Qué ver en Roma en un fin de semana y sin coche

Este es un post invitado por parte de Angelina, del blog http://www.monumentosderoma.es/.

No hay nada más emotivo que aterrizar en Roma: la esencia de la historia te golpea enseguida. Ciertamente, con cada viaje uno tiene una sensación diferente, pero lo cierto es que la capital italiana tiene un aire completamente distinto. Y ya después nos pegan las ganas de explorar enseguida, sobre todo si solo tenemos un fin de semana. Encima siendo nuestras piernas nuestros únicos motores. ¡Qué adrenalina!

Después de haber viajado siete veces a Roma, me he dado cuenta de que hay varias maneras de recorrer la ciudad sin perder mucho tiempo. Pero el principal motor deben ser los pies y los rieles del subterráneo. Dicho esto, ¿qué ruta podemos tomar para disfrutar Roma por un fin de semana?

Dos días, 8 lugares

Día 1: Aprovechando la novedad

Probablemente, lleguemos un día viernes en la noche. En caso de que lleguemos después de la tarde, podemos salir a tomar un bocado en un restaurante cercano y pasar la noche apreciando a Roma en la oscuridad.

Después de pasar la noche en el hotel, ¡levantémonos muy temprano para empezar nuestro viaje!

El Coliseo y el Foro Romano

De los lugares visitados, nuestros favoritos fueron precisamente los más emblemáticos: El Coliseo y el Foro Romano. ¿Por qué nuestros preferidos? Porque reflejan el modo de vida de los ciudadanos en la Antigua Roma. Y es sumamente interesante ponernos en contacto con lo que solían ser sus vidas cotidianas.

El Coliseo servía para varias cosas: no solo era un área de batalla entre gladiadores, también se daban otros tipos de shows como las exhibiciones de animales salvajes. Además, ¡albergaba más de 50.000 personas!

El Foro Romano, por otro lado, era un centro en donde los romanos hacían vida pública. Se hacían discusiones políticas, religiosas… Había también actividades de intercambio (comercios). Y en fin…ambos formaban parte importante de la vida de los ciudadanos.

Mi recomendación es que llegues primero al Coliseo, ya que las colas para entrar son larguísimas. Una vez que finalices la visita al Coliseo, dirígete al Foro Romano que queda apenas a 5 minutos de caminata.

Recomendaciones: La mejor manera de hacer que el viaje resulte menos estresante es comprar los boletos electrónicos. Generalmente, puede adquirirse un paquete de boletos para El Coliseo, Foro Romano y Monte Palatino. Así te evitas las largas colas.

Otra recomendación: Desayuna en el hotel. Estas visitas pueden durar mucho tiempo, por lo que intenta salir bien desayunado antes de emprender la jornada.

Plaza San Pedro y sus alrededores

La Plaza San Pedro es otro de los lugares emblemáticos de El Vaticano. Aunque en teoría está fuera de Roma, siempre se considera dentro de los must. Además está cerquísima y es facilísimo llegar.

Como sabes, El Vaticano es un estado independiente con sus propias leyes y sus propios derechos. Más allá de esto, es un lugar que vale la pena visitar, así seas católico devoto o no. La Basílica de San Pedro está erguida sobre la mismísima tumba de San Pedro que construyó Constantino en el año 324, así que la historia que emana es mucho más relevante que la misma religión profesada.

Aparte de la Basílica, también puedes encontrar la Capilla Sixtina, uno de los más hermosos lugares en El Vaticano, ubicado a solo diez minutos de la plaza. Es un edificio emblemático, con una cúpula hermosa y con frescos de los pintores más famosos de la época (y hasta de esta misma) como Miguel Ángel y Botticelli.

Para llegar a la Plaza San Pedro y a estos alrededores, toma la estación de metro en la Ottaviano – San Pietro en la línea A (la línea naranja). Si no quieres caminar mucho, puedes ir hasta la Capilla Sixtina llegando hasta la estación Cipro – Musei Vaticani.

Recomendación: Es mejor ir a El Vaticano el sábado que el domingo o el lunes.

Otra recomendación: Quédate a una de las misas: te darás cuenta de lo abrumador que puede ser, independientemente de tus creencias religiosas. Ver a los creyentes congregados en las misas es una experiencia inigualable y un chance perfecto para un ávido fotógrafo.

Plaza del Pueblo, para cenar

Ya bien cansados de viajar, puedes ir a la Plaza del Pueblo. La Plaza del Pueblo queda accesible desde la estación Flaminio- Piazza del Popolo, así que no hay problema en el traslado incluso cuando te encuentres lejos o si te encuentras, por ejemplo, en el punto anterior de nuestra ruta.

Particularmente, las plazas me parecen lugares perfectos para terminar las jornadas. Hemos ido en diferentes ocasiones: en pareja y con hijos, y todas las veces han sido maravillosas.

La Plaza del Pueblo tiene como atracción central al obelisco egipcio de 24 metros: el Obelisco Flaminio, el cual se encuentra en esta plaza desde hace poco más de 500 años. La Iglesia de Santa María del Popolo está muy cercana, y una de las razones por las cuales los turistas adoran asistir es para ver las obras de Carvaggio y para la contemplación. También fue nuestra razón primordial, siendo amantes del arte.

Otro de los beneficios de culminar el primer día en la Plaza del Pueblo es finalmente comer en uno de los exquisitos restaurantes cercanos. PizzaRe, Le Jardin de Russie e Il Porto Di Ripetta son tres opciones para tener en mente si quieres disfrutar de la gastronomía romana.

Recomendación: Nada mejor que explorar toda la plaza y los templos adyacentes. Puedes tomar fotografías increíbles del paisaje nocturno, ya que normalmente las luces de los postes son suficientes para iluminar los encuadres.

Hemos finalizado el día número uno. Lo cierto es que para una ruta de dos días, hemos tenido una buena oportunidad de conocer gran parte de la cultura e historia romanas. Cabe destacar que esta ruta fue cubierta por nosotros y estuvimos más satisfechos que cansados.

Día 2: Relajados, conociendo otros lugares emblemáticos

Después de una buena noche de sueño (esperemos que hayas escogido un buen hotel y una buena cama), podemos tomarnos el siguiente día con más calma, aunque siempre es bueno salir temprano para aprovechar. Para hacernos con la motivación correspondiente, salimos para otra de las plazas más importantes de Roma: Piazza Navona.

Piazza Navona (Plaza Navona) y Fontana di Trevi (Fuente de Trevi)

La Plaza Navona es una de las más populares y de las más visitadas en la ciudad eterna. Además, cerquísima tenemos a la Fuente de Trevi, por lo que es un win-win. Para ir a estos dos lugares, es mejor tomar el subterráneo hasta la estación Barberini si no te encuentras en uno de los hoteles cercanos a ella.

En la misma plaza vas a poder ver las impactantes fuentes: La Fuente de los Cuatro Ríos, La Fuente de Neptuno y la Fuente del Moro. La primera de estas es la más grande y está justo en el medio de la plaza. Precisamente, fue erguida para representar a los cuatro ríos principales de esa época (Nilo, Río de Plata, Danubio y Ganges). ¡Ciertamente es increíble y vale la pena tomarle al menos 20 fotos a cada una!

Luego podemos ir a la Fuente de Trevi, que queda bastante cerca de la estación Barberini también. Esta es probablemente la fuente más colosal y ha sido remodelada varias veces durante la historia para volverse más monumental. La Fuente de Trevi era el punto final del acueducto y era la que suministraba el agua a la ciudad.

Una vez que estés ahí, mis palabras te quedarán cortas. De verdad, es una majestuosa obra y vale la pena visitarla, así vayas de prisa. Y si no, puedes dejarla para la noche: las luces en la oscuridad la convierten en una estructura abrumadora.

Recomendación: Antes de viajar a Roma, repasa su historia: te hará apreciar mucho más lo que ves.

La Plaza della Rotonda y El Panteón

¿Te suena familiar, cierto? El Panteón es también una de las estructuras más emblemáticas de la ciudad eterna. Por fuera es imponente y por dentro lo es aún más, ya que es una cúpula completamente simétrica. La razón por la que es tan solemne es porque originalmente fue construida como un templo dedicado a los dioses de la Antigua Roma.

La entrada a El Panteón es completamente gratuita, lo que es bueno y malo: bueno porque tu bolsillo descansa en una ciudad que no es precisamente barata, pero malo gracias a la multitud que se aglomera todos los días. Puedes ir en horas de la tarde o bien temprano en la mañana. Como en esta ruta lo suponemos como el tercer destino del día, digamos que llegas después de mediodía. ¡Prepárate psicológicamente! Valdría la pena una y mil colas, así que échale ganas.

El Panteón queda en la Plaza della Rotonda, la cual es una linda plaza en donde puedes encontrar algunas estatuas y en donde puedes sentarte en los banquitos mientras esperas. Además, alrededor hay muchísimos cafés y restaurantes para saciar tu sed y/o antojos.

Recomendación: Explora las heladerías. Las heladerías cerca de Plaza della Rotonda son increíbles, así que trata de caminar por allí si tienes algo más de tiempo. Si vas a consumir algo en las panaderías o cafés y quieres ahorrar dinero, puedes pedirlo para llevar. El servicio de mesa exagera el costo del servicio.

Otra recomendación: No aceptes nada que parezca gratuito. Generalmente dichas cosas tienen cierto costo.

Luego de pasar un rato en esta área, puedes ir a Villa Borghese, un área que se encuentra más lejos, pero a la que puedes acceder por medio del metro (¿ves que no necesitamos 4 ruedas para movernos en la Ciudad Eterna?)

Villa Borghese, para terminar la tarde

Villa Borghese es un área de jardines hermosísimos y tranquilos para los turistas y locales. Cabe destacar que es uno de los parques urbanos más grandes de Europa. Puedes caminar, admirar las áreas verdes, los “lagos” y las estatuas que se encuentran en los caminos. Es una combinación perfecta entre el arte, la cultura y la naturaleza.

Así como nos sucedió con Plaza del Pueblo, Villa Borghese es un lugar ideal para ir tanto en pareja como en familia. Cuando fuimos en pareja, fue suficiente caminar hasta ver el atardecer romano y hasta quedar agotados.

Sin embargo, cuando fuimos con nuestros niños (y ellos no estaban tan cansados o satisfechos), tuvimos la oportunidad de ir al Bioparco di Roma antes de regresar al hotel, lo cual es un zoológico sumamente didáctico e interesante. No te preocupes: los animales en este sitio están muy bien cuidados, por lo que no encontrarás ningún disgusto.

Puedes acceder a Villa Borghese desde el Metro Spagna (cercano a la Piazza di Spagna, por cierto) o desde el metro Flaminio.

Recomendación: Accedas por donde accedas, trata de finalizar el recorrido por el Metro Spagna. Ya verás porqué.

El paseo en Villa Borghese es tanto fatigoso como satisfactorio. Realmente es la oportunidad perfecta para tomar aire fresco y no perder el hilo de la musa romana. Si no piensas cenar en un restaurante cercano a tu hotel, puedes salir por el Metro Spagna en donde verás el espectáculo de la Plaza di Spagna durante la noche (ya me habrás dado la razón de que en efecto, las plazas son las mejores maneras de terminar las jornadas) y podrás consumir algo en los restaurantes adyacentes.

Recomendación: Pizzaciro es una muy buena opción para la cena: el restaurant cuenta con unas pizzas y unas pastas espectaculares. Además, el personal es muy atento y con facilidades limpísimas. ¿Lo mejor de todo? Los precios son bastante razonables y la comida es de primera.

Sin duda alguna, una ruta por Roma de fin de semana es demasiado corta y te dejará con ganas de más. Esta ruta nos ha parecido la más ideal como un primer viaje a la ciudad eterna. Y ya ves que no necesitamos ni un taxi ni auto rentado. Es bueno evitar el tráfico abismal de la ciudad y recorrerla por metro y a pie. Y tú, ¿qué vas a ver primero en Roma? ¿Qué le agregarías a esta ruta de fin de semana?

La Autora

Soy una amante del arte, de la escritura y sobre todo, soy una viajera enamorada de Roma. Mis pasiones se unieron con mis ganas de viajar para nunca separarse. Fue entonces que decidí invitarlos a todo a visitar la ciudad eterna: la cuna de la historia y de la cultura.

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