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Viajar a Italia: Un día en Venecia

Este es un post invitado por parte de Nicole Biarnes de Freibeuter Reisen.

Durante nuestro último viaje a Italia teníamos sólo un día para visitar .
Para planificar y aprovechar al máximo ese corto tiempo leí muchos blogs y páginas de consejos online. Uno de los primeros consejos que leí por parte de un blogger era no viajar a Venecia en meses que no lleven “r”, es decir, no ir en mayo, junio, julio o agosto.

Desafortunadamente nuestras vacaciones caían justamente en medio de todo, en julio. Tenía que aprender a vivir con el hecho que Venecia estaría llena de turistas. Después de todo, mejor esto que no ver nada de esta ciudad tan famosa.

El segundo consejo que leímos tampoco ayudó mucho a mejorar nuestras perspectivas: aparentemente todo en Venecia es tan caro que es recomendable llevarse unos bocadillos y bebidas en una mochila. Los precios en las terrazas de las piazzas (que, por cierto, en Venecia se llaman campi) son tan altos debido a la cantidad de turistas y a que todo se tiene que transportar a la isla desde tierra firme.

Una vez llegada a la ciudad de la laguna me llevé una sorpresa agradable, ¡estábamos casi solos! Muy animados seguimos otro de los consejos encontrados que recomendaba no intentar buscar las iglesias, museos, monumentos o puentes, la mejor manera de conocer la ciudad es “perderse” en Venecia. Dicho y hecho. Después de haber cruzado el segundo puente ya nos habíamos perdido.

Pero lo bueno era que aún no había gente: las callejuelas estaban casi vacías y nos podíamos pasear tranquilamente durante unas cuantas horas entre canales y minúsculas calles. Un encanto que duró hasta que, por casualidad, llegamos a la Plaza de San Marcos y vimos las masas de turistas empujándose.

Por suerte ya habíamos hecho un bonito recorrido.

La Piazza San Marco, la gran plaza que hay delante de la iglesia del mismo nombre, es impresionante; desprende un encanto y una reminiscencia de siglos pasados.

Las paredes de los edificios que rodean el campo San Marco eran blancas originariamente. Ahora se han vuelto negras y todo tiene un aire dejado, un poco sucio y roto, pero con un encanto muy especial.

¡Incomparable!

Para salir de Venecia no nos apetecía seguir los consejos y perdernos de nuevo.
Tampoco queríamos recorrer las calles llenas de turistas, así que nos compramos tickets para un vaporetto.

Los vaporettos no son muy caros y circulan por el Gran Canal como si de un bus se tratase.

Además de ir rápido y con viento fresco (que se agradece con tanto calor) hay unas vistas muy bonitas de todos los palazzos que dan al Gran Canal.

El último consejo para viajar a Venecia me hizo mucha gracia: hace siglos que Venecia era famosa en toda por su vida nocturna y sus extravagantes fiestas (el Carnaval de Venecia aún recuerda un poco esta época.) Hoy en día Venecia es famosa por su completa ausencia de vida nocturna.

¡Así que si quieres fiesta y marcha, mejor buscarla en otro sitio!

La autora

Nicole ha vivido en Hamburgo y Paris antes de venir a vivir en Barcelona. Desde aquí escribe sobre sus viajes y sus experiencias en su blog en alemán, Freibeuter Reisen. Es una aficionada a la cocina y según ella se conoce la cultura de un pais a traves de los platos típicos y sobre todo comiendolos con gente simpática.

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