Cluj-Napoca es la ciudad más grande y la capital no-oficial de la región histórica de Transilvania. En ella habitan cerca de 300.000 habitantes y es por excelencia la ciudad universitaria de Rumanía y el principal punto de entrada a la región de los Cárpatos, gracias a su posición estratégica y a la existencia de uno de los aeropuertos más importantes del país, así como a una importante estación de tren con conexiones frecuentes a ciudades como Bucarest, Budapest, Sighisoara, Timisoara, Arad o Brasov.
Si bien la ciudad ha sido por mucho tiempo un centro importante a nivel económico, político y cultural; también es verdad que carece del encanto típico de las villas Cárpatas que han dado fama a Transilvania.
Dicho esto, también he de decir que la ciudad me sorprendió gratamente. El centro de la ciudad es fácilmente manejable a pie, si bien hay tranvías y trolley-buses que conectan los principales puntos de la ciudad.
Dicen que la vida nocturna de Cluj es la más vibrante de toda Rumanía, alimentada gracia a su inmensa población estudiantil, aunque no pude comprobar este dato, ya que utilicé la ciudad como mera lanzadera para ir a Sighisoara, es verdad que la media de edad de la población de Cluj es de veintitantos.
La vida de la ciudad gira en torno a la Plaza de la Unión (Piata Unirii), con edificios barrocos, góticos, renacentistas y neoclásicos y fácil acceso a la iglesia de San Miguel y el Palacio de Banffy, la plaza es el corazón de la villa y el punto neurálgico de cualquier visita rápida a la ciudad.
En el lado sur de la plaza se erige una estatua ecuestre del gobernador Matei Corvin; al sudoeste encontramos el ecléctico edificio del Hotel Continental, construido en 1895, combina elementos clásicos, barrocos y renacentistas. Durante la Segunda Guerra Mundial, el hotel sirvió como sede del gobierno de ocupación Nazi para la región de Transilvania. Cruzando la plaza se puede visitar el Museo Farmacéutico, instalado en el edificio que ocupara la farmacia más antigua de Cluj.
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La iglesia de la plaza, Biserica Sfantul Mihail o Basílica de San Miguel es uno de los edificios góticos más representativos del país, construida entre 1350 y 1498 y remodelada en varias ocasiones a lo largo de su historia, posee campanario más alto de toda Rumanía, construido en 1860 en un estilo neogótico que se mezcla perfectamente con el gótico original del resto de la edificación.
El Palatul Banffy o Palacio Banffy se encuentra justo a un lado de la plaza y es un imponente edificio barroco sede del gobierno Austro-Húngaro y actualmente alberga el Museo Nacional de Arte de Cluj.
Otra visita obligada es la iglesia Ortodoxa o Catedrala Adormirea Maicii Domnului.
Para las mejores vistas de Cluj, hay que subir a Dealul Cetatuia o la Colina de la Ciudadela. Aunque la ciudadela ya no existe y lo único que queda es un horrendo hotel y una cruz, la panorámica de la ciudad es inmejorable.
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