El sur de Bélgica es una seductora amalgama de culturas que conjugan perfectamente los caracteres galo y germánico. Es una pequeña región que en su interior parece contener infinidad de pequeños países ricos en historia y gastronomía y en donde el arte y la arquitectura sirven de telón de fondo de un paseo romántico junto al Mosa o un plato de mejillones en una terraza.
¿Lo mejor de todo? Nada en Valonia está a más de dos horas en tren.
En tiempos de paz, la ubicación de Valonia, en el corazón de Europa, ha sido una de sus mayores bendiciones. Sin embargo durante la guerra ha sido a menudo su peor maldición. Desde la Edad Media y hasta hace relativamente poco, desde Waterloo hasta la la Batalla de las Ardenas (que definiría el resultado de la Primera Guerra Mundial), Valonia ha sido un campo de batalla gigante.
La región de las Ardenas es, a todos los efectos, el alma de Valonia. Aquí se mezclan leyendas y tradiciones antiguas con coloridos festivales (la mayoría de los cuales incluye ingentes cantidades de cerveza).
Valonia cuenta con algunas de las mejores rutas de senderismo y ciclismo en Europa, y ofrece el escenario perfecto para todo tipo de deportes de aventura – desde rappel y escalada, hasta parapente y kayak, si bien como podréis imaginar, yo pasé más tiempo con las cervezas artesanales y los mejillones que con los deportes extremos.
