Este es un post invitado por parte de Irene, de Crónicas de una argonauta.
Seguro que has leído más de una vez esta frase atribuida a Lao Tse: “Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”. Lo que no dice Lao Tse es cómo dar ese paso y, sobre todo, qué te impide comenzar a darlo. ¿Qué hay que hacer para reunir la determinación necesaria para comprar un billete de avión, hacer las maletas e irse a recorrer el mundo sin fecha de vuelta? Pero puede que la pregunta más importante sea esta:
¿Por qué nunca vas a dar ese paso?
Las respuestas, ya las sabes:
PORQUE NO TIENES SUFICIENTE DINERO PARA VIAJAR
Nunca vas a reunir el dinero que crees que necesitas para viajar. Siempre te parecerá que no es suficiente, que quizás necesitas trabajar unos meses más para seguir ahorrando. Porque, como todo el mundo sabe, con más dinero vas a poder viajar más tiempo.
Nunca vas a tener suficiente dinero porque no acabas de creerte que para tu gran viaje no necesitas grandes ahorros o que te toque la lotería. Lo más importante en un viaje son la imaginación y el ingenio para conseguir minimizar los gastos al máximo o para generar ingresos mientras viajas.
No tienes que dormir en hoteles cada noche, ni moverte en avión ni comer en restaurantes. Hay alternativas mucho más baratas e interesantes que hacen que la vida en la ruta no tenga que ser más cara que tu vida sedentaria. Hay muchas maneras de viajar con muy poco dinero: Desde dormir en casas de locales hasta trabajar a cambio de comida y alojamiento.
PORQUE NO ENCUENTRAS COMPAÑEROS DE VIAJE
Los astros nunca se alinearán para que encuentres al compañero de viaje perfecto con el que salir a cumplir tu gran sueño. Puedes esperar unos meses con la esperanza de que esto suceda, pero lo más seguro es que acabes esperando toda tu vida.
Al principio será porque las agendas no coinciden y luego porque tus amigos o pareja se encuentran en etapas de vida diferentes o tienen otros sueños (formar una familia, tener una carrera, montar un negocio…). Asúmelo, nunca llegaréis a viajar juntos, así que ¿por qué no dejas de esperar?
Viajar en solitario no debería asustarte. Al contrario; es la solución a tu problema. Se trata de decidir que ya no quieres esperar más y proponerte hacer tu gran viaje aunque sea en solitario. No tengas miedo porque no vas a correr peligro ni te vas a aburrir. De hecho, viajando en solitario vas a aprender a confiar en ti mismo y a enfrentarte a las situaciones. Ya verás qué subidón de autoestima te va a dar cuando veas que eres capaz de improvisar y adaptarte a las situaciones más rápido de lo que creías.
PORQUE ES PELIGROSO
Parece que el mal tiene una frontera y que esta se dedica a proteger a tu entorno y a tu rutina; a ese estilo de vida del que ya conoces sus reglas de memoria y participas en él de forma automática. Vivir dentro de esta frontera es seguro y tan fácil como respirar. Si la cruzas te expones a todos los males del mundo, así que mejor quédate en casa leyendo libros y blogs de viajes.
Todo el mundo sabe que en India violan, en Sudamérica te atracan y en África te disparan. Si los autores de esos blogs de viajes que tanto te gusta leer han viajado por medio mundo y han vuelto a casa sanos y salvos, es porque tienen suerte. Tú confías más en tu entorno que te dice que viajar a Irán, México, Colombia, Guatemala (añade aquí cualquier país con mala prensa) es peligroso, aunque ninguno de ellos haya visitado esos países de los que tan mal habla.
Ya conoces el dicho: Si el río suena, agua lleva. Así que te quedas en casa y guardas tus sueños en un cajón. Allí están más seguros.
PORQUE A TU ENTORNO NO LE PARECE UNA BUENA IDEA
Poca gente lo deja todo para hacer la maleta e irse de viaje. Contar a la familia que vas a dejar el trabajo para dar la vuelta al mundo o viajar sin fecha de vuelta no es una tarea fácil, y aún menos cuando te esperan reacciones del tipo: “¿Estás bien de la cabeza?”, “¿y cómo vas a pagar la hipoteca?”, “¿vas a tirar tu vida por la borda?”, etc.
Quizás tienen razón y los grandes viajes son para hippies soñadores que no viven en el mundo real. Hay que tocar con los pies en la tierra y seguir jugando bajo las reglas de crecer, comer, trabajar e hipotecarse. Ya tendrás tiempo de viajar cuando te jubiles y si las escuetas vacaciones que te permite tu jefe te saben a poco, no te quejes; peor sería convertirse en uno de esos hippies que viajan sin fecha de regreso, ¿no?
PORQUE AÚN NO ES EL MOMENTO
Nunca vas a viajar porque nunca será el momento adecuado. Los estudios, un trabajo, el alquiler, la hipoteca, los niños, la pareja… Siempre habrá alguna razón que te impedirá dar el primer paso hacia ese viaje con el que llevas toda la vida soñando.
Primero lo retrasas porque necesitas dinero, luego porque tienes que pagar las deudas, luego porque estás a punto de conseguir un ascenso en tu trabajo, luego porque los niños son demasiado pequeños, luego porque tus padres son demasiado mayores. Y así van pasando los años hasta que te das cuenta de que el momento ideal no va a llegar nunca, o peor aún; que ya pasó.
Siempre se encuentran excusas para aplazar los sueños, sobre todo cuando estos implican el esfuerzo de salir de lo conocido, de arriesgar parte de tu estabilidad y de enfrentarte a tus propios miedos y a los miedos de tu familia y amigos. Si quieres viajar, puedes viajar, pero el momento perfecto solo depende de ti, así que marca una fecha en tu calendario o compra un billete de avión y comienza a preparar tu viaje ahora mismo. Sin excusas.
En 2012 Irene compró un billete a Jakarta. Después de doce países y miles de experiencias, volvió a casa para viajar en bicicleta a Lisboa. Ahora está preparando una ruta por América. En Crónicas de una argonauta te ayuda a organizar tu viaje para que puedas viajar más con menos.
También puedes encontrarla en Facebook, Twitter e Instagram.
Si quieres participar como blogger invitado en xixerone.com, contacta aquí. Puedes ver las condiciones aquí.
Un buen comienzo sería despejar cualquier miedo o duda. Buscar información, pero solo eso, para informarse, no para darles más rodeos en la cabeza a la idea de viajar. Una vez escuché un consejo que ahora hago extensivo. “Cualquier día es bueno para salir de casa y viajar, cada cosa que sucede durante el viaje deberías verlo como lo que PRECISAMENTE esperabas que sucediese”. De esta forma he realizado mis viajes y los he podido disfrutar al máximo tanto en los aciertos como en los desaciertos.