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Mis desvaríos sobre Lisboa – Melancolía, felicidad y drogas

Se dice que las más profundas conversaciones entre amigos se hacen en silencio, y de silencio sabe un rato.

La tranqüilidade portuguesa es probablemente una de las características que diferencian a los lusos de sus vecinos del este. Lisboa es una ciudad que se vive con calma. Sus calles, suspendidas en el tiempo, parecen susurrar lamentos en el oído del que la recorre. Sevilla taconea, Lisboa llora como una canción de fado.

Llegué a Lisboa con la esperanza de reconciliarme con la ciudad. Era mi segunda visita en solitario a la capital portuguesa. La primera, tres años atrás, me había dejado en el aliento un sabor a nifunifá que tenía que quitarme.

Descubrí que las ciudades hay que visitarlas en el momento adecuado y que este momento no depende de ella, sino de ti mismo, de cómo estés dispuesto a recibirla. Ella te aceptará tal como eres. Visitar una ciudad antes de estar listo para experimentarla es una pérdida de tiempo.

Llegué en mitad de agosto, el solo arreciaba y las colinas de Lisboa eran sinónimo de sudor y cansancio. Afortunadamente para mí, tanto lisboetas como forasteros prefirieron marcharse a la playa y pude disfrutar de momentos de paz, de tranqüilidade, momentos de escuchar mis pensamientos y poder oírme a mí mismo sin interrumpirme. Intento huir de expresiones del estilo “me encontré a mí mismo”, por eso sólo diré que en Lisboa, encontré paz.

Al final descubrí una Lisboa que no solo cambió la percepción que yo tenía de ella, sino la que yo tenía de mí mismo.

En mi mundo frenético, alimentado por el estrés y la taurina, Lisboa es como una dosis de endorfina en el sentido más paradójico posible. Después de todo, ¿cómo puede una ciudad definida por su caracter melancólico hacerte estar en paz contigo mismo?

Espero encontrar la respuesta en mis próximas visitas a la ciudad. Porque no hay dos sin tres y porque a las drogas uno les coge el gustillo.

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Soy Luis Cicerone, creador de xixerone.com y viajero incansable. Mis pasiones, además de recorrer el mundo, incluyen los gatos, la comida, las series y la arquitectura.