Marrakech, fascinante ciudad situada a los pies de los Atlas, es un vibrante tapiz de imágenes, sonidos y aromas. Con sus bulliciosos zocos, magníficos palacios y serenos jardines, no es de extrañar que sea uno de los destinos más visitados de Marruecos.
Ya sea paseando por su antigua Medina o empapándote del animado ambiente de Jemaa el-Fnaa, Marrakech promete un viaje inolvidable repleto de riqueza cultural e histórica.
Terremoto de Marruecos
A la luz del terremoto del 8 de septiembre de 2023, Marrakech ha demostrado una increíble resistencia y fortaleza mientras la ciudad se recupera. Aunque algunas atracciones pueden no estar disponibles temporalmente o tener horarios modificados, muchos lugares de visita obligada siguen siendo accesibles.
Mientras Marrakech se reconstruye, tu apoyo como viajero es inestimable. Al visitar la ciudad durante este tiempo, estarás contribuyendo a su economía y ayudando en los esfuerzos de recuperación. Puedes dejar una huella positiva colaborando con empresas locales y comprando productos elaborados por artesanos de la región.
Para quienes busquen oportunidades de voluntariado o formas adicionales de ayudar, numerosas organizaciones y grupos comunitarios acogen con agrado la ayuda en proyectos de recuperación.
Qué ver y hacer en Marrakech
En esta guía, hemos recopilado una lista esencial de las 21 atracciones imprescindibles que deberían estar en el itinerario de todo viajero que visite esta cautivadora ciudad.
1. Yemaa el-Fnaa
Yemaa el-Fnaa es la bulliciosa plaza principal de la ciudad. Está situada en el barrio de la Medina y ha sido el corazón de la ciudad desde su fundación en el siglo XI. Este espacio al aire libre es famoso por su ambiente vibrante y caótico, lleno de artistas callejeros, encantadores de serpientes y vendedores ambulantes que venden de todo, desde zumo de naranja natural a dulces tradicionales marroquíes. Por la noche, la plaza se anima con la instalación de puestos de comida que ofrecen delicias locales como sopa harira y carnes a la parrilla.
Históricamente, Jemaa el-Fnaa sirvió de lugar de ejecuciones públicas y de zona comercial donde los mercaderes acudían a vender sus mercancías. Su importancia llevó a la UNESCO a declararla Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Numerosos cafés y terrazas bordean la plaza y ofrecen vistas panorámicas, lo que la convierte en un lugar excelente para observar a la gente. Entre los lugares de interés cercanos se encuentran los zocos, donde se puede regatear por especias, artículos de cuero y artesanía tradicional. A pesar de su moderna popularidad, la plaza conserva su carácter histórico y sigue siendo un centro de reunión.
2. Mezquita de la Koutoubia
La Mezquita Koutoubia, construida en el siglo XII, es un monumento emblemático de Marrakech. Situada cerca de la plaza Djemaa el-Fna, su altísimo minarete alcanza los 77 metros de altura, por lo que es visible desde varios puntos de la ciudad.
El califa almohade Yaqub al-Mansur encargó la construcción de la mezquita, que muestra la arquitectura clásica almohade con muros de arenisca roja y arcos de herradura que recuerdan a los de Al-Andalus. El nombre de la Koutoubia se traduce como “mezquita de los libreros“, en alusión al bullicioso mercado de libros que floreció en sus inmediaciones.
Aunque no se permite la entrada a los no musulmanes, los jardines circundantes ofrecen un lugar tranquilo para la contemplación.
3. Palacio de Bahía
El Palacio Bahía, construido a finales del siglo XIX, es un testimonio de la artesanía y el ingenio arquitectónico marroquíes. Situado en la calle Riad Zitoun el Jedid de Marrakech, el palacio fue encargado por Si Moussa, un antiguo esclavo que llegó a gran visir del sultán.
Con una extensión de ocho hectáreas, captura la esencia de los estilos islámico y marroquí con sus intrincados suelos de mármol, azulejos de zellige y techos de madera de cedro tallada.
Cuando visite el Palacio de Bahía, no se pierda el Gran Patio. Su impresionante suelo de mármol contrasta con los coloridos mosaicos que cuentan historias de una época pasada. Otro punto de interés es el Petit Riad, que cuenta con un sereno jardín lleno de fragantes naranjos y fuentes. El palacio no sigue un patrón arquitectónico regular; fue creciendo orgánicamente a medida que se añadían nuevas alas con el tiempo, lo que lo convierte en un fascinante laberinto de salas y pasillos.
Puedea reservar entradas para visitar el Palacio de Bahía aquí.
4. Jardín Majorelle y Museo Yves Saint Laurent
El Jardín Majorelle, situado en el bullicioso barrio de Gueliz de Marrakech, es un oasis de calma en medio del caos de la ciudad. Diseñado inicialmente por el pintor francés Jacques Majorelle en las décadas de 1920 y 1930, el jardín fue restaurado posteriormente por el icono de la moda Yves Saint Laurent y su socio Pierre Bergé. El jardín ocupa casi dos hectáreas y media y está salpicado de plantas foráneas, fuentes y edificios de un vibrante azul cobalto. Este tono azul vivo se conoció como“Azul Majorelle” y se ha convertido en sinónimo del jardín. El jardín se encuentra en la calle Yves Saint Laurent. La entrada solo al jardín cuesta unos 70 MAD (aproximadamente 7 USD).
Junto al Jardín Majorelle se encuentra el Museo Yves Saint Laurent, que abrió sus puertas en octubre de 2017. Este museo rinde homenaje a la vida y la carrera de Saint Laurent, con un espacio de exposición permanente que muestra varios cientos de prendas, incluidos muchos de sus diseños icónicos, como el vestido Mondrian y el traje Le Smoking. Ofrece una visión más profunda de cómo Marrakech inspiró su obra, contribuyó a su rico legado y destaca la relación con su pareja, Pierre Bergé. La entrada al jardín y al museo cuesta unos 100 MAD (unos 10 USD). La mejor hora para visitarlo es a primera hora de la mañana o a última de la tarde para evitar las grandes aglomeraciones y disfrutar de una experiencia más contemplativa.
5. Tumbas saadíes
Las tumbas saadíes, situadas cerca de la mezquita de la Kasbah de Marrakech, son un notable testimonio de la grandeza de la dinastía saadí. Las tumbas, que datan de la época del sultán Ahmed al-Mansur, a finales del siglo XVI, fueron descubiertas en 1917 tras haber permanecido selladas durante siglos. El complejo alberga a unos 60 miembros de la dinastía saadí, incluido el propio al-Mansur. Los visitantes que entren por los estrechos pasadizos se encontrarán entre mausoleos intrincadamente decorados con azulejos de colores y caligrafía árabe.
Mientras exploras el yacimiento, visite la Cámara de las Doce Columnas, lugar de enterramiento del sultán al-Mansur. La cámara presenta una impresionante cúpula sostenida por doce columnas de mármol, que subrayan el lujo de la arquitectura saadí. El precio de la entrada es módico, normalmente unos 70 MAD (dirhams marroquíes), y es mejor visitarlo a primera hora de la mañana o a última de la tarde para evitar las aglomeraciones. Equipado con interesantes detalles históricos, este lugar ofrece una sensación palpable de conexión con el pasado imperial de Marruecos.
6. El Badi Palace
El palacio de El Badi es una imponente ruina que en su día sirvió de gran residencia real. Encargado por el sultán Ahmed al-Mansur tras su victoria sobre el ejército portugués en la Batalla de los Tres Reyes en 1578, este palacio tardó unos 25 años en terminarse. Originalmente concebido como símbolo de triunfo y riqueza, contaba con más de 350 habitaciones adornadas con oro, mármol y piedras preciosas procedentes de toda Europa y África.
En la actualidad, el palacio de El Badi es un vestigio esquelético de su antigua gloria, pero sigue fascinando a los aficionados a la historia. Entre sus enormes murallas hay una gran piscina central flanqueada por cuatro jardines hundidos. Se anima a los visitantes a explorarla a su propio ritmo; entre los lugares más destacados se encuentran el Minbar de la Mezquita Koutoubia y las exposiciones de temporada que se organizan entre sus muros. La entrada general cuesta unos 70 MAD, lo que la convierte en una parada accesible en cualquier itinerario por Marrakech. Visitarlo durante la primavera ofrece un clima agradable para apreciar este sitio histórico cómodamente.
7. Medina de Marrakech – Un lugar para perderse
La Medina de Marrakech, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, es una antigua ciudad amurallada repleta de historia y cultura. Se remonta a 1070 y a los almorávides, una dinastía bereber que gobernó el norte de África y partes de España. Este barrio histórico de Marrakech alberga palacios, mezquitas y casas tradicionales marroquíes conocidas como riads. Entre sus hitos arquitectónicos destacan la mezquita Koutoubia, terminada en 1158 por el califato almohade, y el palacio de la Bahía, construido a finales del siglo XIX por el gran visir Si Moussa. Sin embargo, parte del encanto de Medina reside en sus numerosas callejuelas estrechas y serpenteantes que conducen a vibrantes zocos (mercados) donde se ofrecen alimentos, artesanía, textiles y productos tradicionales marroquíes a distintos precios.
8. Jardines de Menara
Los Jardines de la Menara son un extenso oasis verde en el extremo occidental de Marrakech, cerca de la cordillera del Atlas. Fueron creados en el siglo XII por el sultán almohade Abd al-Mumin como símbolo de paz y tranquilidad en medio de la bulliciosa ciudad. Los jardines abarcan unas 405 hectáreas y consisten principalmente en olivares que rodean un gran lago artificial. El elemento central del lago es un pabellón con un tejado verde en forma de pirámide conocido como el Pabellón Saadiano, que sirve de extraordinario fondo para la fotografía. Los Jardines de la Menara abren todos los días y la entrada es gratuita. El momento ideal para visitarlo es durante la primavera, cuando los olivos están en flor, o a primera hora de la mañana y última de la tarde, para disfrutar de una temperatura más suave y menos aglomeraciones.
9. Museo de Marrakech
El Museo de Marrakech, ubicado en el opulento palacio Dar Menebhi, ofrece una intrincada mirada al pasado cultural e histórico de Marruecos. Construido a finales del siglo XIX por Mehdi Menebhi, antiguo ministro de Defensa, el palacio exhibe la arquitectura clásica andaluza con sus intrincados azulejos y grandes patios. Los visitantes pueden explorar una colección que incluye arte tradicional marroquí, piezas de arte contemporáneo y objetos históricos como cerámica, joyas y textiles. Destaca el patio central, con su imponente lámpara de araña y sus tranquilas fuentes.
Situado en el corazón de la ciudad vieja (Medina), cerca de la madraza Ben Youssef, el museo es fácilmente accesible a pie para quienes exploran este barrio histórico. La entrada al Museo de Marrakech cuesta unos 50 dirhams (aproximadamente 5 dólares). Abre de 9.00 a 18.30 todos los días. Para evitar grandes aglomeraciones, es recomendable visitarlo entre semana o a primera hora de la mañana.
10. Palmeral
La Palmeraie es uno de los parajes naturales más famosos de Marrakech, con una extensión de 54 kilómetros cuadrados y más de 100.000 palmeras. Situada a unos 10 kilómetros al norte del centro de Marrakech, es un oasis desértico que ha constituido un exuberante refugio durante siglos. Históricamente utilizado como tierra de labranza debido a sus favorables condiciones de irrigación introducidas durante la dinastía almorávide en el siglo XI, hoy en día tiene más fines recreativos.
El acceso a la Palmeraie es sencillo: desde el centro de Marrakech abundan los taxis, que suelen cobrar entre 100 y 150 dirhams (entre 10 y 15 dólares). Para los interesados en actividades como montar en camello o en quad por este extenso bosquecillo, lo mejor es visitarlo a última hora de la tarde o a primera hora de la noche, cuando las temperaturas son más frescas. Los precios de las actividades varían, pero suelen rondar los 300-400 dirhams (30-40 dólares) por una hora de aventura. Aunque no hay una tarifa fija para visitar la Palmeraie, los precios dependen de los servicios que se contraten.
11. Museo Dar Si Said
Situado en la parte sur de la Medina, el Museo Dar Si Said es un cautivador depósito de arte y cultura marroquíes. Este museo se encuentra en un opulento palacio del siglo XIX construido originalmente por Si Said, que fue ministro de la Guerra con el sultán Moulay Hassan I. La estructura en sí es una obra maestra de la arquitectura tradicional marroquí, con techos de madera tallada, vibrantes mosaicos de zellige y exquisitas decoraciones de estuco.
En su interior, puedes explorar una amplia colección de objetos que abarcan varios siglos. Se exponen joyas bereberes antiguas, hermosos tejidos, cerámica tradicional y alfombras antiguas de varias regiones de Marruecos.
12. Jardines Agdal
Los Jardines del Agdal son otra de las atracciones imprescindibles de Marrakech. Se remontan a la dinastía almohade del califa Abd al-Mumin en el siglo XII, ocupan unas 400 hectáreas y están situados al sur del Palacio Real. Concebidos como lugar de descanso para la realeza, consisten en vastos olivares intercalados con árboles frutales como naranjos, granados y albaricoqueros.
13. Distrito de los curtidores
Situado al noreste de la Medina, el barrio de las Tenerías ofrece una visión fascinante de un oficio milenario.
Este distrito se ha especializado en la marroquinería durante más de mil años, conservando sus técnicas únicas a lo largo de generaciones. Una visita a este lugar le permitirá ver cara a cara a los artesanos que supervisan las grandes cubas de piedra donde se tratan y tiñen las pieles. El proceso tradicional utiliza ingredientes naturales, como excrementos de paloma y tintes vegetales, que dan como resultado una vibrante paleta de colores. Mientras explora, espere olores fuertes; es aconsejable llevar una ramita de menta, ofrecida a menudo por los lugareños para enmascarar el olor. La mejor hora para visitarla es a media mañana, cuando los trabajadores están más activos.
14. Museo de Arte Africano Contemporáneo Al Maaden (MACAAL)
El MACAAL se encuentra en el complejo Al Maaden, a poca distancia en coche del centro de Marrakech. Inaugurado en 2016, este museo cuenta con una impresionante colección de arte africano contemporáneo, con obras de artistas emergentes y consagrados de todo el continente. El espacio del museo está diseñado para ser tan cautivador como sus exposiciones, con una arquitectura minimalista que complementa las obras de arte. Entre las exposiciones más destacadas figuran las de artistas como Soly Cissé y Abdoulaye Konaté. Los precios de entrada son razonables y suelen rondar los 70 dirhams marroquíes por persona. El MACAAL abre de miércoles a domingo. Se recomienda visitarlo por la mañana o a última hora de la tarde para evitar aglomeraciones y aprovechar al máximo la experiencia.
15. Museo de la Fotografía de Marrakech
Situado en la medina, dentro de un riad tradicional, el Museo de la Fotografía de Marrakech es un tesoro para los amantes de la fotografía y la historia. En él se exponen miles de fotografías de los años 1870 a 1950, que ofrecen una visión evocadora de la vida cotidiana y los paisajes de Marruecos de hace más de un siglo. No se pierda su impresionante terraza en la azotea para disfrutar de una excelente vista de la ciudad, donde podrá relajarse con una taza de té a la menta. La entrada cuesta unos 50 dirhams marroquíes y abre todos los días de 9:30 a 19:00. La forma más fácil de llegar al museo es caminando por las laberínticas calles de la medina o contratando a un guía local que te lleve directamente a sus puertas.
16. El Mellah (barrio judío)
El Mellah, el histórico barrio judío de Marrakech, se remonta al siglo XVI, cuando lo fundó el sultán Moulay Abdallah. Situado cerca del Palacio Real, en la parte sur de Medina, albergó en su día a una importante comunidad judía. Entre los lugares de interés destacan la sinagoga Lazama, una de las más antiguas de Marruecos, y el cementerio de Miara, que sigue en uso hoy en día. La visita es gratuita, aunque algunos lugares pueden cobrar una pequeña entrada. Lo mejor es visitarlos durante el día, cuando las tiendas y los lugares históricos están abiertos a los visitantes.
17. Ben Youssef Madrasa
La madraza Ben Youssef, fundada en el siglo XIV y reconstruida por el sultán saadí Abdallah al-Ghalib en 1565, fue un colegio islámico durante siglos. Situada a tiro de piedra al norte de la bulliciosa plaza Jemaa el-Fnaa, está enclavada entre las laberínticas calles de la Medina de Marrakech. No hay que perderse el patio, adornado con intrincados azulejos de zellij, madera de cedro tallada y decoraciones de estuco. La madrasa llegó a albergar hasta 900 estudiantes en sus compactos dormitorios que bordean el patio. Abierta al público de 9 a 17 h, la entrada cuesta unos 70 MAD. Las primeras horas de la mañana son las mejores para evitar las multitudes y capturar fotografías serenas.
18. Zoco Semmarine
El zoco Semmarine de Marrakech es un auténtico laberinto de calles comerciales situado en el centro de la Medina de Marrakech.
Se accede mejor desde la calle Semmarine, tras entrar por la puerta de Bab Ftouh. Este mercado parcialmente cubierto está especializado en productos tradicionales marroquíes como especias, textiles, cerámica y artículos de cuero. Prepárate para regatear por un mejor precio en recuerdos únicos como alfombras tejidas a mano o especias aromáticas apiladas en expositores cónicos. El zoco se llena de vida desde media mañana hasta la noche, por lo que cualquier momento es ideal para visitarlo.
19. Atlas Golf Marrakech
Atlas Golf Marrakech, situado a pocos kilómetros del centro de la ciudad por la Route d’Amizmiz, ofrece una escapada de las bulliciosas calles de la ciudad para disfrutar del ocio a cielo abierto. Este campo de golf de nueve hoyos tiene como telón de fondo las majestuosas montañas del Atlas y cuenta con un campo de prácticas, putting greens e incluso minigolf para familias. Diseñado por el arquitecto Alain Prat en 1998, es a la vez desafiante y pintoresco.
Una partida típica cuesta unos 250 MAD y es aconsejable reservar el tee con antelación durante la temporada alta (de septiembre a abril). Las tardes cálidas ofrecen unas condiciones excelentes para disfrutar del golf.
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20. Desierto de Agafay
Situado a sólo 40 kilómetros al suroeste de Marrakech, el desierto de Agafay ofrece un marcado y asombroso contraste con la bulliciosa ciudad. A diferencia de las famosas dunas del Sáhara, Agafay cuenta con llanuras rocosas e impresionantes colinas. Visítalo entre octubre y mayo para evitar el intenso calor del verano. Los aventureros pueden disfrutar de paseos en camello o en quad, mientras que los que busquen tranquilidad quizá prefieran una velada bajo las estrellas en uno de los campamentos del desierto.
Una excursión de un día puede costar entre 60 y 100 USD, según las actividades y el nivel de lujo que elijas. Puedes consultar los precios y servicios ofrecidos aquí.
21. Ait Benhaddou
Ait Benhaddou es un pueblo fortificado situado en la antigua ruta de caravanas entre el Sáhara y Marrakech, a unos 180 kilómetros al sureste de Marrakech. Conocido por su arquitectura de barro bien conservada, este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ha aparecido en numerosas películas y programas de televisión, como “Gladiator” y “Juego de Tronos”.
El pueblo data del siglo XVII, aunque algunas partes son más antiguas. El precio de la entrada ronda los 1-2 USD, y los servicios de un guía local podrían añadir otros 10-20 USD. La mejor época para visitarlo es primavera u otoño, cuando las temperaturas son más suaves.
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