La plaza en sí es una obra maestra reconstruida, durante la Segunda Guerra Mundial, y como el resto de Varsovia, fue reducida a poco más que cenizas. Afortunadamente fue hecha de nuevo en años posteriores, restaurando con gran precisión el encanto que antaño tuvo. Como la mayoría de plazas del este de Europa, Rynek Starego Miasta está repleta de terrazas al aire libre para disfrutar de un buen café (siempre y cuando la ciudad se visite en verano). Mirando alrededor es difícil creer que la edad de los edificios se cuente en décadas y no siglos.
Con su espada alzada y su escudo, la sirena guerrera sobrevivió por los pelos a la guerra y se emplazó en su actual pedestal en años recientes, si bien la escultura data de 1855.
La sirena ha sido, durante siglos el emblema de la ciudad, de hecho se muestra en su escudo de armas.
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El emblema de Varsovia “@xixerone_: Recordando: : Una sirena lejos del mar http://t.co/5GxoNLrO #viajes #turismo” http://t.co/1myBz29W