Colgado de seis cables de acero y capaz de transportar 35 pasajeros a la vez, el Niagara Whirlpool Aero Car comenzó a operar en 1916. Esta atracción turística es también conocida como Spanish Aero Car (“tranvía aéreo español”) porque fue diseñado por el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo.
Hoy, el El Niagara Whirlpool Aero Car es una de las atracciones imperdibles en el lado canadiense de Niagara Falls.
El Niagara Whirlpool Aero Car: Una atracción imperdible en Niagara Falls
Varios metros por encima del fascinante Niagara Whirlpool (Remolino del Niágara), el Whirlpool Aero Car puede transportar hasta 35 pasajeros de forma segura por el aire entre dos puntos diferentes de la costa canadiense del río Niágara.
El punto de vista es lo suficientemente alto como para ver cláramente el remolino, un fenomeno natural que se crea cuando el gran volumen de agua proveniente de las Cataratas del Niágara entra en el estrecho desfiladero. El cañón da un giro abrupto que hace que el agua gire rápidamente en sentido contrario a las agujas del reloj.
Se cree que el remolino se formó hace aproximadamente 4200 años por la erosión aguas arriba de la escarpa del Niágara. En su punto más hondo, el codo del río llega a tener 38 metros de profundidad.
Un viaje de ida y vuelta en el Niagara Whirlpool Aero Car, que tiene un cable de alrededor de un kilómetro de distancia, dura alrededor de 10 minutos y permite hacer impresionantes fotografías y disfrutar de una vista única Niagara Falls.
- Dirección: 3850 Niagara Pkwy, Niagara Falls
- Horarios: Verano 10:00h – 17:00h
- Precios: $
- Idioma: Inglés
- Teléfono: +1 877-642-7275
- Entradas: Ver y reservar
- Hotel cercano recomendado: Great Wolf Lodge Waterpark Resort
Breve historia del teleférico español del Niágara
El Niagara Whirlpool Aero Car debe su apodo de “teleférico español” a Leonardo Torres Quevedo, ingeniero y matemático español nacido el 28 de diciembre de 1852 en Santa Cruz de Iguña (Cantabria). En 1870 inició sus estudios en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid. Cuando terminó en 1876, decidió que trabajaría en el campo de la ciencia, la tecnología y la invención.
Leonardo Torres Quevedo es considerado uno de los más prominentes ingenieros e inventores de España.
Torres Quevedo construyó el primer teleférico apto para el transporte público de pasajeros en Monte Ulía en San Sebastián. Se inauguró el 30 de septiembre de 1907, pero desapareció en 1912 cuando el parque de atracciones Monte Igueldo se hizo más popular entre los visitantes.
Gracias a su nuevo sistema donde cada cable tenía un contrapeso en el extremo, la tensión se mantenía constante, independientemente del peso de la carga, haciéndolo completamente seguro.
La Niagara Spanish Aero Car Company tenía como objetivo construir un tranvía aéreo que fuera popular entre los visitantes a la entonces incipiente ciudad turística de Niagara Falls.
Tras estudiar varias propuestas, el contrato de construcción le fue adjudicado a Torres Quevedo. Su hijo, Gonzalo Torres y Polanco, que era ingeniero civil como su padre, dirigió las obras de construcción.
La construcción se llevó a cabo entre 1915 y 1916, y el teleférico fue inaugurado el 8 de agosto de 1916. El “Niagara Spanish Aero Car“, como se le conocía en ese momento, era un novedoso tipo de transporte por cable de pasajeros basado en la patente de Torres Quevedo fechada el 22 de enero de 1915.
El Museo Torres Quevedo de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) cuenta con una maqueta de aproximadamente la misma época que es una fiel reproducción del sistema construido en Canadá.
El Spanish Aero Car: Un triunfo de la ingeniería española en Norteamérica
La noticia de la apertura del Niagara Whirlpool Aero Car fue ampliamente cubierta por los medios de comunicación del momento a ambos lados del Atlántico.
En 1991, la Comisión de Parques del Niágara desveló una placa conmemorativa al pie del auto aerodinámico, describiendo a Torres Quevedo como un “ingenioso ingeniero español“.
Incluso hoy en día, la última página de cada pasaporte español muestra el transbordador de Torres Quevedo, evidencia de que la invención todavía se recuerda y se valora en la actualidad.
En el año 1983, Correos emitió una serie de sellos conmemorativos de la construcción del Transbordador sobre el Niágara. En 2016 se celebró su centenario con un acto conmemorativo al que asistieron descendientes del inventor y altas personalidades españolas y canadienses.
El presidente de la Comisión de Parques del Niágara dijo que el hecho de que el auto aerodinámico siga funcionando es “un testimonio vivo de la brillantez y la previsión del diseñador e ingeniero original, el español Leonardo Torres Quevedo”.
El Transboradador Aéreo del Niágara: Ficha técnica y curiosidades
El teleférico del Niagara Whirlpool está suspendido entre 2 riberas canadienses del río Niágara, pero en su recorrido cruza territorio americano (el río es parte de la frontera entre ambos países).
Sus cables abarcan una distancia de 550 metros y se encuentran a 76 metros sobre el río Niágara en Canadá.
No ha habido accidentes en sus más de 100 años de historia.
Originalmente estaba propulsado por un motor eléctrico de 50 caballos de fuerza (37 kW) y viajaba a unos 7 km/h. La carga del cable era de 9 toneladas.
En caso de un corte de energía, un generador diesel propulsaba el automóvil de manera segura de regreso a su punto de partida.
La prueba real de la relevancia, originalidad y capacidad técnica de los inventos de Leonardo Torres Quevedo es que el Niagara Whirlpool Aero Car sigue funcionando en la actualidad prácticamente intacto.
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