Las Klek Shops, literalmente “tiendas para arrodillarse” son pequeñas tiendas localizadas normalmente en el sótano de los edificios viejos de Sofía pero con la suficiente altura para que una ventana pueda asomarse a la acera. Las transacciones comerciales se realizan a través de esta apertura. Suelen estar abiertas hasta altas horas de la noche o en algunos casos, las 24 horas.
Son bastante comunes y los precios no son más elevados que los de las tiendas “normales”. Aunque los búlgaros que conozco me han dicho que mi teoría es descabellada, me gusta pensar que estas tiendas, reductos de la era soviética, representan la “inferioridad” del cliente que tiene que agacharse o peor aún, arrodillarse para ser atendido por el vendedor, algo impensable en el mundo capitalista en el que vivimos, en el que el cliente se supone “siempre tiene la razón“.
Hola, Luis, discrepo contigo referente a este tipo de comercio, surgió en el tiempo de cambio de un sistema comunista a uno capitalista, todos los hogares tienen este tipo de construcción con un planta más baja debido a la “dominación” del Imperio Turco, como le dicen ahora los búlgaros (las construcciones tenían que ser más bajas que la mezquita) La necesidad hizo que los búlgaros ocuparan estos espacios para poder desarrollar el comercio, si te fijaste muchos de los estacionamientos fueron acondicionados para esto…lugares que no fueron pensados para locales comerciales, pero la necesidad tiene cara de hereje…
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