Como el conde Drácula diría: “Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad y deje parte de la felicidad que trae” fragmento de la obra de Bram Stoker, que sirve para dar apertura a este recorrido por Brasov.
Los historiadores le llaman ciudad mártir, algunos políticos la ciudad de Stalin debido a las constantes visitas del dictador; en húngaro es fortaleza; en alemán corona; en Rumano ciudad entre montañas; los locales le llaman tierra de osos y guerreros y los amantes del cine el hogar del conde Drácula.
Es la capital de un distrito del mismo nombre, ubicada al sureste de Transilvania a 180 kilómetros de Bucarest, el viaje de una ciudad a la otra es de 3 horas y media ya sea en tren o bus desde el aeropuerto internacional Otopeni, de Bucarest. Para viajar en tren se toma la estación del norte, los microbuses siempre están cerca de la zona y los taxis también son una opción; claro que su precio es mayor y suele ser en Lei y no en Euros. Horarios y precios del tren aquí.
Con la descripción anterior, llegar no será un problema, ahora lo importante es decidir qué ver en Brasov.
Sus calles son de piedra, las viviendas tornasoladas, al son de una doina (lírica popular rumana) que evoca momentos memorables de la historia bizantina, un camino que conduce a la Piata Sfatului (Plaza del Ayuntamiento).
En realidad ya no funciona así, sino como sede del museo de historia, está repleta de cafeterías lo que la hace el sitio ideal para pasar la tarde; conecta a cada calle del casco histórico y ofrece un espectáculo de música tradicional entonada desde la punta más alta de la torre.
Uno de los centros de atracción de la plaza es la Biserica Neagra que se llamó la Catedral de Santa María hasta el incendio de 1689 causado por los invasores austríacos, parte del patrimonio histórico de esta edificación es confeccionado en épocas de guerra, conflicto y heroísmo para Brasov.
Tardó un siglo para ser restaurada, en la actualidad mide 65 metros para ser así la iglesia gótica más grande del sureste de Europa, su calcinada apariencia se la debe al incendio lo que explica su nombre. En su interior existe una amplia colección de alfombras y la campana más grande del país, entre otros rasgos curiosos están algunas marcas de disparos y cicatrices de espadas.
No es el único monumento religioso de la ciudad también está la Iglesia de San Nicolás, que cuenta con una vista inimaginable de todo Brasov y parte de sus afueras, en la actualidad sigue activa como lugar de culto para sus habitantes además de tener un cementerio ubicado en la parte posterior.
La Strada Republicii da una panorámica general de los bares de la zona, restaurantes y tiendas de ropa o souvenirs, es el sitio ideal para gastar dinero. Por otra parte, la Strada Sfori es una de las calles más angostas de Europa, pero famosa por los mitos de Vlad Tepes besando a su futura esposa en ese escalofriante callejón.
Los museos de mayor relevancia son el histórico, el de arte y el etnográfico. En el primero se narra desde la época romana, el paso por las guerras medievales y épocas doradas de los gremios sajones, el museo de Arte reúne una importante colección de pinturas rumanas que incluye a Gheorghe Vântoru y Theodor Pallady junto con hermosos retratos de paisajes del siglo XIX, y por ultimo pero no menos importante, el Etnográfico exhibe e ilustra la cultura de Brasov de una forma enriquecedora, ya sea al enseñar el origen de la vestimenta transilvana hecha de piel de cabra o al exhibir danzas tradicionales de la región.
Es agradable disfrutar la puesta del sol desde la ciudadela de Citadel Hill, estas ruinas antiguas son asientos de primera fila para ver el ocaso en Brasov y su arcaico paraíso, saca provecho de los rocosos alrededores con atracciones como:
El Monte Tâmpa mide 940 metros decora los alrededores de la zona y es fácil reconocerlo, gracias a un letrero situado en la cima que a diferencia del de Hollywood, anuncia a lo ancho y largo del territorio el nombre de la ciudad, Brasov. Se puede recorrer a pie o por un módico precio se puede tomar el teleférico para contemplar una hermosa y atrapante vista aérea, claro que es imposible obviar que en épocas pasadas, el Monte Tampa presenció el empalamiento de 40 nobles de manos del temido Vlad Tepes.
Otra tentadora opción es visitar Poiana Brasov, se puede llegar en autobús para disfrutar de 1030 metros sobre el nivel del mar y de 120 días nevados no en vano es una de las mejores estaciones de esquí del país, es fácil acceder a ella además que resulta económico bajar un par de veces por sus laderas.
Si alguien debe estar agradecido con Brasov es Bram Stoker, autor de la novela que da vida e inmortaliza al controversial y popular conde Drácula, ya que no solo Vlad Draculea inspiró el personaje principal sino que además el castillo donde moraba la tétrica criatura fue una descripción detallada de una de sus atracciones más famosas, el Castillo de Bran.
Los mitos, rumores y supersticiones alrededor de la figura de Brasov le han beneficiado para estar en la órbita de los tours y recorridos turísticos, claro que existe un porcentaje de visitantes que consideran inapropiado e incluso peligroso acercarse al lugar donde el conde Drácula hizo de las suyas.
A ciencia cierta las leyendas son verdaderas y a la vez no lo son, primero si existió un conde pero su nombre no era Drácula sino Vlad Draculea conocido en batalla como Tepes que traducido es Empalador, y segundo más que conde fue el príncipe de Valaquia y si infundió temor en tierras bizantinas debido a su crudeza a la hora castigar y torturar con métodos poco ortodoxos.
En este personaje se inspira Stoker y el castillo que usó como su centro de operaciones fue el de Bran, esto provoca confusión, ya que la reseña histórica no registra visita alguna a este recinto por parte de Vlad o su ejército, solo un supuesto encierro en una de sus mazmorras y así se puede concluir que este autor solo saco provecho del aspecto medieval, gótico y escalofriante del castillo para enriquecer su relato.
Más allá de las historias que hacen rica a la industria cinematográfica americana, el Castillo de Bran es un monumento nacional que no se puede dejar de lado al visitar Brasov, está entre Transilvania y Valaquia, cuenta con una arquitectura realmente magnifica y envidiable, tiene mazmorras auténticas y además conserva parte de la cultura rumana ancestral, convirtiéndose en un auténtico tesoro histórico.
Los tours abundan y no solo recorren el castillo de Drácula como lo suelen llamar los turistas, también ofrecen camisetas, souvenirs y todo lo concerniente al vampiro más famoso del mundo.
Muy buen post, gracias por compartirlo
saludos
Nicolas