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Ropa secándose

Nápoles – Benvenuti al Sud

Señor napolitano asomado en su balcón

Hace unos meses, antes de plantearme visitar Campania, leí en algún sitio que si no era la ciudad menos europea de , era como mínimo la menos italiana de Italia. Ahora puedo decir que entiendo por dónde iba el comentario.

Napoli es sin duda un lugar diferente a todos. Sucia, ruidosa, decadente y hasta insegura, la capital del sur de la bota podría ser calificada fácilmente como la ciudad más fea de . Es una ciudad para amar o para odiar, sin puntos intermedios.

Sólo estuve en Nápoles poco más de 24 horas, pero debo decir que me gustó la experiencia.

Los anuncios de Lavazza y Dolce & Gabbana nos tienen acostumbrados a idealizar una Italia de glamour, estilo y dolce vita perenne (especiada con un alto contenido erótico, por supuesto).

Nápoles es la antítesis de todas las preconcepciones ‘bonitas' que tenemos sobre Italia y a la vez es la exageración a la enésima potencia de todas las cosas negativas.

Nada más salir de la estación de tren, Nápoles da la sensación de ser un hijo bastardo entre Roma y Nueva Delhi.

Si bien en apariencia la ciudad es eminentemente italiana, el ruido, la mugre, el grafiti y la forma de conducir de los napolitanos la acercan más a un bazar árabe que a la elegante calma de otras urbes del país como Venecia o Roma.

Un corral improvisado en el centro de la ciudad

Napoli, que alguna vez fue la capital de uno de los reinos más importantes de la península, está en realidad repleta de bellos palacios e iglesias cuya decadencia le otorga ese aire de ciudad de nadie.

Su centro histórico es una maraña de callejuelas estrechísimas, en los balcones de la práctica totalidad de sus casas cuelgan incontables prendas que se secan impasivas a la locura que se vive unos metros más abajo. A pie de asfalto, el griterío de la gente es sólo atenuado por el rugir de las Vespas que circulan por donde pueden, ocupadas en ocasiones por tres o cuatro personas (sin casco).

Ropa secándose

Se dice que la cercanía del monte Vesubio ha moldeado la mentalidad de los napolitanos de una forma diferente a la del resto del país. La presencia acechante de un volcán activo que en cualquier momento puede eliminarlos de la faz de la tierra (¿Pompeya te suena de algo?) les ha dado una modus vivendi basado en el  Carpe Diem . Por lo general, los napolitanos sienten poco apego hacia las leyes, nunca se apresuran por acabar nada y dan gran importancia a la interacción interpersonal y las conversaciones (a alto volumen).

Para los turistas acostumbrados a visitar ciudades impecablemente presentadas como París o Venecia, Nápoles suele ser una gran pesadilla. Sin embargo, es precisamente su autenticidad y su manera de ser la que encanta a los visitantes que viajan más con el corazón y menos con los ojos. Nápoles no es un lugar que intente maquillarse o ponerse guapo para los turistas, es una ciudad con un latido propio, que sigue moviéndose a su ritmo frenético sin importar quién esté mirando.

Y por eso me ha gustado.

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Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.