Viviendo en Madrid, he visitado el jardín histórico El Capricho en numerosas ocasiones. Aunque no es tan famoso como El Retiro, es igual de bonito. Y lo que es más importante, tiene una historia que roza el disparate.
El parque tiene una superficie de unas 14 hectáreas y está situado en el barrio de Alameda de Osuna, cerca de Barajas. Aunque fue construido en el siglo XVIII, no se abrió al público hasta 1974. Este sitio histórico incluye una serie de jardines de diferentes estilos de diseño europeo. Al recorrerlo, encontrarás jardines franceses, ingleses e italianos.
Jardín El Capricho: Un poco de historia
La historia del Parque comienza en 1784 cuando la Duquesa de Osuna, María Josefa Pimentel, adquirió los terrenos.
Se rumorea que Doña María Josefa era una persona bastante exéntrica, dispuesta a hacer cualquier cosa para mantener entretenidos a los miembros de la corte. Tanto así, que llegó incluso a adquirir estos terrenos en las afueras de Madrid con el único propósito de construir una especie de Disneylandia para los aristócratas de la época. La finca se convertiría en un parque privado con un uso tan trivial que fue bautizada “El Capricho”.
En aquella época, los grandes jardines como los de Versalles estaban de moda. Pero a diferencia de Versalles, diseñado un siglo antes, el gusto y los intereses de las damas nobles de finales del siglo XVIII se centraban, en lugar de en la opulencia, en lugares teatrales donde poder divertirse haciéndose pasar por campesinas, ermitañas o jardineras.
A lo largo de los años, varios arquitectos y paisajistas contribuyeron al diseño de El Capricho, cada uno aportando su estilo al tiempo que mantenían el estilo de paisaje romántico preferido por la Duquesa. Artistas como Pablo Boutelou en 1784 y Jean-Baptiste Mulot, jardinero francés que trabajó para la reina María Antonieta, desempeñaron un papel importante desde el principio.
La construcción del parque continuó hasta 1839, incluso después de la muerte de la duquesa en 1834. Ocupa unas 14 hectáreas y está estructurado en tres partes bien diferenciadas: el parterre francés, el jardín paisajista inglés y el giardino italiano.
Durante la Guerra Civil (1936-1939), El Capricho fue utilizado como base militar; muestra de ello son los búnkeres y refugios construidos en sus terrenos que sirvieron de defensa contra los ataques aéreos del bando Nacional y sus aliados alemanes e italianos.
Tras décadas de propiedad privada, el parque de El Capricho fue abierto al público por el Ayuntamiento de Madrid, que lo había comprado en 1974.
Una Visita al Jardín Histórico El Capricho
Justo antes de la entrada principal, encontrarás una plaza redonda, que antaño se utilizaba para celebrar corridas de toros.
Tras la puerta, se camina por el Paseo de los Duelistas, llamado así por las dos estatuas que se encuentran una frente a otra, hasta llegar a la Plaza de los Emperadores, que está decorada con las esculturas de doce líderes romanos y coronada por una bella exedra con esfinges.
A la derecha, en el nivel inferior del parque, hay un gran laberinto, un elemento básico de los jardines románticos. Este laberinto, construido con gruesos setos, es una atracción divertida del parque.
El gran paseo continúa hasta llegar al Palacio de los Duques, un elegante edificio que perteneció a los Duques de Osuna, una de las familias nobles más importantes de España en su momento. El Palacio de los Duques de Osuna, parcialmente restaurado pero cerrado al público, está rodeado de jardines perfectamente cuidados y hermosas fuentes.
Las escenas dramáticas de imitación, típicas del Romanticismo, combinan elementos arquitectónicos con la exuberante vegetación del parque.
Una de las características poco comunes de El Capricho es que cuenta con su propio apiario (colmenar de abejas). Aquí, los miembros de la Corte podían tener sus propias colmenas para la producción de miel.
También hay una fortaleza. “El Fortín” está rodeado por un foso con agua y restos de lo que fueron puentes levadizos. Originalmente, incluso tenía muñecos de tamaño real vestidos de soldados españoles en sus baluartes.
El lago central del parque tiene una fuente, un puente de hierro, un pequeño puerto y un canal de estilo veneciano que conduce al comedor. Desde el muelle del comedor, las damas de la alta sociedad podían subir a pequeñas barcas que, de forma muy dramática, las llevaban a través del canal hasta el Gran Salón de Baile (en el lado norte del parque). Una cena por todo lo alto.
Una gran escultura de un jabalí les recibía a su llegada. El Salón de Baile tiene suelo octogonal y está decorado con frescos.
Caminando hacia la salida, nos topamos con otros decorados teatrales, como un castillo en ruinas y una pequeña iglesia (que incluye un altar consagrado).
Un poco más allá se encuentra el hermoso Templo de Baco, una estructura ovalada de mármol con una estatua del dios romano. Quizá sea el elemento más bello del parque.
La última atracción de este bizarro parque temático es la Casa del Campesino, o Casa Vieja, un típico edificio rural con su propio huerto.
La casa campesina ofrecía a las damas de la nobleza la oportunidad perfecta para jugar a ser pobres, cuidar de los jardines y cultivar hortalizas, al menos durante unas horas. Como te podrás imaginar, el enorme terreno de El Capricho estaba atendida por un personal de decenas de sirvientes.
Así que sales del parque pensando en la ironía de ser una persona noble en la España de finales del siglo XVIII y no querer otra cosa que entretenerte haciendo actividades de pobres.
Más datos de interés y curiosidades del Jardín El Capricho
El dinero que permitió construir El Capricho y mantener su grandeza procedía de los numerosos títulos y tierras que poseían los Osuna. Su poder financiero estaba estrechamente ligado a los ingresos agrícolas.
Los Duques no vivían permanentemente en El Capricho, sino que lo utilizaban para reuniones sociales y eventos.
La propiedad del parque cambió de manos en 1896, cuando la familia Osuna no pudo seguir manteniéndolo por problemas económicos. El Capricho fue entonces adquirido por los Bauer, una familia de banqueros judíos.
Durante la Guerra Civil española, el parque se convirtió en cuartel general del Ejército Republicano. Todavía existe una red de búnkeres y refugios antiaéreos bajo los jardines, la puerta principal y algunos de sus respiraderos aún son visibles.
La duquesa de Osuna fue una de las grandes promotoras de la pintura de Goya, y algunas de sus obras más famosas, como “Las cuatro estaciones”, “El columpio” o “Almuerzo campestre”, fueron pintadas en el parque.
Jardín Histórico El Capricho: Información útil
- Dirección: Paseo de la Alameda de Osuna, s/n
- Número de teléfono: (+34) 91 588 01 14
- Estación de metro más cercana: El Capricho (L5)
- Buses: 101, 105, 151
- Horarios de apertura:
- Invierno (de octubre a marzo): Sábados, domingos y festivos de 09:00 a 18:30.
- Verano (de abril a septiembre): Sábados, domingos y festivos de 09.00 a 21.00 h.
- Cerrado: 1 de enero y 25 de diciembre.
- Precio: Gratuito.
