Cuenta la leyenda que el Santo Grial estuvo escondido en ella, es Ciudad Patrimonio de la Humanidad y tiene algo mágico que cautiva.
Cuenca es una ciudad para caminarla, si bien es verdad que no es esta una tarea que la orografía de la ciudad facilite, cuestas que parecen infinitas separan la parte baja de la ciudad antigua. Sin embargo, los esfuerzos de cualquiera que se anime a andarla son recompensados con espectaculares vistas, balcones que se asoman a los Ríos Huécar y Júcar y un impresionante legado histórico y artístico.
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La Plaza Mayor, el Ayuntamiento y la Catedral
La Plaza Mayor de Cuenca, al igual que sucede con la mayoría de ciudades españolas, es el centro neurálgico de la villa. Es en este punto de se encuentra la oficina de turismo.
Aquí se encuentra la Catedral, que muestra un pastiche variopinto de estilos, producto de reformas, remodelaciones y reconstrucciones que se sucedieron a lo largo de los siglos. Su fachada es neogótica, de principios del siglo XX, reconstruida tras un corrimiento de tierras.
Del ayuntamiento, destaca su estilo barroco y su portal de tres arcos de medio punto de finales el XVIII.
Las casas colgadas desde el Puente de San Pablo
Probablemente una de las vistas más típicas de la ciudad es la de la ladera del Río Huécar.
Tras cruzar por un pasadizo (que en su día fue una de las puertas de acceso a la ciudad) bajo la Casa de la Sirena, se llega hasta el Puente de San Pablo, que fue construido inicialmente en piedra entre 1533 y 1589 y estaba formado por cinco arcos apoyados en pilares en forma de torres y que tras sufrir varios derrumbamientos, fue sustituido en 1902 por el de hierro y madera que vemos hoy. Del puente renacentista se conservan las bases de piedra sobre las que se sustenta el actual.
Desde el puente es posible observar el monumento más emblemático de la ciudad, sus Casas Colgadas. Construidas entre los siglos XIV y XV, los historiadores no se ponen de acuerdo si su origen es musulmán o medieval. Pudo ser una antigua casa solariega en virtud del escudo del canónigo Gonzalo González de Cañamares encontrado en su interior.
En la actualidad son tres casas restauradas en el siglo XX. En dos de ellas está ubicado El Museo de Arte Abstracto Español (Casas del Rey) y en la otra un mesón típico (Casa de la Sirena).
El Convento de San Pablo y actual Parador Nacional
Atravesando el Puente de San Pablo se llega hasta el Convento de San Pablo, construido por iniciativa de Juan del Pozo en 1523, fue ocupado en un principio por los dominicos, posteriormente y hasta el 1974 se utilizó como seminario de los Padres Paules. Desde 1993 es Parador Nacional de Turismo. A su lado, la Iglesia de San Pablo, donde a los pies de sus altar está enterrado el canónigo fundador.
Los “rascacielos” del barrio de San Martín
Se trata de edificios de viviendas en la ladera del Huécar en el que el desnivel existente fue aprovechado para construir plantas hacia arriba y hacia abajo. En la parte alta de la ciudad (Calle Alfonso VIII) son casas típicas de dos o tres alturas, pero desde la parte baja puede apreciarse que son edificios que en realidad alcanzan la friolera de 11 plantas. Todo un récord para la arquitectura del siglo XV.
Torre Mangana y la Plaza de la Merced
Camino de la Torre Mangana, se halla la Plaza de la Merced y en ella el Museo de las Cienciasque no de deja de ser uno de los muchos museos de este tipo proliferaron en los 90. Para visitas con niños puede suponer un aliciente y es uno de los atractivos turísticos de la ciudad.
La Torre Mangana es una construcción del siglo XVI, que hoy es utilizada como reloj. Junto a ella se sitúa el moderno monumento a la Constitución, obra de Gustavo Torner.
Paseo por la parte alta de Cuenca
Desde la Plaza Mayor, ascendemos por la calle de San Pedro, a la izquierda se encuentra la plaza de San Nicolás, con la Fundación Antonio Saura, que acoge su importante archivo histórico y artístico.
Seguimos ascendiendo hasta la Iglesia de San Pedro, a continuación encontramos la Fundación Antonio Pérez (FAP), que está ubicada en el antiguo Convento de las Carmelitas Descalzas y cuenta con impresionantes vistas a la hoz del Huécar. A continuación se encuentra la sede del Archivo Histórico Provincial y tras pasar el Arco del Castillo de Bezudo, nos encontraremos con la Cuenca más natural, la de las hoces del Huécar y el Júcar con sus impresionantes miradores.
Museo de Arte Abstracto (Fundación Juan March)
No existía un nombre más correcto, abstractas son sus obras y abstracto es su recorrido a través de las dos casas colgadas que lo acogen. Es uno de los focos de atracción de la ciudad. Creado en 1966 con los fondos del artista Fernando Zobel y cedido a su muerte a la Fundación Juan March, hoy es una de las colecciones de arte abstracto español más importante del siglo XX. Artistas como Antoni Tapiés, Antonio Saura, Eusebio Sempere, Gerardo Rueda, Gustavo Torner, José Guerrero, Eduardo Chillida, Pablo Serrano, Luis Feito, Rafael Canogar , Hernández Mompó, Palazuelo y el mismísimo Fernando Zobel.
Absolutamente recomendable recorrerlo, tanto si eres como si no eres aficionado al arte. Si lo eres por su imprescindible colección de un período no muy popular en los museos, la poco valorada abstracción, y si no lo eres, por el mero hecho de estar en el interior de dos casas colgadas, ya merece la pena. Ventanales abiertos al infinito de la hoz del Huécar lo convierte en una experiencia casi tan abstracta como sus cuadros.
Me ha gustado eso de los “rascacielos”..jeje.
Muy bonita Cuenca por cierto!