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5 motivos para viajar sola

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Este es un post invitado por parte de Andrea de Lápiz Nómada.

Viajar solo, es todo un tema en alza, incluso un fenómeno de discusión. Hay muchos viajeros que viajan solos, que agarran la mochila hacia rutas desconocidas sin saber bien qué es lo que les deparará, que se van a encontrar o cuándo volverán. A veces son vistos cómo locos, otros como héroes, son una idea que asusta o una fuente de inspiración.

Pero cuando cambias la o por una a, parece que la cosa se trasforma, llegan los problemas. Cuando una dice que va a irse a viajar sola, las reacciones y los típicos comentarios no se hacen esperar: “¿sola?, ¿estás loca?, ¿no sabes todo lo que te puede pasar?, ¿cómo te las arreglarás?”. Todo el mundo ha visto en las noticias miles de historias terroríficas, violaciones, secuestros, abusos, robos, desapariciones… Vayas donde vayas, hables con quien hables, los comentarios parece ser siempre los mismos.

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A veces me pregunto si hay tanta diferencia entre una o y una a, si algo te va a pasar, no creo que la situación cambie tanto. Es cierto que hay algunos aspectos en los que sí, quizás es más fácil que intenten abusar de una mujer, pero también le puede pasar a un hombre, aquí nadie está exento de riesgo.

Pero hasta ahí, más o menos se queda todo tranquilo. Luego viene la segunda parte, ya no solo viajar sola, sino viajar a dedo sola. Ahí sí o sí, te tachan de loca. Qué cómo vas a hacer dedo sola, que cómo te vas a subir a un coche o un camión sin ningún chico contigo que “te proteja”, sin nadie más, que te pueden pasar mil cosas, que si te para un loco, que si quiere abusar de ti… Cosas malas pueden pasar siempre, sí, pero en mi experiencia viajando sola, las cosas buenas ganan en un 99% a las malas.

A continuación, 5 razones por las que SÍ recomiendo viajar sola a dedo.

1. Viajando sola a dedo tienes muchas más posibilidades de que te paren que yendo acompañada. Los tiempos de espera se reducen al máximo, pues nadie desconfía de una chica que viaja sola. Te paran los hombres, las mujeres y las familias.

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2. Viajando a dedo sola tienes muchas más posibilidades de adentrarte en el mundo de la gente local. No solo te paran y te acercan a tu destino, sino que muchas veces te invitan a comer, te yevan a sus casas y hasta te presentan a su familia. Y no te extrañes si al volver a la ruta te vas con unas empanadas que ha hecho la mamá o con una botella de agua fresquita para el viaje. No se pierdan por ejemplo como acabé comiendo pasta con albondigas que había cocinado la mamá de uno de los oficiales en una comisaría de Formosa, al noroeste de .

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3. Viajando a dedo sola estás mucho más receptiva y atenta. Sí o sí tienes que ir dando conversación a la persona que te lleva, pues gran parte del peso de la conversación recae en ti, sobre todo con los camioneros, que buscan un poco de entretenimiento para sus largos trayectos. De esta forma, vas conociendo las historias de los lugares, la vida de la persona que te lleva, sus gustos, sus aficiones, sus miedos y sus pasiones.

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4. Viajando sola a dedo no solo te paran más, sino que es muy probable que de esta forma puedas conseguir además de transporte, alojamiento. Varias veces durante el viaje he terminado quedándome en la casa de la persona que me ha llevado o he conseguido alojamiento en base a sus contactos, una vez hasta dormí en un camión. Eso ha hecho que pueda conocer de primera mano los lugares que visito, sin tener que preocuparme de buscar couchsurfing o, peor aún, un hostal.

5. Viajando sola a dedo tienes la mayor satisfacción personal que puedas imaginar. Es como un reto, una prueba de resistencia. Tú contra la ruta, o más bien tú con la ruta. Es algo que te fortalece como mujer y como persona. Desarrolla tu paciencia, la confianza en ti misma, el instinto y la fuerza personal. Tú con la sonrisa tratando de que alguien te lleve, tú con la sonrisa de nuevo cuando llegas feliz a tu destino. Es algo que no se puede comparar.

La verdad es que, viajar sola y además, viajar a dedo, es, sin duda, la mejor decisión que he tomado en todo el viaje. Viajando a dedo sola he conocido lugares que ni siquiera sabía que existían y que, si hubiese viajado en autobús o en cualquier otro medio de transporte, me hubiese perdido. He conocido personas muy lindas, que me han abierto sus casas y hasta su corazón. He hecho amigos que ya no olvidaré, he podido conducir coches y casi que hasta algún camión. He probado todo tipos de comidas y bebidas y sobre todo, me he desafiado a mi misma y a lo que me contaban los demás, experimentado por mí misma que, con confianza y positividad, no quedan sino más que buenas rutas que explorar.

Así que chicas, anímense, de verdad les digo que viajar sola haciendo dedo ha sido la mejor decisión que he tomado en todo mi viaje. Lo recomiendo 100%. Eso sí, no olviden fijarse bien en su instinto, siempre hay que estar alerta y si tu intuición te dice que no, ¡es que no! Ni lo dudes. Tengan el instinto alerta para evitar las malas experiencias e igual ténganlo alerta para todas las experiencias maravillosas que están por llegar. Buenos viajes!

La autora

Andrea Bergareche es una artista (ilustradora, pintora y tatuadora) que viaja y escribe. Tiene 23 y nació en Bilbao. Estudió Bellas Artes y Periodismo. Actualmente cumple su sueño de viajar por , Reencontrando viejos y nuevos amigos, sacando fotos, tatuando, pintando y escribiendo mientras tanto.

Puedes seguir sus aventuras en su blog Lápiz Nómada, a través de su página de Facebook, Twitter o su perfil de Couchsurfing.

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