden en un laberinto de más de 1.200 tiendas. ¿En qué otro lugar se puede comprar, patinar sobre hielo y contemplar criaturas acuáticas gigantes bajo el mismo techo? Es un mundo en el que la frase “comprar hasta caer rendido” adquiere un significado totalmente nuevo, sobre todo si intentas encontrar el camino de vuelta a una de las entradas aparentemente idénticas.
5. Bucear en el acuario de Dubai
El Acuario de Dubái es un espectáculo impresionante, con un gran tanque lleno de agua y vida marina que podría rivalizar con la población de una pequeña ciudad. El Acuario de Dubái es uno de los más grandes de Oriente Próximo y ofrece la posibilidad de bucear con tiburones. Se encuentra en el interior del Dubai Mall.
6. Disfrutar de una comida increíble
En Dubai, la lista de restaurantes es tan alta como los rascacielos. Puede encontrar de todo, desde chefs de primer nivel que preparan alta cocina en rascacielos resplandecientes hasta locales callejeros que venden deliciosos shawarmas e increíbles restaurantes libaneses, sirios e indios.
7. Quedarse en el Burj Al Arab
El horizonte de Dubai debe mucho a la silueta en forma de vela del Burj Al Arab. Situado en una isla artificial, este hotel se extiende hacia el cielo, alcanzando las estrellas con su elevado diseño. Es uno de los hoteles más lujosos del mundo. Cuenta la leyenda que fue el primer hotel del mundo en obtener una calificación de 7 estrellas, aunque la oficial sólo llega hasta 5. Leyenda urbana o truco de marketing, lo cierto es que el Burj Al Arab Jumeirah es un hito arquitectónico.
Construido sobre su propia isla artificial, es uno de los hoteles más altos del mundo.
Si tu cartera es ligera y alojarse aquí es sólo un sueño, no te preocupes. El Burj Al Arab sigue siendo agradable desde fuera. Puedes pasear cerca de la playa y contemplar esta vela gigante sin gastar un céntimo.
8. Maravillarse ante la Mezquita de Jumeira
Si hay algo que Dubai no pierde a pesar del bullicio, el lujo y la ostentación, es su espiritualidad.
Cerca de las suaves playas se alza la Mezquita de Jumeira, un brillante ejemplo de arquitectura islámica. Pero este monumento es mucho más que una bonita imagen. Es una de las pocas mezquitas que reciben a visitantes no musulmanes.
En el interior, el techo imita los colores del cielo al atardecer.
9. Hacer un crucero por la ría de Dubai (o incluso un ferry)
El Dubai Creek es un canal de agua salada que actúa como río y divide la zona de la Ciudad Vieja. A un lado está el barrio obrero de Deira, y al otro la zona más exclusiva de Bur Dubai.
No hay puentes para cruzar la ría en el casco antiguo. La buena noticia es que hay algunas barquitas a motor que pueden llevarle de un lado a otro. Las barcazas están abarrotadas de gente y carecen de medidas de seguridad visibles, por lo que esta experiencia puede suponer un subidón de adrenalina.
Otra forma de conocer Dubai Creek es en un crucero organizado. Si quieres ver la ciudad desde otro ángulo, observar el horizonte con sus imponentes edificios mientras flotas sobre aguas tranquilas es una de las 10 cosas que no te puedes perder en Dubái.
10. Viaje a los inicios de la ciudad en el Museo de Dubai
El pasado de Dubai se muestra en Al Fahidi Fort, donde se encuentra el Museo de Dubai. Este lugar muestra la vida antes de los rascacielos y los coches de lujo, cuando la ciudad del desierto aún no había sentido el boom del petróleo.
Como cabría esperar de Dubái, el fuerte que se ve hoy ha sido radicalmente “restaurado y reconstruido”. Es casi como asomarse a una ventana en el tiempo, pero esa ventana es una ingeniosa recreación para turistas que buscan una pizca de historia. Es un secreto a voces que, en Dubái, incluso los ecos del pasado han sufrido una modernización.
Algún día tenemos que ir a Dubai. Hemos leído posts en varias webs, y la verdad es que nos llama mucho la atención.
Enhorabuena por el vídeo! ;)