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Sighisoara, Drácula y las cosas del frío.

Acabo de volver de . Sí, sobreviví. O lo que es peor, me lo pasé genial. Al no contar con mucho tiempo material, (fui sólo un fin de semana) tuve que escoger un solo sitio para visitar, la palma se la llevó la pequeña localidad de , y no me arrepiento de mi elección.Conocida por ser el lugar de nacimiento de Drácula, o mejor dicho, de Vlad Tepes, inspirador de la leyenda de vampiros al que pronto dedicaré un post; Sighisoara es todo lo que se puede esperar de una villa medieval transilvana, es tétrica y parece anclada en el tiempo, pero tiene un encanto especial, un halo de misterio, pero, por algún motivo que no sabría explicar, en Sighisoara el embrujo es verdadero, casi tangible.Ubicada a escasos 200 kilómetros de Cluj, la pequeña ciudad de 30 mil habitantes fue en su origen un asentamiento sajón. A lo largo de su historia ha tenido dirigentes germanos, húngaros y rumanos, lo que queda reflejado claramente en su arquitectura e incluso su toponimia, ya que la ciudad responde, además de la actual denominación rumana, a los nombre de Schäßburg (alemán), Segesvár (húngaro) y Castrum Sex (latín).

El centro antiguo, dominado por la torre del reloj es Patrimonio de la Humanidad desde 1999 y es considerada la ciutadela habitada mejor preservada de Europa.

Vale la pena subir a la Iglesia en la Colina y visitar el cementerio alemán.

Como prueba de la indiscutible belleza de la ciudad, os dejo algunas de las fotos que hice.

Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.