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Visita al Museo Judío de Berlín

Escultura Shalechet (Hojas Caídas) - Menashe Kadishman
Escultura Shalechet (Hojas Caídas) - Menashe Kadishman

Jüdisches Museum Berlín

El Jüdisches Museum (Museo Judío), que por cierto no está ubicado en el antiguo barrio judío de Berlín, es una de las visitas casi obligadas de la capital alemana, tanto por la significancia de su emplazamiento en el centro de poder del Tercer Reich, como por su amplísima colección histórica, documental y didáctica sobre la historia de los judíos en y, especialmente, por ser un referente mundial de la arquitectura vanguardista.

Si bien el plato fuerte de la mayor parte de museos judíos de Europa suele ser la parte dedicada a los horrores cometidos contra este pueblo antes de y durante la Segunda Guerra Mundial, la exposición del Museo Judío de no ahonda demasiado en el tema salvo algunas referencias que tienen que ver más con la arquitectura que con la historia y una pequeña muestra de objetos, cartas, fotos y artefactos que se muestran en el eje del Holocausto.

Esta visita en particular está más enfocada hacia el área de la arquitectura, si bien la colección permanente, que recoge la historia del pueblo hebreo en Alemania durante los últimos 4000 años, es inmensa e interesantísima.

Museo Judío de Berlín - Exposición permanente
Museo Judío de Berlín – Exposición permanente

El museo consta dos estructuras, una de finales del siglo XIX, y un edificio moderno, obra del arquitecto Daniel Libeskind.

Museo Judío de Berlín - Exterior
Museo Judío de Berlín – Exterior

Según Libeskind, el museo es una estructura “entre líneas”, basadada en dos corrientes o líneas de pensamiento, organización y relación. Una es una línea recta, rota en varios fragmentos, la otra es una línea tortuosa pero que continúa indefinidamente.

Se trata de un edificio con forma de zigzag. Está basado en dos estructuras lineales que, combinadas, forman el cuerpo del edificio. En las intersecciones de estas estructuras lineales hay espacios o “vacíos” que se elevan de forma vertical hasta el techo de la construcción.

La visita empieza en el nivel inferior del edificio, donde se encuentran los tres ejes que lo componen, el de la Continuidad, el del Exilio y el del Holocausto.

El eje de la Continuidad lleva a la escalera de Sackler, que conecta el edificio antiguo con el moderno. El arquitecto describió este eje como la continuidad de la historia de Berlín y del pueblo judío. Es desde aquí que se bifurcan los otros dos ejes.

Eje del Exilio y Eje de la Continuidad
Eje del Exilio y Eje de la Continuidad

Cada uno de los ejes representa una de las realidades, uno de los destinos de los judíos en Alemania y su disposición entera está cargada de simbolismo.

El eje del Exilio y su jardín

El eje del Exilio exhibe en sus paredes los nombres de las principales ciudades a las que los judíos se vieron forzados a huír tras el comienzo de la ola de antisemitismo previo a la Segunda Guerra Mundial. Nombres de ciudades como Nueva York, Londres, Sao Paulo o Montevideo figuran frente a exhibiciones de maletas, objetos de viaje y cartas de los emigrados.

Jardín del Exilio
Jardín del Exilio

Al final de este pasillo se encuentra el jardín del exilio. Ubicado en el exterior del edificio, una inmensa y pesada puerta de acero ha de ser empujada antes de acceder al jardín. Simbólicamente la puerta representa el esfuerzo y la determinación a la que el emigrante se ha de enfrentar para conseguir dejar atrás la vida tal y como la conocía, su casa, su entorno, incluso su familia, en busca de un futuro mejor, representado por el exuberante jardín al otro lado. Pero no es oro todo lo que brilla, y el jardín está elevado sobre columnas de hormigón, de distintas alturas, que reposan sobre un suelo irregular. La sensación buscada por el arquitecto en este jardín es la de la desorientación que sufrirían los exiliados al llegar a sus países de destino. Los robles sauces plantados en la cima de las columnas representan la esperanza.

El eje del Holocausto y su torre

En los muros del eje del Holocausto no hay Ríos de Janeiro ni San Franciscos, ni historias con finales felices, sus muros están marcados con nombres bastante más macabros. Nombres como Mauthausen, Oranienburg, Treblinka o Auschwitz.

Eje del Holocausto - Campos de concentración
Eje del Holocausto – Campos de concentración

A diferencia del muro del exilio, que acaba en un jardín algo desorientador pero con un atisbo de esperanza verde en la cima, el eje del Holocausto es un pasadizo sin salida, o más bien tiene una salida hacia un lugar algo más oscuro.

La torre del Holocausto está en una esquina del edificio. Se accede a ella a través de una pesada puerta metálica. Es un espacio alto, de paredes robustas y con una única fuente de luz. Una ranura vertical en la cima de la torre.

Torre del Holocausto - Museo Judío de Berlín
Torre del Holocausto – Museo Judío de Berlín

Oyes los ecos de tus pasos, intentas no respirar. Está muy oscuro y las paredes, infinitamente altas, son infranqueables. Te sientes muy pequeaño, observando esa única raja de esperanza a varios metros sobre ti. Distante, inalcanzable. El espacio se hace insoportablemente claustrofóbico a pesar de su altura. Te sientes frágil, pequeño.

El eje de la Continuidad

Es el más largo de los tres pasillos y conecta el edificio moderno con el antiguo a través de las escaleras de Sackler, que llevan a las salas de exposición permanente.

Arquitectura interior del Museo Judío de Berlín
Escalera de Sackler

El vacío de la Memoria

Según Daniel Libeskind, los vacíos son espacios que representan el elemento estructural del edificio nuevo y lo conectan al edificio antiguo. Cinco vacíos cavernosos atraviesan el edificio nuevo de forma vertical. Constan de paredes de hormigón desnudo, no tienen ningún tipo de calefacción ni aire acondicionado y carecen de luz artificial, están separados del resto del museo y representan la ausencia de judíos en la sociedad alemana y habla de lo que no puede mostrarse cuando se habla de la historia de los judíos en Berlín, humanidad reducida a cenizas.

Arquitectura del Museo Judío de Berlín y Shalechet
Arquitectura del Museo Judío de Berlín y Shalechet

El suelo del vacío de la Memoria contiene la escultura Schalechet, (Hojas Caídas) de la artista Menashe Kadishman. Las 10000 caras de acero que cubren el suelo están dedicadas a todas las víctimas inocentes de la violencia.

Escultura Shalechet (Hojas Caídas) - Menashe Kadishman
Escultura Shalechet (Hojas Caídas) – Menashe Kadishman

Información útil

Dirección: Lindenstraße 9-14, 10969 Berlín
Metro: Hallesches Tor (U1 U6 U7)
Bus: M29, M41, 248
Teléfono: +49 (0)30 259 93 300
Web: www.jmberlin.de

Horarios y precios Museo Judío Berlín

Lunes desde las 10 a.m. a las 10 p.m.
Martes – domingo desde las 10 a.m. a las 8 p.m.

Tarifa regular: 8 euros
Tarifa con descuento: 3 euros
Niños hasta 6 años: gratis

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Información útil

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Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.