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Sha Wellness Clinic: Spa y terapia en la California Europea

Comí mi último Whopper por lo que pudiera pasar, y es que desde que recibí la invitación de un spa de retiro vacacional desintoxicante, no había podido dejar de pensar en cómo podía acabar esta experiencia.

El resort Sha Wellness Clinic, se encuentra en un lugar privilegiado del Mediterráneo, junto a las localidades de Altea y Alfaz del Pi, gozando de esa no siempre habitual mezcla de mar y montaña en la que es denominada la “California de “.

VISTA PANORÁMICA EDIFICIO

El complejo lo componen cinco edificios que ocupan una ladera con impresionantes vistas y más impresionantes puestas de sol. Es obra del prestigioso arquitecto uruguayo Carlos Gilardi y de diseñadora europea Elvira Blanco Montenegro, y el resultado ha sido una mezcla de espacios neutros, amplios y diáfanos en los que prima la salud, el bienestar y sobre todo la luz. La muestra más clara de esta característica se puede ver en las habitaciones, que procuran abrirse por sus cuatro costados al sol mediterráneo.

CAMA HABITACIÓN

Los cinco edificios albergan 93 suites y se comunican entre sí mediante pasarelas que conectan las zonas de recepción y alojamiento, con el circuito termal y la zona de medicina y tratamientos, así como con los salones de actos, la zona club, las terrazas, la piscina, pistas de pádel y el restaurante.

La idea es que el huesped-paciente, en un posible terapia de adicción al tabaco, de rejuvenecimiento, de adelgazamiento, antiestrés o sencillamente de terapia hedonista, intente mediante la alimentación, las actividades y las tratamientos, lograr los objetivos del programa elegido.

El primer paso tras mi ingreso fue una completa revisión médica y una consulta con una experta en macrobiótica, donde en el que se investigaron mis hábitos alimenticios y de vida.

La idea es que tras conocer los detalles de mi dieta y analizar las facciones de la cara y otras partes del cuerpo, la especialista llegue a ciertas conclusiones y me asigne un tipo de dieta adaptado a mis necesidades de las tres que ofrece su excelente restaurante: macrobiótico extremo, Biolight o Sha.

COMIDA MACROBIÓTICA SHA

La cocina macrobiótica que ofrece el restaurante se basa en una mezcla de ingredientes orgánicos naturales y una fusión de las cocinas japonesa y mediterránea. Presentación exqusita y postres deliciosos logran satisfacerme, aunque confieso que un par de ocasiones eché de menos una buena loncha de bacon.

Mi programa, según anuncia el iPad que SHA pone a mi disposición, incluye un masaje SHA, la especialidad de la casa. Mi relajación es extrema. El masajista me tiene que despertar al acabar.

Decido dedicar el resto de la tarde a disfrutar del circuito SPA, que está equipado con sauna, terma romana, baño turco, piscinas de hidro-terapia, pediluvio, duchas bitérmicas, fuente de hielo.

Al día siguiente mi programa incluía un nuevo masaje, esta vez llamado de “tejido profundo”. Solo el nombre duele, pero al final de la “paliza” acabas sintiéndote energizado.

Con el resto del día libre para disfrutar de las instalaciones, tengo el placer de subir a su terraza y contemplar al borde de su piscina infinita la montañas mediterráneas.

PANORÁMICA VISTAS

Actividades como clases de Pilates, yoga, aquafitness, cocina macrobiótica, medicina tradicional china, excursiones a poblaciones cercanas o senderismo diario completan el programa del SHA Wellness.

Afortunadamente, el equipo SHA se encargaba de cuadrarme la agenda entre tratamientos y actividades con revisiones periódicas, quitando y poniendo lo que más me convenía.

Decido probar con una clase de yoga. Relajación extrema nuevamente. Tienen que volver a despertarme.

El último día acabo mi programa con un masaje tailandés, genuino. Tirado cual pelele, mi cuerpo cruje hasta el último hueso, mientras la masajista va retorciendo mis extremidades como quiere. De esta creo que he crecido cinco centímetros y salgo con una sensación de liberación total.

De vuelta a , antes de llegar a la estación le digo al chófer -por favor, pare aquí-. Cierro, me despido, le agradezco su gentileza, cojo mi maleta y abro la puerta de Burger King.

Lo siento, soy humano. Soy débil, muy débil.

Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.