La mañana de invierno de París era fría y gris, pero en el interior del vagón de metro apenas se notaba.
La megafonía anunciaba el final de la línea, Porte de Clignancourt, la útima parada de la línea 4 era mi destino.
Nada más salir de la estación, me dio la impresión que el metro me había transportado a otra ciudad, esto no tiene nada que ver con París, con el glamuroso París. Aún tenía un cuarto de hora antes de mi cita con la que será mi guía por uno de los mercadillos más populares del mundo. Me froté las manos y busqué un sitio para reponer mi depósito de cafeína, que estaba bajo mínimos.
El único lugar cercano para tomar algo caliente era un maltrecho café, de esos que sólo se encuentran cerca de las bocas de metro o estaciones grandes. Un lugar diseñado para ciudadanos de paso, cuya clientela consistía en sujetos de dudosa reputación, matrimonios extraños y taxistas ociosos. Tras pagar una pequeña fortuna por un café que rozaba el ridículo, me dispuse a salir del local para encontrarme con mi guía del Marché aux Puces y mi compañera de batalla, Lorena editora de uno de los blog de viajes de la revista “¡Hola!”.
Una pequeña ciudad
Mientras caminábamos hacia el famoso mercado de Saint-Ouen, nos explicaron la historia de esta atípica zona de París.
A finales del siglo XIX, los traperos, chamarileros y vendedores de objetos de dudosa procedencia de todo tipo se asentaron al norte de la muralla de la ciudad, una zona sin ley en la que podían ejercer sus oficios sin tener que pagar los altos impuestos de la ciudad intramuros.
Durante sus primeros años, el mercado era poco más que un reducto chabolista que atraía a las clases más bajas de la sociedad. Nada que ver con el complejo de arcadas aburguesadas y frecuentadas por estrellas de Hollywood que podemos ver hoy en día.
Su bullicio y carácter bohemio ha sido fuente de inspiración de artistas desde su apertura. Es sabido que Pablo Picasso solía dar paseos por estos lares. Más recientemente, el mercado sirvió como escenario para la película Midnight in Paris (Medianoche en París) de Woody Allen.
Surgen así el Marché des Rosiers, Marché Paul Bert, Marché Malassis, Vernaison, Malik o Biron, entre otros. Un plano a sus puertas nos indica el anárquico desarrollo urbanístico, donde cual moderna urbe de crecimiento descontrolado cada zona parece especializarse en un producto. Anticuarios, ropa, libros, arte, monedas, joyería y un sinfín de rarezas aptas para todos los públicos.
Amueblar la casa
Comenzamos la visita por Vernaison (el más antiguo de los mercados) y Biron, ambas zonas especializadas en anticuarios, donde su arteria principal es la calle dels Rosiers. Caminar por sus callejuelas cubiertas es perderse en un terrible laberinto de casetas prefabricadas que casi se asemejan más a unas favelas brasileñas que a un mercado. En total estas dos zonas suman más de 500 puestos donde es posible encontrar desde una silla Luis XV, hasta un tiovivo o una lámpara art decó.
Para comer algo
Es mediodía y va siendo hora de comer algo, lo intentamos dentro del Vernaison en el genuino bar-restaurante Chez Louisette, un extraño salón entre barroco y kitsch donde lo mismo hay una bola de discoteca que un lámpara de araña. Imposible, está repleto. Salimos hacia Rue des Rosiers, en el 122 se encuentra La Chope Des Puces, un lugar más sencillo donde el punto fuerte es la música en directo. Entre el bullicio de la hora y el jazz engullimos una indescriptible tabla de variados quesos franceses acompañada de un buen vino.
Comprar un Chanel vintage
La tarde comienza con lujo. Yves Saint Lauren, Christian Dior, Balmain, Chanel, al entrar en las tiendas de la zona alta del marché Dauphine uno parece entrar en la época de los pases privados de la alta costura de principios del siglo XX, y voy con el corazón en un puño pensando que en algún rincón me voy a a encontrar a Penélope Cruz escogiendo su próximo modelito para la alfombra roja. Después de ver etiquetas, no hay que esperar verdaderos chollos, ya que gran parte de ellos son modelos de colección, piezas únicas.
Baúles, muñecas y postales
La galería Dauphine tiene una imagen moderna y en comparación al resto de los mercados, es amplia, con locales espaciosos y cómodos de recorrer, tiene dos niveles y cuenta con tiendas tan dispares y especializadas que van desde la ropa vintage de alta costura, antiguos baúles, carteles, terribles muñecas de porcelana, postales o cromos.
Empieza a anochecer y mi tour por las pulgas finaliza en el extraño mercado de Paul Bert, un caótico lugar de construcciones irregulares donde los anticuarios vuelven a conquistar sus casi más de 220 puestos y que parecen habitar cómodamente jugando a las cartas en el exterior, como si de un improvisado camping se tratara. Aquí los sofás chester parecen no tener complejos al mezclarse aleatoriamente con sillas Panton o mesas Noguchi.
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El por qué de las pulgas
En total las pulgas suman casi quince mercados, de los cuales sólo hemos recorrido unos pocos y ha sido una experiencia agotadora de sensaciones. Acababa mi vista y la gran duda que me asaltaba desde el comienzo de la ruta seguía sin resolverse. ¿Por qué mercado de las pulgas?
Si bien su nombre oficial es mercado de Sant Ouen, este complejo de tiendas ha sido conocido desde sus inicios como Marché aux Puces (Mercado de las pulgas). Este curioso nombre fue otorgado de forma despectiva por la burguesía parisina de la época debido a los rumores (probablemente no infundados) de que los bienes allí vendidos se encontraban infestados de estos y otros parásitos. Curiosamente, el nombre se exportó y actualmente se utiliza en lengua castellana para denominar cualquier mercadillo de bienes de segunda mano.
Información útil
Horarios del mercado de las pulgas de París y cómo llegar
El Mercado de Saint-Ouen, también llamado de las pulgas abre los sábados de 9:00 a.m. a 6:00 p.m., domingos de 10:00 a.m. a 6:00 p.m. y lunes de 11:00 a.m. a 6:00 p.m.
Metro: Porte de Clignancourt (línea 4) / Garibaldi (línea 13)
Buenas tardes:
Me encantan los mercados de pulgas y estare en Paris en junio y voy a recorrerlo dos o tres veces, mas, después de tu descripción. Es seguro en la parte de rapiñas y pequeños hurtos ? Hay menos gente el lunes ? Aca en nuestra ciudad, Montevideo, tenemos uno, llamado Feria de Tristan Narvaja. El problema son los carteristas y pequeños hurtos.
Gracias por la información que me puedas mandar.
Marcelo
Hola Marcelo, no creo que haya muchos problemas de seguridad. Se trata más de unas galerías comerciales que de un mercado popular. Igualmente te aconsejo que vayas con cuidado. Pero eso aquí y en todos los sitios.
Saludos!