Dos placas doradas en el pavimento del portón de la finca confirmaron mis temores:
Aquí vivió Eugen Fischer, nacido en 1872, deportado el 25 de enero de 1942 a Riga. Asesinado.
Aquí vivió Lina Kirsch, nacida en 1876, deportada el 13 de enero de 1942 a Riga. Fallecida el 7 de Julio de 1943.
Las aceras de todo Berlín están salpicadas de estos pequeños memoriales, pero en Scheunenviertel son practicamente omnipresentes. Y es que esta zona, a unos pasos de la mítica Alexanderplatz, fue el lugar de asentamiento de buena parte de los 160.000 judíos que habitaban Berlín antes de la Guerra.
Si bien otros distritos, desde el afluente Schöneberg hasta el popular Wedding, contaban con importantes comunidades hebreas, Scheunenviertel y el vecino Spandauer Vorstadt en Mitte eran el verdadero corazón de la vida judía en la capital alemana, un corazón que latía gracias a su arteria principal, Oranienburger Straße, calle que concentraba la mayor parte de instituciones hebráicas de Berlín como la escuela judía y la Neue Synagoge.
Había llegado hacía dos días a Berlín, con la intención de asistir a una gran feria de turismo llamada ITB que se celebra anualmente en la ciudad. El Airbus de Vueling que me trajo desde Barcelona iba a rebosar de ejecutivos trajeados con euros en las pupilas, deseosos de asistir a la misma feria que yo. Lo que no me había planteado al aterrizar es que en ese preciso momento aterrizaban también cientos de vuelos procedentes de todo el mundo y rebosantes de ejecutivos trajeados deseos de asistir a la ITB.
Al final el tamaño de la feria acabó desbordándome y asistí sólo un día. Los demás días de mi estancia los guardé para explorar la ciudad, empezando por el barrio en el que tenía mi alojamiento, el barrio judío de Berlín.
Recuerdo despertar esa mañana y salir a recorrer la zona, Lonely Planet en mano. Miré a mi alrededor y me fijé en las flores que colgaban de las ventanas de los edificios. Era dificil creer que este barrio, que hoy parece el colmo de lo yuppie-fiendly-übercool pudiese alguna vez haber sido considerado uno de los barrios más pobres de Berlín, pero así fue. Scheunenviertel significa literalmente “barrio de los graneros” y era tradicionalmente un barrio de clase trabajadora e inmigrantes del Este de Europa.
Y fue precisamente del Este de donde vinieron la mayoría de familias judías que se establecieron en el área a finales del siglo XIX, huyendo de los pogromos antisemitas en sus países de origen y buscando un lugar seguro donde asentarse. La trágica ironía de esta historia no hace falta contarla.
Además de las placas votivas en el pavimento frente a las casas en las que habitaron judíos deportados o asesinados, el barrio está salpicado de pequeños memoriales que dan cuenta del reinado de terror que se vivió en esta zona entre 1938 y 1945.
Uno de estos pequeños memoriales se encuentra en la entrada del antiguo cementerio judío de Berlín. Un pequeño conjunto escultórico bajo el nombre “Víctimas judías del fascismo”, obra de Will Lammert, guarda la entrada al camposanto más desolador que haya visitado nunca.
El Jüdischer Friedhof, o cementerio judío es el segundo lugar de enterramiento más antiguo de toda la ciudad, pero nadie lo diría por su aspecto. El descampado que vemos actualmente, con un camino de gravilla y una única lápida (perteneciente al filósofo Moses Mendelssohn) es lo único que queda del camposanto, que fue destruido por la Gestapo poco después de empezar la guerra.
Así continué mi recorrido por el Scheunenviertel, pero no sin antes detenerme a tomar un café con una pareja de bloggers británicos que había conocido la noche anterior y que tenían pensado mudarse a la ciudad. EL lugar escogido fue Mein Haus am See, que se auto-define con el eslogan “it’s not a bar, it’s not a club, it’s something sexier in between” (no es un bar, ni tampoco una discoteca, es una mezcla de ambos, pero más sexy) que explica bastante bien su concepto. Aunque estaba vacío cuando llegamos, empezó a llenarse poco a poco de un público a medio camino entre lo hipster y lo yuppie. Después de un capuccino y una charla, era hora de continuar con mi ruta.
Me dirigí entonces a los Hackesche Höfe, un conjunto de patios interiores comunicados por arcadas. El complejo se construyó en 1906 y en sus plantas bajas proliferaron distintos tipos de establecimientos comerciales, la mayoría regentados por familias judías. Con la Reunificación, los edificios de estilo art nouveau fueron completamente renovados y su espacio comercial está actualmente ocupado por boutiques, estudios de diseño y oficinas.
Explorando esta zona descubrí uno de los lugares que más me sorprendieron de mi visita a la capital alemana. Uno de los höfe cercanos, que no forma parte del recinto, pero al que se accede a través de Rosenthaler Straße, es algo así como un monumento gigante al arte urbano, repleto de graffiti, stickers y stencils de colores, la estrecha callejuela es todo un estímulo para los sentidos.
El último lugar en mi lista era una visita al centro de interpretación del Muro de Berlín, en Bernauer Straße. Lugar en el que se ha conservado un buen fragmento de la cortina de hormigón que dividió la ciudad entre 1961 y 1989. Además de una exposición explicativa sobre el funcionamiento de la frontera, símbolo de la división de un país y representante máximo de la Guerra Fría, en sus inmediaciones se encuentra la “Ventana del recuerdo”, un monumento erigido para honrar la memoria de las 136 personas que perdieron la vida en el Muro.
Volví a mi apartamento en Torstraße mientras pensaba en el peso histórico de las calles que estaba pisando, al llegar a mi número, dos placas doradas en el pavimento del portón de la finca confirmaron mis temores:
Aquí vivió Eugen Fischer, nacido en 1872, deportado el 25 de enero de 1942 a Riga. Asesinado.
Aquí vivió Lina Kirsch, nacida en 1876, deportada el 13 de enero de 1942 a Riga. Fallecida el 7 de Julio de 1943.
Un escalofrío recorrió la parte baja de mi columna.
Muchas ciudades del mundo rezuman historia, pero en pocas los poros son tan profundos y trágicos como en Berlín.
Sin embargo, alojarme en un lugar con un pasado tan agridulce como Scheunenviertel me hizo admirar aún más Berlín en general, ya que sin duda se trata de una ciudad con una infinita capacidad de reinvención. Al final, el nudo que en mi estómago habían dejado los numerosos memoriales a los que ya no están se fue deshaciendo y fue sustituido por una sensación de esperanza, de paz. De saber que estaba en el lugar donde tenía que estar.
Tours del Barrio Judío de Berlín
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Quedarse en el Barrio Judío de Berlín
El Scheunenviertel, así como el vecino Prenzlauer Berg están llenos de lugares con encanto para quedarse. La zona con más vida es sin duda la calle Torstrasse, con infinidad de opciones de ocio y lugares para comer. Aquí se encuentra el económico Circus Hostel . En la zona de Oranienburger Strasse econtramos opciones más boutique como el Hotel 38.
Más opciones de alojamiento cerca de barrio judío de Berlín.
Con mi agenda en mano y habiendo leído previamente tu post, he hecho el recorrido y no podría está más encantada con lo que vi . Es mi segunda vez en Berlín y cada visita descubro cosas que me enamoran más de esta ciudad !
Gracias !
Gracias Caro. Berlín es lo más!
Yo tambien olvide este Barrio en mi visita a Berlin. Bonitas fotos
muy interesante el articulo, me ha gustado mucho. imagino que visitar la zona tiene que dejar un sabor de boca algo agridulce, por las fotos el lugar es bello, pero si pensamos en la historia … me estremece pensar en todo lo que pasaron esas pobres personas.
os voy a dejar enlace de mi pagina web de hoteles con encanto.
muchas gracias y un saludo
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Preciosa e interesantísima entrada de una zona que no llegué a visitar cuando estuve en Berlín y que ha hecho que si ya tenía ganas de volver, ahora lo confirme: tengo que volver una semanita al menos. De hecho, siempre he dicho que si me fuera a vivir fuera de Madrid, Berlín sería la ciudad elegida.
Bravo por texto e imágenes!
Gracias por el comentario, Irene.
Yo creo que si no me hubiese quedado allí, tampoco lo habría visitado, y es una pena porque el barrio tiene mucho por descubrir!
Un abrazo
Justo ayer publique de Berlin y no estuve en este Barrio, gracias por compartirlo, puedo decir estuve alli y no lo vi jajaja suele pasar, GRACIAS de nuevo
Pues guáradatelo para la próxima, porque vale la pena, de verdad.
Gracias por el comentario