La mayor ave voladora jamás conocida (por el momento) vivió en Sudamérica, ocupando parte del territorio de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Chile.
Se trata de un ave conocida científicamente como Argentavis Magnificem de la que supimos de su existencia por primera vez gracias a un fósil que fue encontrado en Argentina a finales de los años 70.
Según los estudios realizados, se calcula que podía llegar a alcanzar una envergadura de alas de ocho metros y un peso de hasta 120 kilogramos. La máxima velocidad a la que podía planear esta ave se calcula que sería de unos 70 Km/h, y cuando se posaba, alcanzaba una altura de hasta dos metros.
Lo cierto es que una de las mayores dudas siempre ha sido el cómo podía conseguir volar un animal de estas características y dimensiones. Finalmente se descubrió que fue gracias a las rachas constantes de vientos de la zona y alzando su vuelo al más puro estilo de un parapente.
En cuanto a su aspecto era muy similar al de los actuales buitres, por lo que se piensa que el modo de alimentación era el mismo, es decir, actuando como un parásito aprovechando las cazas de otros animales del lugar.
En cuanto a las razones de su extinción no están totalmente claras, pero es posible que el descenso de las corrientes de la zona les dificultase planear, y por ende alimentarse, ya que no era cazadora. A su vez, este animal apenas tenía descendencia, ya que tan sólo ponía un huevo cada año y tres meses aproximadamente.
