San Francisco es, y ha sido desde siempre, una ciudad rebelde y alternativa.
En ella han nacido y crecido movimientos que pretenden agitar las conciencias. Los tumultuosos años 60 fueron testigos de muchos cambios en la sociedad estadounidense, cambios que se difundieron por el resto del mundo uniéndose a las luchas particulares de otros países. Uno de los mejores ejemplos es la lucha por la igualdad sexual y los derechos de la comunidad LGBT.
Si vas a viajar a San Francisco, no puedes dejar de visitar el Castro, el barrio que ha sido estandarte de ese movimiento desde hace 50 años.
El Distrito de Castro, más comúnmente referido como El Castro, es un barrio en el Valle de Eureka en San Francisco. El Castro fue uno de los primeros barrios gay en los Estados Unidos. El Castro sigue siendo uno de los símbolos más prominentes del activismo y de los acontecimientos del movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en el mundo.
Una historia de lucha y reivindicación
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército de los Estados Unidos desterró a miles de militares homosexuales en San Francisco debido únicamente a su sexualidad.
A finales de la década, una incipiente comunidad gay había comenzado a establecerse en numerosas zonas de la ciudad, incluyendo Polk Street, Tenderloin y al sur de Market Street.
En los años cincuenta, grandes cantidades de familias se trasladaron del Castro a los suburbios, dejando gran cantidad de edificios vacíos que serían ocupados, principalmente, por inquilinos LGBT. En 1963 abriría el primer bar oficialmente gay del Castro, llamado Missouri Mule.
La edad de Castro como meca gay comenzó a finales de los años 60 con el apogeo del movimiento denominado Summer of Love en el vecino distrito de Haight-Ashbury en 1967.
Los dos vecindarios están separados por una gran colina, coronada por Buena Vista Park. Los movimientos hippie y de “amor libre” habían fomentado la vida comunal y las ideas de una sociedad libre. Grandes grupos de personas se establecían entonces en las comunas hippies.
A principios de los 70, el barrio de Castro recibía un gran flujo migratorio de personas LGBT, que encontraban en San Francisco un entorno moderadamente abierto y tolerante.
Entre ellos estaba Harvey Milk, el gran impulsor del movimiento por los derechos de los homosexuales. Fue la primera persona abiertamente homosexual que consiguió un cargo público en Estados Unidos, como supervisor municipal. En los once meses que estuvo en el cargo, consiguió la aprobación de una ordenanza sobre los derechos LGBT en la ciudad.
Milk hacía campaña abierta y de ostentación de la homosexualidad, frente a la postura discreta y limitada que hasta entonces se le exigía a este movimiento político. Desgraciadamente, su enfrentamiento con los sectores más conservadores acabó con su muerte, asesinado, en 1978. Ahí acabó su viaje a libertad, y se convirtió en mártir e icono.
El Castro, un barrio a visitar en San Francisco
El Castro es uno de los distritos que hay que visitar en cualquier viaje a San Francisco.
En la plaza Harvey Milk podrás rendir homenaje visitando su estatua.
Ese es un punto de partida solemne a un paseo que, por lo demás, será alegre, vistoso, colorido y tolerante por un distrito de clase media-alta.
El Castro es uno de los lugares más vibrantes y modernos de toda California, y no dejarás de sentirlo en sus calles, restaurantes, museos y teatros. Y en sus espectáculos: si vas en junio, podrás disfrutar de su marcha del Orgullo Gay, una de las más grandes e importantes del mundo.
No dejes de visitar el GLBT History Museum, que nos acerca la historia del movimiento LGBT.
El teatro Castro es un bonito edificio que data de 1922 y ejerce de sala de cine. Es un auténtico emblema de la ciudad.
Un Paseo de la Fama LGBT fue instalado en agosto de 2014 con 20 placas de bronce con iconos LGBT de todas las épocas y campos. Personajes como Harvey Milk, Federico García Lorca, Frida Kahlo o Alan Turing están inmortalizados en la acera de las calles 18, 19, Castro y Market.
Si lo tuyo es la vida nocturna, el Castro es uno de los mejores barrios para alojarse en San Francisco, gracias a sus muchísimos restaurantes, bares, pubs y discotecas.
