El movimiento (si se me disculpa lo mainstream del apelativo) hipster, que se inició a principios del siglo XXI, se ha convertido en algo más que eso. Es un estilo de música, de moda y prácticamente de vida que ha invadido las principales ciudades grandes de todo el mundo.
El inconformismo es su bandera y la ironía su principal característica. Se compone de jóvenes de clase media-alta que residen principalmente en los barrios antaño sórdidos pero cada vez más deseables de las urbes.
La subcultura hipster es generalmente asociada a la música independiente y alternativa, a una variada y ecléctica sensibilidad hacia la moda no convencional (incluida la barba, los tatuajes, las camisas de cuadros , la ropa de época y de segunda mano), perspectivas políticas generalmente progresistas, alimentos orgánicos y artesanales, y estilos de vida alternativos y ha sido descrita como una “mutación, crisol trasatlántico de estilos, gustos y comportamientos”.
El término en su uso actual apareció por primera vez en la década de 1990 y se convirtió en particularmente prominente en la década de 2000 y principios de los años 2010, si bien se deriva del término anglosajón usado para describir a las juventudes modernas en la década de 1940.
Originalmente, la palabra “hipster” fue acuñada en Estados Unidos en los años posteriores a la Gran Depresión, cuando la palabra “hip” surgió como un adjetivo para describir a los aficionados de la creciente escena asociada a la música jazz.
Aunque los orígenes exactos del adjetivo se disputan, algunos dicen que era un derivado de la palabra “hop”, un término empleado para el opio, mientras que otros creen que viene proviene de la palabra “hipi”, que en África Occidental significa “abrir los ojos”. Otro argumento sugiere que el término deriva de la práctica de yacer sobre la cadera (hip en inglés) mientras se fuman estupefacientes.
Si bien la subcultura hipster se ha instalado en núcleos urbanos a lo largo y ancho del planeta, hay algunas ciudades que destacan por la particular importancia de sus barrios hipster. Tal es el caso de Williamsburg en Brooklyn – Nueva York, Temescal en Oakland – California o Shoreditch y Brixton en Londres.
En el ámbito español, podemos hablar de los barrios hipster de El Raval y Gràcia en Barcelona y Malasaña o Lavapiés en Madrid.