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Exploración Urbana: El edificio de correos abandonado de Leipzig

Interior de la antigua oficina de correos de Leipzig
Interior de la antigua oficina de correos de Leipzig

Es difícil creer que un edificio tan céntrico e importante como la oficina central de correos de pueda estar actualmente abandonada y en franca decadencia, pero es así.

Esta fue una de las cosas que aprendí durante mi visita a Leipzig, una ciudad ubicada a una hora escasa de Berlín.

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Se trata de un inmenso edificio de claro corte comunista ubicado en la céntrica Augustplatz, el hub de transportes de la ciudad, que alberga además edificios importantes como la Universidad de Leipzig o la torre Panorama.

Post Leipzig
Post Leipzig

Si bien su frente se encuentra vallado y el acceso vetado al público, no fue difícil acceder al edificio a través de un portón sin candado ubicado en una especie de patio/aparcamiento en su fachada trasera.

El complejo de edificios que rodea el patio, varios de los cuales presentan frisos típicos de la arquitectura comunista de los años 50, parecen estar en estado de abandono también.

Ventanas años 50 - Leipzig
Ventanas años 50 – Leipzig

El patio en sí, que por su tamaño y disposición supongo es el lugar donde antaño aparcaban los camiones de correos, tiene muebles viejos desparramados por doquier.

Muebles abandonados
Muebles abandonados

La fachada trasera del edificio principal de correos revela un estilo arquitectónico típico de los años 60, cuando la corriente Bauhaus y el brutalismo terminaron de erradicar cualquier tipo de ornamentación clásica para sustituirla por funcionalidad pura. Apenas unos azulejos de cerámica blanca y azul adornan sus muros.

Exterior - Azul y óxido
Exterior – Azul y óxido

Acceder al interior no fue complicado, especialmente teniendo en cuenta que los interruptores cercanos a los muelles de carga, que se suponía abrían las puertas de acceso, hace tiempo que no funcionaban.

Interruptores de acceso
Interruptores de acceso

Una vez dentro, el edificio de correos se torna en un escenario algo más macabro, un lugar que recuerda mucho a una película de terror americana de serie B.

Acceso a la oficina de correos
Acceso a la oficina de correos
Interior del edificio de correos - luces y cristales
Interior del edificio de correos – luces y cristales

De las paredes del interior aún penden los antiguos interfonos y aparatos varios que permitían la comunicación y seguridad del lugar. No hace mucho que este lugar fue abandonado.

Aparatos en la pared
Aparatos en la pared

También, como un antiguo esqueleto, sombra de lo que una vez fue, es visible la maquinaria utilizada para procesar el correo, o parte de ella.

Maquinaria en la oficina de correos
Maquinaria en la oficina de correos

En el suelo esparcidas están las llaves de buzones que ya no existen, oxidándose en el olvido. Sus números, al igual que etiquetas que dicen palabras como “mecánico” o “habitación 2.7” son aún claramente legibles.

Llaves
Llaves

La pintura de los techos y paredes parece arrugarse y desprenderse con cada minuto que pasa, como lágrimas que caen, en cámara lenta, desde el interior del edificio.

Pintura vieja
Pintura vieja

Y por fin está ahí, amplio y espléndido. La joya de la corona de la visita, el gran atrio central del complejo. La guinda del pastel Bauhaus que cumple todos los requisitos del movimiento arquitectónico que una vez cambió el mundo.

Interior de la antigua oficina de correos de Leipzig
Interior de la antigua oficina de correos de Leipzig
Atrio principal
Atrio principal

Me detengo a apreciar el espacio, las formas, la distribución y la luz de un atrio que no parece estar dentro de un edificio abandonado. Salvo por ls estanterías de paquetería vacía del fondo, podría haber jurado que me encontraba en un lugar abierto al público, o un escenario de Mad Men.

No puedo esperar a explorar los otros pisos de la estructura, de los que parece haber cinco más.

Hueco de la escalera
Hueco de la escalera

Pero escucho pasos en el inestable suelo de madera y decido interrumpir mi exploración.

 

 

Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.