Este es un post invitado por parte de Alberto, autor del blog de viajes independiente Mi casa es redonda.
Koh Tao es la pequeña de 3 hermanas. 3 hermanas que viven en el Golfo de Tailandia, mecidas por el sol y la lluvia, que se alternan estacionalmente e incluso diariamente.
Al ser la más pequeña de las 3 hermanas, como decía, sus rincones son más fáciles de abarcar, sus playas más cercanas de conocer y su ambiente es más cálido y personal: es una delicia de isla. Sin desprestigiar a sus dos hermanas mayores, Ko Phangan y Ko Samui, definitivamente Koh Tao es un lugar ideal para, como fue en nuestro caso, venir dos días y acabar estando cinco o seis.
El motivo de que no fueran dos semanas es que el calendario aprieta y manda, los aviones no perdonan y las vacaciones se acaban, pero como diría alguien una vez: A Dios pongo por testigo que volveré a esta isla. La fama le viene a Koh Tao por el submarinismo, aparte de por sus playas, sus aguas y su ritmo. Pasa por ser uno de los lugares más baratos del mundo para obtener un título certificado, ya sea del PADI o SSI, y no hay más que darse un paseo por Sairee Beach, lo que podríamos llamar capital (pese a que la isla no tiene, es la zona más poblada y activa), para convencernos de ello. Escuelas de buceo, tiendas de equipo, alojamientos con su propia escuela… La joya de la corona en Koh Tao es el buceo, y tanto si quieres certificarte en algún título como si quieres realizar algún buceo recreacional (rondan los 20-30 €) lo que es seguro es que disfrutarás de la isla.
Hay escuelas o alojamientos que incluyen packs en los que pagas por el curso y la titulación y te incluyen en el precio un alojamiento barato, tipo hostel. Ideal si siempre has querido aprender a bucear y viajas con escaso presupuesto. Porque la isla es un lugar fantástico para bajos presupuestos; aquí no esperes grandes resorts ni bonitas boutiques, eso está a dos islas de Koh Tao, se llama Ko Samui. Aquí el ritmo es otro. Pese a que el buceo es el rey en Koh Tao, eso no quiere decir que si no practicas submarinismo no puedas venir a la isla. Cualquiera que necesite desconectar, vivir unos días relajados y disfrutar de buenas playas no se sentirá defraudado viniendo aquí. Hay más actividades para hacer, por ejemplo snorkel.
Hay tours de todo un día que te transportan alrededor de a la isla en barco, permitiéndote ver en sus diferentes calas y playas la abundante vida marina de la isla, es un snorkel fantástico. También puedes hacer el snorkel por tu cuenta, desplazándote por dentro de la isla. Lo ideal es alquilar una motocicleta, son ridículamente baratas (alrededor de 2-4 € por día) pero hay que tener cuidado con la empresa a la que al contratas o te pueden intentar engañar (hablo con la voz de la experiencia). Si vas a recorrer la isla por tu cuenta, te conviene saber que las carreteras del este de la isla están en bastante mal estado. Y cuando digo bastante mal estado me refiero a MUY mal estado. Hay numerosas cuestas muy pronunciadas -el interior de la isla es montañoso- y zonas con enormes baches o sin asfaltar en los que la moto patina y no es difícil acabar en el suelo. Pese a que es muy pequeña, solo 21 kilómetros cuadrados, Koh Tao es complicada de recorrer en su parte oriental, de ahí que los taxis sean enormes todoterrenos que te cobran la carrera a precio de oro (abusivo).
Para mí, la guinda del pastel de Koh Tao es Koh Nang Yuan. Se trata de 3 islotes unidos por delgadas línea de playa que forman una visión espectacular, además de un snorkel y buceo muy bueno junto a la playa sur.
Koh Nang Yuan se encuentra junto a Koh Tao, hay excursiones que te traen aquí, aunque hay que pagar una pequeña entrada por ser considerado parque natural. Después de todo esto que te he contado no puedes buscar excusas para no venir hasta aquí, así que ya lo sabes, si vienes a Tailandia apunta este nombre en una lista: Koh Tao.
Mi nombre es Alberto, autor del blog de viajes por el mundo www.micasaesredonda.com, y como tantos, soy un fanático de viajar y conocer sitios nuevos. Actualmente estoy embarcado en una aventura que me llevará durante varios meses por Oceanía y Asia: comienza en Nueva Zelanda y nadie sabe dónde ni cuándo acabará.
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