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Francia: Mi asignatura pendiente

Campo en Provenza
Campo en Provenza
Campo en Provenza

es un país al que he tenido un poco abandonado. Y es que, siendo realistas, cuando vives en España, piensas que “no se va a mover” y que siempre estará allí. Y acabas dejando los vecinos para mañana.

Salvo un viaje a Lyon hace unos años, las oportunidades que he tenido para visitar el país galo han sido invariablemente para pasar fines de semana en París.

Y aunque la capital francesa es inagotable en cuanto a atracciones y cosas por hacer, también es verdad que Francia es mucho más. Así que me puse a mirar el mapa de France-Voyage para escoger mis sitios favoritos y crear una pequeña lista con lugares para visitar en un viaje a Francia y a los que aún no he tenido la oportunidad de ir.

Francia siempre estará allí, pero no vendrá a mí. Habrá que ir a verla, ¿no?

Valle del Loira

Valle del Loira
Valle del Loira

La tierra de cuento de hadas por excelencia, el valle del Loira está salpicado de pequeños pueblos suspendidos en el tiempo, paisajes naturales espectaculares y los famosos castillos del Loira.

Las estampas de postal se suceden a lo largo del valle como una sucesión de enclaves compitiendo por el título de la vista más bella, todo en un entorno natural magnífico y sereno.

Durante siglos, el río Loira (el más largo de Francia ) ha sido el medio principal de transporte fluvial en la región, así como una barrera efectiva contra la invasión de ejércitos enemigos. Con el paso del tiempo y la relativa paz de la que disfrutó la región a partir del siglo XV, “El jardín de Francia”, se convirtió en un escaparate de la nueva moda de castillos d’agrément o castillos de placer.

En poco tiempo, había jardines podados en el más refinado estilo, fosos adornado con cisnes, delicadas torres puntiagudas y frescos y techos profuamente decorados. Las glorias del Renacimiento italiano, fueron importadas para dejar su imprenta en las residencias de los más pudientes.

Marsella

Marsella
Marsella

Marsella es una rica y vibrante ciudad portuaria, rebosante de espacios históricos, creativos y de vanguardia, perfectos para cualquier urbanita que se precie.

Desde que los colonos griegos desembarcasen en este enclave alrededor del año 600 aC, Marsella se ha convertido en el hogar de sucesivas oleadas de inmigrantes.

El patrimonio marítimo de Marsella prospera en el animado Vieux Port ( puerto viejo ), donde se venden pescado fresco cada mañana. A lo largo de la costa, los paseos marítimos y carriles para bicicletas bordean calas soleadas y playas de arena fina.

Marsella podría ser además considerada un crisol de cocinas del mundo, además de un centro de shopping, festivales de música y celebraciones culturales que impiden que la bulliciosa ciudad baje el ritmo.

Mont Saint-Michel

Mont St-Michel
Mont St-Michel

Sin contar los monumentos de París, el Mont Saint Michel es la atracción turística más visitada de Francia. Y no es difícil ver por qué.

Esta impresionante ciudad amurallada medieval, coronada por una gran abadía gótica, está construida sobre una roca de granito en las planicies del estuario del río Couesnon, en un área ahora conocida como la bahía del Mont Saint Michel.

El Mont Saint Michel fue uno de los primeros monumentos en ser clasificados como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, ya en 1979.

Pero Sant Michel no es sólo una iglesia en una roca; es una ciudad medieval entera, uno de los pocos lugares en Francia que ha conservado intactas sus murallas y defensas medievales.

Bretaña

Costa de Bretaña
Costa de Bretaña

Bretaña es una región que parece hecha a medida para los exploradores. Su salvaje y espectacular costa, sus pueblos medievales y espesos bosques, convierten a este enclave en el occidente de Francia en un recurso inagotable de cosas para ver y hacer.

Esta es una tierra de misticismo prehistórico, orgullosa de su tradición y riqueza culinaria, con un toque muy diferente al de una París que parece muy lejana.

Córcega

Córcega
Córcega

Sobresaliendo del Mediterráneo como una fortaleza inexpugnable, Córcega se asemeja a un continente en miniatura con una diversidad geográfica asombrosa.

Al cabo de media hora, el paisaje se transforma de bahías brillantes, ciudades costeras ostentosas y playas de ensueño a picos serrados, valles impresionantes, densos bosques y pueblos de montaña enigmáticos. Unas vacaciones en Córcega pueden ser, por tanto, muy variadas e incluir desde senderismo y barranquismo a momentos bajo el sol en una playa azul turquesa, pasando por la experiencia cultural de profundizar en la rica historia de la isla y la degustación de las especialidades locales .

Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.