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Los 10 momentos estelares de mi viaje a Japón

Tal y como hice con mi viaje a Perú, quería hacer un pequeño artículo explicando el resumen de mi viaje a .

Antes de visitar tierras niponas, la verdad es que no entendía qué era lo que atraía a tantos y tantos viajeros a ese país que veía como un destino caro, estresante y, para qué engañarnos, algo friki.

Al final la experiencia es la mejor maestra y después de esta aventura, ya estoy pensando en mi próximo viaje a Japón.

Estos son los diez momentos que con más cariño recuerdo de mi viaje a Japón.

Hanami, Hanami y Hanami

El Hanami es una de esas palabras que no conocía antes de ir a Japón. Básicamente es la tradición japonesa de observar las flores, normalmente de cerezo.

Muchos parques, plazas y calles de todo el país están decoradas con árboles de cerezo, por lo que al llegar la primavera, zonas enteras de la ciudad se tiñen de rosa y se llenan de gente deseosa de admirar el espectaculo que brindan las flores, como si de fuegos artificiales se tratase.

La isla de Miyajima

Descubrí esta pequeña isla al sur de Hiroshima gracias al blog de Kirai e inmediatamente quise incluirla en mi recorrido.

Miyajima es una isla veraderamente mágica. Con un ambiente de villa perdida, es la isla perfecta para alejarse del bullicio de las junglas de asfalto japonesas.

El cruce de Shibuya

Londres tiene el Big Ben, París la torre Eiffel y Tokio tiene el cruce de Shibuya, una frenética intersección de calles frente a una de las estaciones más transitadas de la capital.

El paso de peatones, que en realidad no es uno sino varios, se convierte en un febril hormiguero con cada luz verde.

Los templos Patrimonio de la Humanidad de Kioto

En estuve solo un día y medio, pero el noventa por ciento de este cortísimo tiempo lo dediqué a visitar algunos de sus más afamados templos. El Hongwan-ji, en el centro de la ciudad, Ginkaku-ji, en el este, el Kinkaku-ji con su magnífico Pabellón Dorado, y el Ryoan-ji y su jardín de piedras.

Harajuku un domingo

El barrio de Harajuku de es probablemente uno de los lugares más surrealistas sobre la faz de la tierra.

Harajuku da cobijo cada domingo a inmensas cantidades de jóvenes tokiotas, muchos de los cuales se acercan al puente que cruza las vías del tren ataviados con retorcidos disfraces de estilo gótico o vestidos como sus personajes de manga favoritos.

La combinación de adolescentes portando atuendos subversivos, disfraces de lolitas por doquier y la abundancia de lentillas de colores variados convierten a Harajuku en una visita obligada para cualquiera que se acerque por Tokio.

La Comida

Sorprendentemente, y muy a mi pesar, el sushi no es tan popular en Japón como imaginaba. Sin embargo, la variedad y los sabores que encontré en la cocina japonesa menos conocida me encantaron.

En Japón pude degustar infinitas variedades de tallarines, carnes con salsa, empanadillas ¡e incluso ostras hervidas! Creo que pocas cocinas del mundo son tan variadas y sabrosas como la japonesa.

El Monte Fuji desde el tren

Fue un momento efímero pero emocionante. Para mi, el Monte Fuji es el símbolo por antonomasia de Japón.

Si bien la experiencia duró apenas unos minutos, ver la montaña más alta de Japón fue uno de los momentos estelares del viaje.

Las vistas de Tokio desde la Metropolitan Government Tower

Los lectores más asiduos de este blog se habrán dado cuenta ya, me encantan los skylines. En este blog he publicado los skylines de Singapur, Shanghai y hasta Caracas. Pues Tokio no podía ser la excepción. Y uno de los mejores lugares para apreciar este magnífico skyline es desde la Torre del Gobierno Metropolitano, que ofrece dos miradores gratuitos desde los cuales apreciar la capital nipona.

La experiencia hotelera japonesa

Mi experiencia en el ryokan es sin duda una de las mejores del viaje. Si bien el precio de la habitación fue bastante alto, unos 250€, debo decir que valió la pena. Los ryokan son hoteles de lujo de estilo japonés, sus habitaciones se componen de un piso de tatami, baños termales colectivos (onsen), jardines y una cocina sofisticada con platos típicos.

Los retretes futuristas

A lo mejor la experiencia más superficial de esta lista, pero cuando viajas a un sitio en el que el retrete tiene calefacción en el asiento, chorros de agua graduables y secador, pues vuelves a tu casa y piensas “vaya basura de retrete que tengo”.

Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.