El arte de Sevilla no sólo puede apreciarse en sus museos o sus edificios monumentales, sino también en las calles de su centro antiguo. Y es que si rascamos un poquito en la superficie, podremos descascarar la pintura del corporativismo franquiciado, del Inditex y el Mango, del Starbucks y el Burger King, hasta llegar a la capa en la que yace la solera de la capital andaluza.
Hablo de la cartelería y los azulejos publicitarios vintage que decoran las calles de Sevilla.
En este sentido Sevilla, a diferencia de otras grandes ciudades españolas, ha sabido hacer un buen trabajo conservando buena parte de su patrimonio de carteles publicitarios antiguos, si bien muchos están faltos de un poco de cariño para recuperar el esplendor de antaño.
Aunque hoy la gran mayoría de calles comerciales de la ciudad están repletas de tiendas que parecen un corta-pega de las que puedes encontrar en cualquier ciudad de España, la presencia de anuncios en formato azulejos de productos en su mayoría desaparecidos, visten a la ciudad de un aire diferente… va a ser verdad eso de que Sevilla tiene un color especial.
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Aproveché que me encontraba en la ciudad andaluza durante un fin de semana para lanzarme a explorar sus calles y sus monumentos más destacados, pero pronto descubrí que Sevilla es mucho más que la Giralda y que hasta en las callejuelas más recónditas de su casco antiguo, pueden encontrarse trocitos de historia y de arte.
Uno de los primeros letreros que llamó mi atención fue el de la Nave Singer, un edificio industrial de corte modernista que data de principios del siglo XX (1913) y del que destacan sus azulejos restaurados con detalles y tipografía al más puro estilo art nouveau.
Otros azulejos que me llamaron la atención los encontré en la fachada de un edificio en una pequeña calle. Estos paneles de azulejería datan de los años 20 del siglo pasado y hoy probablemente no verían la luz por sus tintes racistas, representan a negros en distintas escenas relacionadas con la industria cafetalera. No en vano se trata de carteles publicitarios de cafés Saimaza.
Sin duda mi publicidad de azulejos favorita de toda Sevilla es la de los coches Studebaker. Este mural de azulejos de gran tamaño fue instalado en 1924 y muestra en vivos colores a un grupo de personas disfrutando de un día de campo en su descapotable.
Y de finales de los felices años 20 (década arriba, década abajo) tenemos este bonito cartel de vino de la bodega Rioja Palacio, lo mejor para la mesa, aparentemente.
De la misma época es el cartel anunciando la Exposición Sevillana, refiriéndose a la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.
En la calle Trajano número 51 se encuentra este singular cartel de azulejos de la desaparecida “Academia de Baile Realito”, una prestigiosa academia de baile flamenco por la que pasaron figuras de la talla de Estrellita Castro o Lola Flores. Este panel data aproximadamente de los años 1940-50.
Más o menos de la misma época es el cartel en la calle Sierpes de Armería Z, una antigua tienda de armas que fue transformando su negocio hacia la venta de equipo deportivo y que con el tiempo pasaría a llamarse Deportes Z. En la actualidad la tienda deportiva sobrevive con el mismo nombre, si bien ha sido adquirida por Inter Sport.
Un tipo de azulejo bastante menos clásico es el que encontramos en la fachada de una farmacia de la calle Tetuán, no muy lejos del mural de Studenbaker. Se trata de azulejos modernos con símbolos químicos típicos de una droguería.
Pero no todo en Sevilla son azulejos, por este motivo he querido hacer un par de menciones especiales a otros carteles que me llamaron la atención más por su tipografía que por su antigüedad. Ambos datan de los años 60-70.
Y ya por último, un homenaje al cartel, ya desaparecido, de uno de los rincones más canallas de la capital andaluza, un antiguo teatro de la calle Amor de Dios que funcionó como salón de variedades y cabaret durante la República, cárcel de republicanos durante la Guerra Civil Española y finalmente como cine X y que recientemente descubrí que estaba condenado a desaparecer.
