Dubái tiene una cara que no es tan famosa como la de sus flamantes rascacielos y su lujo a tutiplén.
Nadie hubiera podido presagiar a finales del siglo XIX que aquellas 60 viviendas a orillas del Dubai Creek, con sus estrechas callejuelas se convertirían en lo que es hoy Dubái.
Aquel poblado de antaño recibía el nombre de Al Bastakiya, (lugar iraní) nacionalidad de muchos de sus pobladores. De hecho, las viviendas de este pequeño pueblo estaban construídas siguiendo un estilo típicamente persa y empleando un elemento muy común en la construcción iraní, el malgaf o captador de viento, un dispositivo utilizado para ventilar naturalmente los edificios, que, en conjunción con un canal de agua subterráneo denominado qanat, conseguia mantener frescas las edificaciones. Es fácil divisar el malqaf pues resalta entre las sobrias construcciones de yeso árabes por su forma de torre cuadranguar, con tejado a cuatro aguas y ventanas polilobuladas.
Por aquel entonces la denominada Venecia del Golfo, era un puerto estratégicamente situado y con un creciente comercio de especias, textiles, perlas y oro. Con el descubrimiento del petróleo en los años 60, la población de Bastakiya se multiplicó y las nuevas poderosas familias emigraron a grandes y modernas urbanizaciones en zonas más alejadas del centro. Nace así el Dubái de rascacielos y centros comerciales que con los años hemos ido conociendo.
Es entonces cuando Bastakiya cae en el abandono, hasta el punto de que en los años 70 medio barrio fue demolido para facilitar el desarrollo de un nuevo centro administrativo y sólo una pequeña parte se mantuvo (en pésimo estado de conservación) para hacer las veces de almacenes y centros de acogida para expatriados.
En los años 90, justo cuando se había tomado la decisión de demoler Bastkiya por completo, la intervención de expertos y del gobierno inglés lograron evitarlo.
En el año 2005, en un esfuerzo de las autoridades locales por preservar y restaurar los orígenes de la ciudad, se emprendió la rehabilitación del centro histórico.
Qué ver en Bastakiya
El barrio antiguo de Dubái tiene varios atractivos que lo hace merecedor de una visita. Su principal encanto está, sin embargo, en que es uno de los pocos sitios de la ciudad (exceptuando los omnipresentes centros comerciales) en los que apetece pasear.
Zoco de Bur Dubái
Es el antiguo zoco textil. Ha sido renovado recientemente para recuperar el ambiente evocador y exótico de los bazares orientales. Dispone de gran cantidad de tiendas de telas, trajes y ropa, así como también oro y baratijas varias.
Las calles de sus alrededores están repletas de comercios, dirigidas principalente al público local.
Gran Mezquita de Dubái
Se encuentra ubicada al lado del Dubai Museum y con sus 70 metros, tiene el minarete más alto de la ciudad. Parece antigua, pero en realidad fue construída en 1998, eso sí, basada en una mezquita original de 1900 que se erigió en el mismo lugar. En tiempos antiguos, la Gran Mezquita era además la sede del kuttab, la escuela religiosa en la que los niños de Dubái aprendían el Corán.
En principio su interior está vetado para los no musulmanes, pero es posible escabullirse dentro. Su interior no tiene nada de especial, pero es interesante notar el contraste entre este templo de la zona inmigrante y la mezquita “de los ricos” en Jumeira.
Dubai Creek
Un paseo recomendable en Dubái, a poder ser cuando ya ha caído el sol y no hay posibilidad de soponcios de calor.
Al borde del Creek existe una especie de paseo fluvial con espectaculares vistas de Deira (el barrio en la otra orilla).
Por la noche es una importante zona de ocio con multitud de barcos-restaurantes.
Museo de Dubái
Junto al zoco se sitúa el antiguo Fuerte Al Fahidi, uno de los edificios más antiguos de la ciudad y hoy Museo de Dubai. Construido en 1787 como residencia del gobernador y para proteger el puerto, fue renovado en 1970 para acoger el museo que muestra la historia de la ciudad. En su interior podemos contemplar una curiosa y (supuestamente) fiel reproducción de la vida en la antigua Dubái, sus viviendas, su zoco y las costumbres del pueblo dubaití en todos los aspectos, desde la arquitectura hasta los oficios mundanos, pasando por los juegos, la vestimenta y la vida religiosa.
Además recorre la historia de Dubái mostrando objetos históricos procedentes de excavaciones, desde los humildes comienzos de la ciudad portuaria y del comercio, hasta su boom petrolero y urbanístico iniciado en los años 60.
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